La verdad tiene esas zonas oscuras
por las que se retuerce y desescombra
la realidad de esquivas y puras
sombras. Luz brillante, oscuridad plena.
Tu gregaria sombra hará que te vea.
Traza perfiles que la luz cercena
y alumbra sombras que el aire rodea.
La sombra que asombra al que ve en lo oscuro
lo que oculto estaba en la luz perdida.
¡Cuánto tiempo, sin ver, detrás del muro
la oscura faz que la memoria olvida!.
Y como vivo en la sombra, conjuro
a la luz para que alumbre la vida.
iluminando la nada
que huía hacia el infinito.
La luz fue hecha
y colapsó en la noche
para permanecer en los seres
como monstruosa afrenta del espíritu;
necesaria polaridad para la existencia de la verdad.
En la fría oscuridad
los llantos de abundantes lágrimas
se volvían agregados en los que la muerte
se disfraza de gránulos microscópicos.
Por la estepa nebulosa los gritos se apagan
derramándose sobre las esquinas del espacio
y en los espasmos sincrónicos del tiempo.
Un espantoso silencio habita
la helada oscuridad que contiene el futuro.
El caos se expandía hasta envolver
la esencia de Geos y el origen de Gaia
en órbitas inestables que el pertinaz
atractor fija en los campos despoblados.
El agua se enfriaba y caía como orvallo
en el estero calmo de especular reflejo.
Es el mundo de emociones futuras
catalizadoras del pensamiento
donde el aliento cálido envuelve la mañana.
Una explosión de vida cubrió la superficie
de esperanza y plegó la ola del cielo,
la fina capa de la que surgió la atmósfera que respiro,
la marejada que volvió azul el firmamento.
Brotaron hierbas que absorben
las cualidades ocultas en las simetrías cristalinas.
La esfera gira instalando ciclos de actividad
en los seres atenazados por la gravedad.
En su juventud se cubre de forúnculos rabiosos
de fuego líquido y al cielo llegan sus cenizas,
crisis de la infancia que avanza hacia la pubertad.
El intestino de los animales marinos
exportará las bacterias que dominarán el mundo.
La vida alcanzará el inestable equilibrio
en lucha con la vida que quiere imponerse
sobre todas sus otras manifestaciones.
¿No es esta la realidad que ahora nos embarga?.
En el nicho ecológico la interdependencia
establece patrones perfilados por el inevitable
enfrentamiento para la obtención de la energía.
En ello estamos los humanos.
En ello estamos,
sin conocer claramente
el alcance de lo que hacemos.
el centro galáctico de Sagitario,
la brumosa nube de Andrómeda,
el cinturón de nubes de Júpiter,
las montañas azules de la Luna.
He visto con la lupa pulgones
adheridos a las espinosas rosas
y las huellas indelebles de tus manos.
He visto en tus ojos serenos,
paisajes inolvidables
y el alma que me habita.
No volveré a usar anteojos
que refracten y oculten
el horizonte hacia el que vamos.
La prístina cornea de tus ojos,
que refleja el inicio de nuestra vida,
muestra la difusa luz del ahora,
el tiempo fugaz que permanece
y la historia insondable
del olvido.
En los ciclos solares se implantaron
la memoria y las febles sensaciones
grabadas al fuego de la mentira,
las dudas y la firme inconstancia.
Fue una hecatombe, un tsunami
de poder, ambición y necedad.
Turbios ideólogos del desatino
invocaron las cloacas de la culpa,
el apocalipsis que llaman verdad,
la terrible vinculación al cambio
permanente que quisieron detener
cimentando su eterno porvenir.
Conciben, como ígnaros cabalistas,
la danza de la energía cósmica
simbolizando cambios planetarios
que siembran negro terror en sus charlas.
Sismos y mangas marinas, tornados,
huracanes, portentosos tifones,
temibles monzones inundan ruinas
que duermen decenas de miles de años.
Selvas impenetrables son desiertos
con los cauces de ríos olvidados,
Desiertos de hielo ocultan tierras verdes
donde el ganado pastaba sabrosas
hierbas y la leche manaba copiosa.
Parar la esencia de la naturaleza:
variación, evolución, procesos,
si la clave de la vida es movimiento.
El lamento de Gaia por los restos
y los cuescos de rumiantes y humanos,
la plastificación de los océanos,
la acidificación de la atmósfera,
la nitrificación de los acuíferos,
el envenenamiento de la pirámide
ecológica con insecticidas,
herbicidas y complementos plásticos.
La vida crea contaminación
acrecentada por la inconsciencia y el egoísmo.
Despreciable y necia ignorancia
capaz de arraigar en la torcida mente
de ambiguos intelectuales politizados.
Mueven los recursos necesarios
para atraer a todo sensiblero
agachado por buenas palabras
del buenismo benefactor y estéril.
Una llamada a la efímera tragedia.
Una poderosa agenda mundial
dirigida a colaboracionistas
gobiernos socialdemócratas
oculta la intención verdadera:
el poder sobre el mundo unificado,
la directriz que conforma nueva ética
sustituyendo la moral cristiana,
los consejos de debido cumplimiento
coartando la libertad con carnets
implementados por el gran hermano.
Mirad la aún débil luz del mañana.
No olvidéis las nubes tornasoladas
del ayer. Una aurora boreal
alumbra el asombro desgañitándose
al avisar del horror de la envidia
y el desamor que lleva al exterminio
de guerras entre crédulos hermanos
arrastrados por el mal y su torpeza
¿Es que no ven el cambio en ellos mismos?.
Nada es estático ni permanente
en lo real nacido de la luz,
cruzado por la materia y el vacío.
Lo demás es clara manipulación
de las tendencias estadísticas,
negar la esencia de la realidad
imbuída del espíritu de vida,
rechazar el plan del Creador
abusando de la libertad
que nos hace humanos.
*******
El soplo del tiempo, en su fugaz viaje
inacabado, se ha hecho permanente.
A veces escucho mi corazón,
vibrante manifestación de vida,
oculto en la jaula del sentimiento.
No me preocupa, pero sé que dependo
de un alambicado mecanismo eléctrico
que puede colapsar sin esperarlo.
Dependo de tantas cosas ignotas…
tantas casualidades ineludibles…
tantas incomprensibles esperanzas…
Tal vez, fuera de mí, se halle el destino.
Ignoro el cómo, dónde y cuando,
pero ¿qué importará en ese momento
si el contacto con la realidad cambia,
y percibo y palpo otras dimensiones?.
La imprevisible existencia es afecta
a las cosas que abren puertas del ser.
La desolación del desvalido permanece
como palabra significativa
impresa en la piedra impávida de la historia.
