Contiene esencia de psorálea, esencia casi sólida a la temperatura ambiente que no huele a betún. Según
Dioscórides tiene muchas virtudes pero hoy ha caído en desuso. En la provincia de Málaga se emplea como vulneraria, es decir, para sanar heridas y encorar llagas para lo que se hace uso del
cocimiento de las hojas.
En la provincia de Almería, antiguamente, la freían en aceite de oliva, lo mezclaban con cera y, el ungüento resultante, se lo echaban para tratar las pupas y las heridas infectadas. Tiene una actividad antimicrobiana reconocida. Para los galenos (médicos) griegos y romanos tenía virtud contra las mordidas por animales, como antídoto. También se utilizó para las heridas de arma que tocaban el pulmón, entre otras dolencias.
Para las mordeduras de serpiente se machacaban las hojas trituradas con sal.
(SOBRE LAS PLANTAS SILVESTRES DE CÁSTARAS; Carlos Gil Palomo, José Manuel Juárez Castillo).