Descripción: La pulmonaria es una hierba vivaz, con una cepa
gruesa, que discurre horizontalmente a poca profundidad ; renueva sus vástagos
al empezar la primavera, y empieza a florecer cuando sus tallos apenas asoman entre
la hojarasca del bosque, con las hojas aún muy pequeñas. Luego, los tallos se
desarrollan y alcanzan hasta 2 palmos de , altura, al mismo tiempo que se
forman grandes hojas estivales. Éstas son ovaladas, cubiertas de pelos
algo ásperos, y están sostenidas por sendos rabillos tan largos como las
respectivas láminas, que tienen color verde oscuro, con numerosas y desiguales
manchas blancas, las cuales se van perdiendo al envejecer las hojas. Las que
nacen en el tallo son menores y carecen de rabillo. Antes de abrirse, las
flores tienen color purpúreo, que pronto pasa a azul, y están reunidas en
escaso número en ramilletes terminales. El cáliz es tubuloso, dividido en su
extremo en cinco dientes cortos; la corola es también tubulosa, dilatada
superiormente a manera de embudo, con la garganta libre y abierta, pero con
cinco mechitas de pelos dentro del tubo. El fruto se compone de cuatro
granitos lisos y relucientes, los cuales se hallan en el fondo del cáliz
persistente y un poco ventrudo en la base.
Florece en España así que empieza la primavera, y durante los meses de abril y mayo.
Historia: Esta planta, como tantas otras que nacen en el
centro y occidente de Europa, no figura en los tratados de materia médica de la
Antigüedad. La primera noticia que conocemos de ella nos la da Mattioli, en la
edición de 1548, página 539, cuando dice : «Hállase todavía otra especie de
pulmonaria, te muy poco semejante al liquen del mismo nombre, la cual nace en
lugares sombríos, con hojas asaz parecidas a las de la borraja, rudas, pelosas
y todas manchadas de blanco, con el sabor propio de dicha borraja ; entallece
al empezar la primavera, y sobre el tallo echa las flores violadas, semejantes
a las de la vulgar cinoglosa. Los peritos simplicistas también le atribuyen
virtud no mediocre para consolidar las úlceras de los pulmones ». En ediciones
posteriores, Mattioli expone los excelentes resultados que un médico de
Treviso, contemporáneo suyo, obtuvo con la pulmonaria empleándola contra la
consunción y los esputos sanguinolentos. Añade que aquel médico empleaba el
cocimiento concentrado de esta planta o bien el zumo de las hojas endulzado con
azúcar. El uso de la pulmonaria para estos menesteres se extendió después por
casi toda Europa, en cuyos países de origen ya se conocía con este nombre desde
tiempo inmemorial.
De:
Plantas Medicinales. El Dioscórides Renovado.
Pio Font Quer.
Editorial Lábor.
De Internet |
De acuerdo con la teoría de la semejanza las manchas de las hojas se parecerían a los bronquios indicando las virtudes de las que gozaría la planta.
Parte utilizada: Planta entera.
Principios activos: Mucílago, alantoina, saponinas, alcaloides pirrolizidínicos, vitamina C.
Acción farmacológica: Las saponinas justifican su acción ligeramente balsámica; el mucílago y alantoina, sus propiedades emolientes y cicatrizantes.
Indicaciones: Tos, bronquitis, faringitis, gingivitis.
Precauciones /Intoxicación: Se han descrito efectos hepatotóxicos debidos a los alcaloides pirrolizidínicos.
Formas galénicas /posología:
- Infusión de hojas o sumidades floridas: 30 gr/l., infundir 10 minutos. Tres tazas al día.
- Decocción (planta entera): 15 a 30 gr/l., hervir 5 minutos. Cuatro tazas al día.