¿Puede permanecer la música fugaz
en el río del tiempo que brota de la nada,
en el aire compuesto de partículas
que se mueven caoticamente,
en el cerebro de miles de millones
de neuronas conectadas por moléculas
transmisoras de impulsos instantáneos?.
Y, sin embargo, eso sucede
y se graba en la memoria del sentimiento.
¡Qué ignorancia la mía!.
¡Qué desconocimiento de los caminos
de la vida y sus manifestaciones,
a veces insinuadas, otras precisas
en sus significados, y desapercibidas
muchas entre las nubes deshilachadas
de las interpretaciones de los expertos
que leen en el narcisismo de su ombligo.
Y en su admirable inopia se lo creen.
*******
Era distinta,
diferente a todo conocido.
Me veía en sus ojos únicos,
prístinas aguas de un lago en calma,
glaucos baluartes de un mundo velado.
Eran ojos alegres. Claros,
como la atmósfera diáfana
de un día desconocido.
Como los de un bebé
que por bienestar sonríe.
Estaba delante de aquellas puertas
que contenían el misterio
de la historia insondable del amor
anulando la protección del olvido.
*******
y ahí están los mismos despropósitos,
los mismos monstruos construidos
con los materiales de derribo
producidos en el inexcusable vivir;
los que consumieron enorme cantidad de tiempo
y trabaron interacciones sinápticas
en las circunvoluciones cerebrales,
y en los instantes que, de improviso, me asaltan
absorto en mí y en mis confusas creaciones.
Rompen con la realidad, hieren y socavan
la confianza en la verdadera existencia,
crean los habitantes del inconsciente
y viven con la energía cerebral
de la blanda y serosa materia grisácea
que no quiere enterarse de la muerte.
Elucubra visiones, proyecta futuros imposibles
e insistentemente repasa el pasado
al considerar que su relato la hizo tal cual es
y sabe que el recuerdo es construido por ella.
Todo daña la posible paz que anhelo,
rasga la tela de la esperanza oreada
en los montes áridos de la torpeza,
repasa la vendimia de las uvas agraces de la muerte.
Como si la muerte no existiera,
como si el viento siempre fuera suave
y careciera de fuerza para quebrar árboles
centenarios, para arrastrar miles de toneladas
de polvo del desierto que oculta el horizonte.
Actúa, a destajo,
mediante el hambre, la peste y la guerra.
Sé que espera,
¡y con qué paciencia lo hace!.
¿Hacia dónde miramos que no vemos?.
¿Qué vemos que nos distrae de lo real
hasta elaborar mundos sorprendentes y ficticios?.
Tengo una certeza:
la firme seguridad de que ella espera,
absorta en los cuévanos de sus ojos vacíos,
con un rictus residual de algo que pudo ser humano.
Cumple su misión con eficaz destreza,
sin importarle la conformación del cerebro,
ni sus fantasmas, ni sus fantasías, ni su historia,
ni los nebulosos recuerdos reelaborados,
ni el alma.
¡Cómo arranca y retira a los navegantes
de este mar proceloso que es la vida!.
¡Velad, porque se ignora el día y la hora!.
La muerte ineludible despoja del ser,
arrastra el temor de lo desconocido,
la angustia de la pérdida del yo,
el abandono en lo irrefutable,
el encuentro
con el eterno Amor misericordioso
y la vida verdadera.
Sé que su obra, cuya ley flecha del tiempo
se impone en la evolución del mundo, es buena.
La muerte, necesaria consecuencia de la vida,
se muestra inexpugnable excepto con Aquél
fuente del amor y la existencia;
aquél que en su confianza me dio la libertad
haciéndome semejante a Él.
*******
Conocí su mirada y donosura
en aquella terraza en la Mariana.
Un manuscrito sirvió, en buena gana,
para observar el alma en su escritura.
¿Quién trazó las justas coordenadas
para reunirnos en el punto exacto
que enlazó nuestras vidas en el acto?.
¿Qué extraña fortuna unió las pasadas
costumbres de las vidas desunidas
hasta volverlas una por ventura?.
¿Quién conoce el destino de las vidas
que renueva la esperanza futura,
en la sociedad que tiene vendidas
la verdad, la justicia y la cultura?.
Aquel niño, dentro, tenía un viejo.
Se expresaba con la cara y ademanes,
y con muchos y variados refranes
que hacían cavilar a los longevos.
Toda su vida un viejo sería.
Su padre sabía que, si le hablaba
seriamente, su hijo le replicaría
haciéndole pensar y, cavilaba,
entre gestos extraños y denuestos,
sobre qué hacer con aquel hijo viejo.
Si la atención le llamaba, sobre esto
o aquello, objetaba como un espejo
poniendo en evidencia el respeto
que a la familia y mayores debía.
Con su lengua suelta, sabiduría,
y el aguijón del ingenio despierto,
el niño que era de natural viejo,
a otros niños “niños” adoctrinaba
y la atención sobre asuntos llamaba
para que le consideraran maestro.
El niño creció hasta que llegó a viejo.
Con manías aprendidas seguía
sin razonar sobre el tiempo que había
pasado, pero ahora ya era un viejo
que hacía lo que siempre había hecho.
La piedra en la torrentera se desnuda,
cuando en los días se oculta la luz
tras las repletas ubres navegantes,
oscilan dentro del suave murmullo
alado, sutil lenguaje electrizante,
difundiendo emociones encontradas.
Todo sucede independiente de mí
y, sin embargo, estoy atrapado
por las interacciones que producen
respuestas, a veces, inconclusas.
No es eterno ni infinito el universo.
Hacia su fin se expande aceleradamente
en oculto significado. Se diluye
en el vacío negro de la energía
y la materia oscuras desconocidas.
En el silencio de la oscuridad del cosmos
se oye el grito de la materia recién nacida.
La armonía oculta el caos que subyace
tras lo visible como la regulación
del tráfico ignora los nerviosos hábitos
de los conductores y sus costumbres.
Mi ignorancia comprende la reputada
existencia y la inútil perspicacia.
Piedras metamórficas cobraron vida
al ser talladas por la historia
siendo partícipes de lo humano.
Era el león rampante del muro.
Vivió la batalla del amanecer
cuando el vaho acariciaba el tomillo
y la límpida luz proyectaba sombras
sobre el humilde lamio gozoso.
No es violencia en el arte
sino símbolo
del rugido estentóreo
*******
He recorrido, absorto en los sueños,
el borde indefinido de tu voz.
No recuerdo la cumbre del monte
en el que nos vimos hace tanto tiempo.
La salvia humilde apenas crecía,
entre piedras y abrojos del secanal,
absorbiendo el aroma del tiempo
y el color de la paciente esperanza.
Aún vibra la indescriptible emoción
de la palabra que pusiste en el altar,
cálido y limpio, de la verdad.
No te veré
¡nunca más!.
La noche difuminó el desconcierto
cuando las estrellas diferían su presencia.
Entendí que era en esta vida.
Pacientemente espero a la otra.
Allí comprenderé
y del mal.
Que intenso amor el que nos has mostrado
en el cuerpo de un nacido en la historia
y el vivir tan humano, en la gran noria
de este pérfido mundo al que has llorado.
¿Cómo devolvimos el bien que hiciste?
¡Oh Dios!. Tu piel, con azotes, rasgamos,
entre ladrones te crucificamos.
Dicen que has dicho lo que no dijiste.
Se inventan muchas interpretaciones
para explicar milagros evidentes
vedando tus copiosas bendiciones.
Son luchas insidiosas permanentes
que buscan olvidar las oraciones
alejando así a Cristo de las gentes.
*******
Misterios gozosos del Santo Rosario
Primer misterio:
La encarnación del Hijo de Dios
El arcángel Gabriel se aparece a María
en vivencia mística que al alma embarga.
Acepta ser madre: hágase en mí Tu palabra,
aunque sin conocer varón ¿ cómo podría ?.
La sombra del Espíritu te ha de cubrir
y tendrás un hijo al que llamarás Jesús.
El Hijo del Altísimo será la luz,
la Palabra que dirá el camino a seguir
hacia el reino eterno que el Padre ha preparado.
José duda y recibe en sueños la visita
del arcángel que le revela la pureza
del alma con la que se verá desposado.
Por su amor niega dejarla sola en la vida
y ella, de humilde esencia, muestra su realeza.
Segundo misterio:
La visita de María a su prima Santa Isabel
María Inmaculada encinta está de días.
Visita a su prima Isabel en la montaña.
Embarazada en su vejez la gente extraña
lo que hace posible Dios si en Él se confía.
María abraza a Isabel y en el vientre salta
Juan de gozo. Percibe al Espíritu unido
a Jesús, el Hijo de Dios vivo, el ungido.
Dichosa eres Tú que has creído. Mi alma canta
la gloria del Señor. Mi espíritu se alegra
en Dios mi salvador pues soy su humilde esclava.
Me llamarán dichosa las generaciones
porque el Poderoso en mí se revela y muestra
su misericordia. María siempre alaba
a Dios y a las vivencias las vuelve oraciones.
Tercer misterio:
El nacimiento del Hijo de Dios
¿Cómo viste la Tierra desde el Cielo
para nacer humano para siempre
y mostrar el amor con que han sido hechos
el mundo, el amor, la vida y la muerte?.
Naciste de una Virgen en Belén.
Fuiste frágil niño con la esperanza
de alumbrar a Dios que se hizo nacer.
Creciste alegre en la familia santa.
Maduraste entre aperos y herramientas
con vivencias místicas y oraciones.
Bajo el gozo del Amor que en Ti alientas
te apretujó tu Madre entre canciones.
Tu padre José admiró cómo expones
el inaudito mundo que presentas.
Cuarto misterio:
La presentación del Niño Jesús en el templo
y la purificación de Nuestra Señora.
Para cumplir el precepto establecido
llevan al templo a Jesús . Está en la entrada
Simeón que viendo a la Familia Sagrada
se regocija al conocer al Ungido.
Para muchos Él será contradicción
y a Ti una espada te atravesará el alma.
La profetisa Ana al niño confesaba
como Dios y anunciaba la redención.
Son piadosos y el Espíritu les guía
a cumplir las costumbres tradicionales.
Dan ejemplo en el afán de cada día
al vivir con sencillez alejando males
y problemas y mostrar una alegría
y paz, reveladoras, a los mortales.
Presentación del Niño Jesús en el templo 11
La purificación de Nuestra Señora
Virgen María, madre Inmaculada
que al niño Jesús, en el templo ofreces
a Dios y su excelso amor agradeces.
El niño era Dios y de Dios tapada
la condición que su Madre velaba
con el amor y la fe que tenía.
Depurada y, más pura no había,
aceptaste la norma que imperaba.
Ofrecer el hijo a Dios ¡qué alegría!
Simeón al ver a Jesús vaticina:
será signo de discordia y porfía
y, a Tí una espada te partirá el alma.
Te abandonaste en Dios que no elimina
el dolor y en la fe hallaste la calma.
Quinto misterio:
El Niño Jesús perdido y hallado en el templo
De regreso a su tierra, desaparece
su hijo Jesús y los padres afligidos
le buscan entre familiares y amigos.
En el templo le hallan cercado de jueces
en animado coloquio sobre leyes
que Dios imprime en el corazón humano
y en la esencial devoción a Dios cercano.
¿Puede ser posible que un niño desvele
la voluntad del Padre a los entendidos
de la Escritura?. ¿No te ha preocupado
que todos estuviésemos intranquilos?.
A las cosas de mi Padre me dedico
y he de cumplir con el deber proyectado.
Antes de inquietaros, orad, os suplico.
*******
Misterios Luminosos del Santo Rosario
Primer misterio: 10
Bautismo de Nuestro Señor
Con el bautismo de penitencia
Juan bautiza a los arrepentidos.
Jesús llega, andando, por el río
y se deslumbra con su presencia.
Soy indigno de desatar la cuerda
de su sandalia y me pide bautismo;
otra muestra más del compromiso
repleto de humildad y conciencia.
Se abre el cielo y se manifiesta
Dios Padre diciendo: Este es mi Hijo
muy amado el que me complace.
El Espíritu allí se presenta.
La Trinidad está sobre el río
símbolo en el que el pecado yace.
Primer misterio:
Juan, verdadero profeta,
viste con piel de cordero,
bautiza abriendo el camino
del que va a sembrar el reino.
De penitencia es bautizo
no del Espíritu Santo
y los que se acercan a él
buscan el perdón del Santo.
Ve a Jesús en el río
y le pide le bautice
y él, asombrado, le dice:
de desatar no soy digno
la cuerda de Tu sandalia.
Dios aparece en la escena
en su Trinidad gloriosa:
El Padre que nos revela
que Jesús es su Hijo amado
y en forma de paloma
el Amor: Espíritu Santo.
Nuestro Dios son tres personas:
El Padre que crea el mundo,
El Hijo que muestra el reino
de la paz y de lo eterno,
y el Espíritu, murmullo,
viento, fuego y alegría,
que da vida y enseña
el amor, santo y seña
para el reino de María.
Segundo misterio:
Bodas de Canaan
Han invitado a Jesús
a una fiesta de esponsales.
Va con María, su madre,
y los amigos cabales.
Comentan sobre los trajes
cuando su madre se entera
de que el vino se termina.
Cuenta a Jesús el problema:
se les ha acabado el vino.
Y a nosotros qué, mujer,
ni a ti ni a mí nos incumbe.
Ella dice firme: haced
lo que el os diga, y Jesús
manda llenar las tinajas
con agua limpia del pozo.
Su oración vuelve las aguas
en un vino de excelencia.
Los invitados se extrañan
de que el buen vino se beba
cuando la fiesta se acaba.
No saben que para el Señor,
todos los tiempos son buenos.
Al comenzar, siempre anima,
y al acabar da el criterio
para repasar la vida
y la esencia de los hechos,
los errores cometidos
y la importancia del tiempo
que se ha ganado o perdido
en las acciones y eventos.
María, por amor de su Hijo,
de Dios su conocimiento
y la oración permanente,
puede cambiar los deseos
y corregir el camino
del Santo que rige el Reino.
3ª misterio: 8
El anuncio del Reino invitando a la conversión
¿Dónde está el Reino que dice?.
¿Dónde los siervos que tiene?.
Mirad el tiempo que viene,
el hacha está en las raíces.
La tala ya ha comenzado
y la gente no se entera.
Del Reino y la vida eterna
Jesús es el maestro enviado.
Convertíos que está cerca
el Reino que el Padre ha creado
para todos los que ha amado
desde el tiempo de la espera,
cuando el tiempo no existía,
ni el ser, ni luz, ni materia,
ni el mal que oculta y acecha.
Nació la soberbia y envidia
en los ángeles perfectos
que a Dios quisieron quitar
el más dichoso lugar
e inventaron el infierno.
4º misterio: 8
Transfiguración en el monte Tabor
Suben al monte Tabor
Jesús, Juan, Pedro y Santiago.
Quiere mostrarles Jesús
su esencia divina: Santo
de los santos, luz de vida,
presencia viva de Dios
que santidad va sembrando
por donde se halla el amor.
Moisés, Elías, Jesús,
hablan de la pasión
y de su muerte en la cruz.
Volverán a la labor
de trabajar en la luz
por el Reino del amor.
5º misterio: 11
Instauración de la Eucaristía
Consagrado el pan, en Ti le has mudado,
y el vino tinto en Tu sangre bendita.
Por ese infinito amor que has mostrado
al nacer en esta tierra cainita
y hacer este milagro permanente
de quedarte aquí, oculto, a nuestro lado:
te amo y venero. Da luz a mi mente
y al corazón dolor de mi pecado.
Te hiciste humano voluntariamente.
Sufriste horriblemente en el tormento,
aceptado hasta la hez de la existencia.
En la cena Pascual prevés tu ausencia
y te haces vino y pan como alimento
que da vida eterna gratuitamente.
5º misterio: 8
He lavado vuestros pies
como hacen los esclavos.
Haced lo mismo vosotros
y trataros como hermanos.
Amaos unos a otros
como yo os he amado.
El último de vosotros
será el primero estimado.
Tomad mi cuerpo y mi sangre
y tendréis eterna vida.
Si tomáis esta bebida
vino mudado en mi sangre,
y el pan trocado en mi carne
vuestro espíritu se hará
en todo a mí semejante
y vuestra alma llegará
a moradas celestiales
preparadas por mi Padre
para dar felicidad
y paz a todo el que le ame.
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Cristo de las Penas |
Misterios dolorosos del rosario
Primer misterio:
La oración de Jesús en el huerto de los
olivos
Sola y triste está su alma hasta la muerte.
Suda sangre, Jesús, sobre la piedra
donde ora en soledad y su alma quiebra.
Orad, dice a los amigos que duermen,
para que habléis del reino con firmeza.
Desvalido se enfrenta a la amenaza
de un cordero llevado a la matanza
y acepta el martirio con entereza.
Judas en la turba su rostro besa
como señal para el apresamiento.
¡Qué desconsuelo!, un traidor que profesa
la envidia, la ambición, el desaliento,
y un amigo que tres veces le niega
y llora luego su arrepentimiento.
Segundo misterio:
La flagelación
Jesús dice a Santa Brígida
el número de latigazos que sufrió.
Los cinco mil cuatrocientos ochenta
latigazos que sufrió con cruel saña
llevaron por la piel hasta su entraña
el mal de mis pecados y su afrenta.
¡Desgarrada la piel hierve la herida,
quemazón del odio y la crueldad pura!.
Sus manos retuerce en la atroz tortura;
y en cada azote se escapa su vida.
Destrozada la piel por el tormento,
su misericordia en la sangre mana,
vertida por todos en el sustento
del amor. María, su madre, clama
desde lo insondable, sin desaliento,
al Padre eterno que Jesús tanto ama.
Tercer misterio:
La coronación de espinas
Por mantener la inhumana tortura
le cercan con insultos y tortazos.
Dinos, Tú que conoces, ¿ quién te ha dado?.
Desprecio, burla, escarnio sin hartura.
Sublime dignidad. Inmensa entereza
que el perfecto amor de Dios hace posible.
Una caña le dan, cetro risible,
colmo del escarnio hacia su nobleza.
Conciben una corona de espino
que ponen a golpes en su cabeza.
El rey del Amor encara el destino
con la excelsa dignidad de su alteza.
Abajado en su ser, siendo divino,
muestra su humanidad y su grandeza.
Cuarto misterio:
Vía crucis 1
¡Que largo es el camino hacia la muerte!.
¡Qué atroz demostración de sufrimiento
que a la loca turba sin sentimiento
estimula su infamia y la divierte!.
Tres veces cae exhausto al empedrado
y con golpes le conminan a erguirse.
Simón Cireneo, obligado, le asiste
y le auxilia, al verle, conmocionado.
Rezad por vosotras y vuestros hijos
dice al grupo de mujeres suplicante.
Verónica limpia el rostro con lino.
Su imagen queda grabada con sangre
consagrada del Hombre que es divino.
Don al valor y ternura acuciante.
Vía Crucis 2
¡Qué largo es el camino hacia la muerte!.
¡Atroz demostración de sufrimiento
que a la loca turba sin sentimiento
estimula su infamia y la divierte!.
Va hacia el suplicio voluntariamente.
Arrastra con la cruz nuestros pecados.
Ha mostrado el poder de perdonarlos
con milagros visibles y patentes.
Por tres veces, cae al suelo agotado,
y en lugar de ayudarle le maltratan.
Los ojos de su madre la delatan
al verle cruelmente martirizado.
Malditos los que le han ajusticiado.
Es al Amor encarnado al que matan.
Quinto misterio:
Crucifixión y muerte de nuestro Señor.
La historia del hombre se para en este punto.
Sufre una mutación profunda que transforma
la comprensión de Dios y le acerca y desbroza
las religiones y sus creencias. El asunto
que importa es el Amor encarnado y ofrecido
para librar al hombre del pecado. ¡Cuánto
saber y cuánto pesar otorga el espanto
de la cruz al hombre de bien arrepentido!.
¡A la Verdad misma y a la Vida han suprimido!.
¡Se han mofado del Bien y el Amor humanado!.
Los poderosos a la Verdad han temido
y han logrado que el Justo sea ajusticiado.
Mi Dios y Señor, con tu gracia te he seguido;
ansío alcanzar el reino que has revelado.
Quinto misterio 1
Crucifixión y muerte de nuestro Señor
¡Que abominación: Dios clavado en un madero
por mostrar la bondad del Padre hacia sus hijos!.
¿Qué misterio es este que, el mal del crucifijo,
vuélvese referencia del bien, compañero
de todos y el icono del amor primero?.
Dios, ahogado, contra los clavos se eleva
en busca del aire que necesita y reza
con su alma rota y la sumisión del cordero.
Recorre un dolor atroz el cuerpo extenuado
al caer rasgando sus abiertas heridas.
Apela al Padre: “¿Por qué me has abandonado?”.
Del costado atravesado mana la vida.
Exhausto ha exclamado: “Todo se ha consumado”
y entrega la existencia en remisión cumplida.
*******
Misterios gloriosos del Santo Rosario
Primer misterio: 12
La Resurrección del Señor
Oh Dios, quebraste el misterio de la muerte
y en el templo se rasgó el enorme velo.
Se elevó tu persona a lo alto del cielo
y a la insondable muerte heriste de muerte.
Eres la luz que ilumina nuestra vida
y das sentido a la existencia terrena.
Tú, mi Señor, arrebataste la pena
al alma y sembraste esperanza, nacida
de la resurrección predicha y patente
por incontables milagros y visiones.
Tu cuerpo se hizo radiación explosiva
y en el lienzo grabó imagen permanente.
¡Cuántas pruebas, cuántas notorias razones
nos has dado para que nuestra fe viva!.
Primer misterio:
Resurrección: 8
Muerto a las tres de la tarde.
En la tumba estabas muerto,
y a los tres días la muerte
dejó tu cuerpo desierto.
Ya no habitaba la muerte
en el cuerpo de Dios vivo.
Ya la vida para siempre
será en todos los testigos.
Eres la luz que ilumina
el mundo que Tu has creado.
Ángeles en otra vida,
nos dijiste que seremos
y si Tu has resucitado
también nosotros lo haremos.
Segundo misterio: 12
La ascensión del Señor.
Eras de la Tierra, oh Dios, y de aquí no eras.
Sin haber subido al Padre, tu existencia,
transido de luz y tornada presencia,
imposible reconocer si no fueras
palabra viva que la verdad transmites.
¿Cómo no te conocían tus amigos
si tres días antes estaban contigo?.
Una y otra vez, paz a vosotros, repites.
Es la gracia que adornará a los creyentes
que se trabajan para estar a tu lado.
Y en su ayuda los sacramentos son fuentes
de gracia, vida y paz que necesitamos.
Extasiados viendo al Señor ascendente,
por ángeles, al presente, son llamados.
Tercer misterio: 11
La venida del Espíritu Santo
¡Qué misterio es el del amor que tienes
al género humano al que te has adscrito!.
Envías en persona a tu Amor bendito
para donar al hombre tantos bienes.
Violencia y fuego a este mundo has traído
por cambiar el corazón de piedra en carne.
Quieres que arda vivamente y ya es tarde
que la hoguera de tu alma se ha extendido.
Luz, viento, llamas, fuego, te apareces
y diriges y concedes los dones
que preparan el mundo para el reino.
Ciencia y sabiduría; fortaleces
alma y cuerpo y a todos los corazones
das vida y paz, siendo el amor el precio.
Cuarto misterio: 11
La asunción de Nuestra Señora
Te has dormido, Madre nuestra y Señora.
Morir tu cuerpo santo no podía.
Por inmaculada e íntegra sería
la corrupción el dislate que ignora
la causa espiritual del deterioro.
La entropía no es la ley de la gloria
sino de la materia sin memoria
que se corrompe en trance obligatorio.
Subiste al cielo llevada entre cantos
y alabanzas por ángeles benditos.
Qué alegría la de todos los santos
sabiendo el favor de Dios, exquisito,
que asiste a María a calmar los llantos
y males de los que sufren contritos.
Quinto misterio: 13
La Coronación de Nuestra Señora
como Reina de todo lo creado.
Madre nuestra, tan amada, corredentora
de la Humanidad. Con tu fe y desde el silencio
has acompañado a Jesús en su misterio
de amor. De su vida terrena fuiste autora,
y en tu esencia no padeciste mancha alguna.
En tu profundo amor soportaste el terrible
sufrimiento desde el misterio inconcebible
de Dios encarnado. Tristeza y honda amargura
brotaron cuando la cruel pasión compartiste.
Por ello y la divina humildad que te adorna
fuiste proclamada reina de lo que existe:
océanos, mares, tierra, cielo, personas
que alaban a Dios y que hijos tuyos hiciste,
y del amor, centro del reino que coronas.
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Sueño
Flota el cerebro en el interior de la calavera
ausente de la atracción que nos impide volar.
Lleva en su interior un mundo real
con paisajes difuminados y absurdos
que se evaporan con el cambio de postura.
Gran parte de la vida el cuerpo se amodorra
y teje labores psíquicas con símbolos
en la urdimbre del conocimiento inconsciente.
Posee el lenguaje de los cuentos y leyendas
y los mitos pasean por historias eternas,
relatos de celos, envidias, miedos,
complejos, juegos de poder y pasión.
Por el hontanar de la magia la imaginación creadora
se mofa de la sabia y culta inteligencia despierta.
La palabra entrevera ideas y conceptos,
anhelos, temores, recuerdos, duelos y cuentos
con la hebra de la historia personal y familiar
y la aguja de acero del deseo insatisfecho.
Una historia que se repite en años
hasta conseguir comprender el significado.
Baja al sótano, espacio abisal de la mente,
donde nace una enorme luna azul iluminada
de la que nacen miles de mariposas
danzando libremente en una nube de plástica aleatoria.
Símbolos sutiles que el alma interpreta inconscientemente
atravesada por las necesidades de la mente y el cuerpo.
Caer al vacío y despertar en el instante
en el que, casi en el suelo, el despertador suena.
Le dio el ictus cuando el Sol estaba en lo alto.
La médico apretó su pulgar en la piel
y quedó una marca blanquecina
propia de la falta de riego.
Sólo falta esperar.
La muerte impasible sometía su presa.
las principales arterias al riego
y desarrolló lentamente un circuito periférico
de microcapilares que alimentaba el cerebro.
El corazón, que había superado un infarto
sin acudir a los médicos,
seguía su marcha descompuesta.
Mantuvo la ilusión de ver el cambio de milenio.
Rozó la noche mágica de Reyes en su agonía.
Esperó a recibir el escapulario de la Virgen del Carmen
y Ella le amparó en el último momento.
Descansó de una vida arrastrada por la historia.
de la plaza con los brazos alzadoshacia el cielo y el torso abierto. Calladosy atentos los que aguardan el encuentro.
Se presenta al toro. Gira despacioen la soledad del sediento albero.Luego, en torno al toro corre el torero,y el astado embiste para ensartarlo.Se para, abre las piernas y las cierra.El toro embiste al aire por el quiebroy pasa en desmesura junto al diestro.Clava en la cruz los arpones y se aleja,con chulería, del morlaco fiero.En pie aclama el coso al banderillero.
No está el olvido implantado de forma evidente.
Aún se renuevan neuronas estimuladas por el interés
en la vida, las cosas del espíritu
y el anuncio continuo de la muerte cercana
que avisa, discretamente, raptando gente del pueblo,
como entresaca del colectivo adormecido.
Recuerdo ancianos de piel quemada,
más jóvenes que yo, abandonada la madurez,
el rostro surcado por torrenteras del tiempo,
con un diente en medio de la oscuridad de la boca
y la colilla de “caldo de gallina” pegada al labio inferior
oscilando al hablar sin temor a desprenderse.
Un hablar pausado gesticulando,
como hacen los sauces bajo la brisa.
Las fuertes y rígidas manos, remos de la fuerza y la necesidad,
aludían al trato obligado con la tierra dura e inclemente.
Una faja larga grisácea rodeaba, varias veces,
su cuerpo a la altura de los riñones.
La mujer vestía la negrura de la pena y el ocaso
arropadas con negras toquillas de lana.
Pañuelos negros cubrían su cabeza rematada en rodete cimero.
Familiares fallecidos pedían, durante años, el respeto del luto debido.
Las tertulias en la tarde, reunión de vecindad
sobre sillas de anea en la calle empedrada,
compartía entresijos de lo cotidiano,
enlaces, amores y amoríos, herencias, decesos y partos;
forasteros que han venido y vecinos que se han marchado.
La vida pueblerina analizada bajo la lupa de la envidia,
los deseos, el escarnio, la crítica graciosa y el humor cínico.
No existen, a día de hoy, esos oficios de hambre y tradición
desaparecidos bajo el avance del progreso técnico y cultural.
La artrítica anciana Higinia, encorvada como la ojiva del puente
que cruzaba diariamente, vende la blanca arena de la orilla del río,
restos de montes olvidados, como limpiasartenes.
Hoy, plásticos y detergentes ignoran otras formas de limpieza.
Limpieza de los excrementos de las bestias de carga,
cagajones decían los niños con repugnancia y complicidad,
abandonadas en las calles que Regino vendía como abono.
Los animales de carga han desaparecido de la cotidianidad.
Los Moruchos lanzaban sus redes en el río capturando
barbos y pencas, vendidos fritos luego en su merendero.
En las crecidas recogían, con serio peligro,
los grandes troncos de árboles desgajados por las tormentas.
Ya no hay peces comestibles en el oscuro río
y las aguas del deshielo no son tan abundantes como entonces.
El labrador madrugaba más que el Sol para segar la mies.
El trillo arrastrado por el mulo, daba vueltas interminables
bajo el Sol justiciero, pasando, incansable y pausadamente,
sobre las espigas extendidas en la era,
cortadas con lascas de silex hasta triturarlas.
Barría y cernía separando la paja del grano
cuando la oscuridad del crepúsculo se apoderaba del entorno.
Una sola cosechadora realiza todas las faenas, mientras avanza,
sin dar tiempo al Sol a llegar al ocaso.
Camineros limpiaban las cunetas con azadas, pacientemente,
hasta hacerlas practicables en las escorrentías de las tormentas.
Las autovías tienen arcenes, no cunetas, como las autopistas
que atraviesan las comarcas cortando las vías naturales
como cicatriz profunda en medio de la frente.
Modistas y zapateros cosían con las agujas enhebradas
por la necesidad, mientras la tertulia diaria hilvanaba
de varias páginas, sin levantar la vista, aunque el ruido
hiciera recordar batallas de sables y disparos de mosquetes.
Ordenadores lo hacen en fracciones de segundo,
organizando los resultados según necesidades,
mientras empleados se afanan en buscar posibles clientes.
La prensa escrita sobre papel desaparece mientras avanzan
las aplicaciones digitales y la inteligencia artificial.
Mecánica cuántica y relatividad pueblan la vida diaria
y el alma de los ciudadanos permanece aferrada
a los mismos pecados capitales que al inicio de los tiempos.
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Bendito sea
Bendita la tierra, el aire, el agua y el fuego
esencia de la naturaleza y del tiempo.
Bendito el fuego, roja lengua de serpiente,
flamígera flor fulgurante y fugaz,
y el agua que arrastra torrentes de lunas verdeazuladas,
y la tierra que hace cuencos vacíos y montes orgullosos
y proyectiles que vuelan atravesando la luz,
y el aire, de torbellinos transparentes,
que viaja libre hacia la noche por caminos imprecisos.
Bendito el cosmos vacío y limitado,
aunque se piense infinito por maestros.
Bendito sea Abraham padre de la fe,
y de generaciones sin número,
que hablan con Dios y recorren la Tierra.
Bendito sea Eleazar el anciano macabeo
muerto por negarse a comer carne de cerdo,
ejemplo de dignidad para todo tiempo.
Bendito sea San José, padre putativo,
que conoció la acción del Espíritu
y el lenguaje de los profundos sueños.
Bendito el carpintero, el hombre entero,
que emergió del mar de dudas hacia el cielo
de la eterna verdad. En libertad aceptó, sin miedo,
la voluntad del Padre que le hizo eterno.
Bendita sea María, madre inmaculada,
que conoció las profundidades del alma,
puras como el pensamiento de Dios,
claras como la fuente de eterna bondad;
que aceptó ser traspasada por la espada
de ver el injusto sufrimiento de su hijo
sin expresar el susurro de un suspiro,
ni evitó la tremenda herida de la pena.
Bendito sea el Dios de misericordia;
que hace llover sobre malos y buenos,
que nunca tuvo, ni tendrá, acepción de personas,
y a los tibios desea vomitarlos de su boca.
Dios Amor, creador de la luz, la vida, y el tiempo,
de un reino desvelado de esperanza,
que nos hizo libres para que el amor fuera sincero.
Bendito sea Jesús, el Hijo, el Ungido, el Verbo
que mostró la naturaleza del Padre,
que pasó haciendo el bien
y aceptó morir como un cordero.
Bendita sea la humanidad de seres buenos,
hombres y mujeres, que aceptan la vida como es
y siembran, en nuevas generaciones, bellos sueños.
al que me retiro azuzado por los ritmos circadianos
que gobiernan la naturaleza programada en eones
de luz y sombra, mareas y recuerdos.
Soy la naturaleza. Soy el aire y el tiempo, vida y muerte.
Soy ciclos y abismos oscuros de generaciones olvidadas
excepto por la enciclopedia genética de ácidos nucleicos
escrita en los miles de millones de células eucariotas.
Soy frágil jarro de loza capaz
de contener, quebrarse y vaciarse.
Pensar y sentir, ver y soñar, amar y recordar.
Como el Sol cruza el horizonte y llega la noche,
y, pasada la ceguera del color, se despereza el día;
como el anfibio sale del agua y a ella vuelve
y gusta de la vida en ambos medios indispensables;
como el hombre se limpia de sus faltas,
por la misericordia de Dios, y de nuevo
repite sus costumbres y sus defectos
hasta conocerse en comparación con la Bondad;
como la oruga que come incansablemente,
se arrastra en el cumplimiento de su genética,
almacena energía para su increíble transformación,
acaba volando con temerosa inquietud
entro en el tiempo circular, en los ciclos inasibles
y silenciosos de los planetas septenarios
por los que navego en ineludible carrusel.
Batallas de vida en los flujos del conocimiento y del ser,
donde la ira, da paso a depresión e inquietud;
donde el deseo intranquiliza el espíritu y lo debilita;
donde el sueño imprescindible se pierde en la luz del día,
y los sueños de la vida crecen por fe intangible;
un aleteo del viento que lleva la paz misteriosamente,
incluso en momentos donde dolor y enfermedad deberían
cubrir el alma de angustia e ingratitud;
soy perímetro que encierra vida y acaricia la destrucción;
nube mudable que pasa difuminándose en la mirada;
torrente de lágrimas en rostro inexpresivo;
emoción y sentimiento apenas programado.
Soy un pensamiento del Padre y, por ello, presente y eterno.
No acepto consideraciones exclusivamente materialistas.
Me niego a limitar la inmensidad de la existencia.
Sólo sé que me fío de Aquel que se dijo camino, verdad y vida.
Moisés no entró en Tierra Prometida
pero estuvo con Jesús en el Tabor.
Libre me ha hecho Dios
y en mí ha confiado,
en Él me he abandonado
para ser como Él pensó.
Pero no he sido constante
en el camino trazado.
Por pedregal caminante
en piedras he tropezado.
Quise llevar hasta el cielo
a muchos equivocados
como instructor preparado
para ir con mi gente al cielo.
Pero cada uno libre es
de
hacer la vida que quiere,
y,
a la postre, la que puede.
Mejor
basada en la fe.
Ante todo libre soy
y elijo la dignidad
de morir con la verdad
de las leyes del amor.
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Abro las manos y están vacías.
¡Vacías!.
Como las cuencas en las que ojos
repletos de imágenes y colores
cruzaron el horizonte crepuscular
y, ahora, en ellas resuenan
las sombras de la nada y el silencio.
Como el pozo reseco del desierto
olvidado de la nube y el escorpión.
Como pueblos abandonados
por las nefastas plagas de la historia
causadas por aventureros y emigrantes,
o por la huida en busca del destino.
¿Dónde ir si la meta perseguida es el origen?.
Buceo incesantemente en la memoria
agobiado por la blanquecina neblina del olvido.
Si hubiera comprendido el sentido de la vida
en el amanecer de la historia personal,
cuando ignoraba las pasiones que impulsan
a la humanidad hacia el abismo de la nada…
¿Qué maestro pudo hablarme de la vida?.
El tiempo se contrae y se percibe acelerado;
los años se entremezclan y enlazan sus días;
las estaciones pasan casi sin cambiar de atuendo;
los sucesos alteran su ubicación temporal
con facilidad sorprendente;
de continuo los conocidos desaparecen
y la habitual población se hace extraña.
Si el recuerdo se reduce o desaparece
me habré ocultado en el olvido.
La verdad se defiende sola, dicen.
Pero la verdad está en estas manos vacías,
desdicha de la historia repetida
aniquilada por el tiempo indiferente.
¿Qué sentido posee la existencia rutinaria
en esta realidad de ciclos reiterados hasta la hartura?.
Ciclos estructurados en sistema planetario inestable
girando alrededor del agujero negro central de
la galaxia.
Mundos en torno a un agujero negro...
¿Tiene sentido?.
Un mundo y las manos vacías inmersas
en el vacío cósmico de la creación deshabitada.
Se llenarán de esperanzas sutiles y emociones
disueltas hasta la extinción de lo tangible
armonizadas en el inmenso cosmos desconocido.
El vacío colmado de lo invisible
concebido en la oscuridad de la energía
y lo palpable ignorado.
Oh vacío, oscuridad de esencia ignorada,
reiteración de lo desconocido,
cóctel secreto de algoritmos enigmáticos,
ataúd del olvido y el oscuro desaliento
amalgamados con la pérdida del tiempo y de la vida.
Aún vibra la nostalgia del paraíso perdido
en los corazones de los habitantes
resignados al dolor, la pena y la ignorancia.
Caminaré por sendas de esquistos y salitre
en busca de la fuente de la salvación,
fuente de agua viva que vivificará
mi existencia dirigida a la casa del Padre,
única realidad permanente, y verdad
que puede llenar el mundo y mis manos.
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Santa Teresa de Jesús |
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Vuelve a secarse la fuente amarga
del cieno oreado y revuelto de la historia.
No hay panteón, ni fosa, ni cuneta,
que soporte la excavación ideológica
perturbando la tregua que ampara al espíritu.
Prolongan el instante en que el simún
arrasa el secanal del alma
hasta pulverizar el deseo infructuoso.
Bandada de cuervos en busca de carroña.
Ratas que morirán con sus rabos anudados.
Peones del mal alumbran la mentira
en el campo extenso y llano de la mendacidad.
La depresión aislada en niveles altos del ansia,
errática, peligrosa, como perorata
engarzada por los eslabones del odio.
La maldad sibilina, transmitida
en los programas oficiales
con la historia inventada y pervertida,
inocula la semilla del mal
en la fresca inocencia del alumnado
y en la curiosidad indolente del ciudadano.
Porque el mal es mentiroso
y el diablo, príncipe de la mentira,
trabaja incansablemente para incrementar
su prestigio en la sociedad hedonista,
ociosa, de gorrones afiliados,
e incrédula en la ineptitud de la insensatez.
Lo han hecho: escarbar la corteza olvidada
con el propósito propagandístico
de propalar lo que fue
como si de otra forma hubiera sido.
Descubiertos rosarios y medallas religiosas
echaron tierra sobre el asunto.
Reconstrucción de la memoria histórica
con la evidente intención de permanecer.
Ellos que trabajaron por el genocidio del creyente.
Ellos que provocaron la contienda
para implantar la dictadura del proletariado.
Ellos que inventaron las checas del martirio.
¿Ética?. La justicia que dicto y organizo
es esencia de la democracia que programo.
¿Moral?. Pertenece a los creyentes majaderos.
Su ideal y objetivo: comunidad de bienes
e igualdad en los múltiples niveles
fragmentados de cultura y oportunidad,
hasta acabar arrasando todo vestigio de libertad.
El poder, norte y guía del político corrompido,
ansiado, perseguido, codiciado, actúa
degradando el sentido humano
y se muestra como dragón del Apocalipsis.
Consagrado el pan, en Ti le has mudado
y el vino tinto en Tu sangre bendita.
Por ese infinito amor que has mostrado
al nacer en esta tierra cainita
y hacer este milagro permanente
de quedarte aquí, oculto, a nuestro lado:
te amo y venero. Da luz a mi mente
y al corazón dolor de mi pecado.
Te hiciste humano voluntariamente.
Sufriste horriblemente en el tormento
aceptado hasta la hez de la existencia.
Transformaste en vida tu apariencia
en vino y pan, para hacerte alimento
que da vida eterna gratuitamente.
Tardé en comprender cómo eres.
Me llamabas hacia Tí
Me preguntabas ¿me quieres?
Yo respondía que sí.
En realidad ni pensaba
lo que al responder decía
pero en mi interior manaba
la gracia que en Tí nacía.
La llamada permanente
iba preparando mi alma.
Del corazón a la mente,
de amor, floreció una planta.
Cuántas veces me he alejado
de Ti siendo malo y necio.
Cuántas veces he dejado
de demostrar que te quiero.
Oh, si yo hubiera sabido
lo que era el amor sincero.
Si te hubiera conocido
tanto como ahora te quiero.
Tuvo que pasar la vida
de lucha, camino y fe,
buscando donde no había,
penando para crecer.
No me queda mucho tiempo.
Pide Dios que esté a su lado
y lo haré en todo momento.
Mi tiempo ha sido un regalo.
No quiero desperdiciarlo.
Lo aprovecho en cada instante.
Buscando amar al Amado
aspiro a un rezo incesante.
Para estar cerca de Dios
has de orar frecuentemente,
no perderás la esperanza
no temerás a la muerte.
Te encontrarás con la paz
aún teniendo sufrimiento,
Con ilusión vivirás
si quieres ganar el Reino.
Estoy en labor constante
para alcanzar el sosiego.
Voy hacia Dios caminante
y persigo el desapego.
Con humildad y abandono
en nuestra Madre del cielo,
esperanzado le invoco
y dando gracias espero.
Virgen María, adorada
madre, asísteme en la lucha.
Acude a mí sin tardanza
pues necesito tu ayuda.
Sin Tí me siento extraviado.
Con tu dulce compañía
podré llegar a tu lado
a ver el eterno día.
Toro bravo orgulloso de su estampa.
Erguido y sereno observa despacio
el entorno donde avisa el contrario.
Los cuernos firmes en el cielo clavan.
El pelo negro brilla al mediodía
cuando la noche en su cuerpo reluce.
Incitado por el mozo el toro muge
y el torvo silencio se hace armonía.
¿No veis esta magnífica figura,
este portento de la naturaleza,
que no estaría si fiesta no hubiera
y ofrece su muerte en lucha segura?
La muerte dará sentido a su vida
si por el campo muestra su bravura.
La historia castellana se apresura
a estimar y ejercer la valentía.
Lo dice Chesterton con tanto ingenio:
donde al animal adoración se ofrece
sacrificio humano se favorece.
No será el caso del castellano recio.
Inmaculada Concepción de María
El ángel de la luz está nervioso
pues va a nacer nuestra Madre y Señora.
Sabe el narciso que ha llegado la hora
de rendir cuenta al Todopoderoso.
Su orgullo, por santa Humildad herido,
no puede comprender, no entiende nada.
Sólo se ve él, en el centro, pasada
la noche del rencor en él nacido.
Degradante de lo humano, convulso
por temor a la bondad y la ternura,
envidioso hasta perder la cordura.
Conociendo a Dios, niega todo recurso
que pueda hacer al Amor conocido.
Quiere en negra noche cambiar el alba;
que la gracia del bien acabe en nada,
que el corazón del hombre ande torcido.
Del Reino eterno, que de Dios naciera,
la virgen fue tanto tiempo esperada
que Joaquín y Ana juzgaban pasada
la oportunidad que en ellos hubiera.
Cruza el universo la luz del arco
iris anunciador de la esperanza.
Una promesa firme que declara
la voluntad de Dios: su desembarco
en la raza humana. Nace la Virgen,
morada del espíritu divino,
aplastará la estirpe del maligno,
mostrará del amor lo que es posible.
Llena de Gracia y acabada figura;
incomparable en su delicadeza;
es perfecta en la diáfana pureza.
Nunca existió nadie con su hermosura.
Nadie hubo tan humilde con su altura
y Dios, con su pureza, contemplara.
Su sabiduría vasta y preclara
es mirada de Dios a su criatura.
Directa llega, al corazón que implora,
la música sutil que de ella emana.
Es dulce sinfonía para el alma,
sosegada paz de la nueva aurora.
La Virgen, Madre y Señora, ha nacido.
La promesa de Dios se ha concretado
en la humildad de una niña sin pecado
que tiene el coraje de amor vivido.
Madre pura: naciste sin pecado
y jamás el malo pudo engañarte.
Guárdanos de él que anhelamos amarte,
seguir a Jesús y estar a tu lado.
Mírame tal como soy que no quiero
fingir y tú eres la fiel garantía.
A tí me consagro, Virgen María,
en tu amoroso corazón me quedo.
Habían regado los huertos de la verdad
con la sangre caliente y púrpura de la inocencia.
Habían cortado de raíz la flor de la esperanza
y aplastado con las botas del desprecio.
Profanaron lo más sagrado con el odio gratuito;
sinrazón de la oscuridad, permanente y aceptada,
fuente de su justicia y su moral.
Ciegos, extraviados, ignorantes, ofuscados
contra el bien y los razonables vaticinios
del que vino para hablarnos del Padre
y su proyecto de Reino perdurable.
Aprendices del terror y castradores de vida.
Cortaron la siringe del ruiseñor
y el pico amarillo del estornino
cuando la noche era cómplice de las tinieblas.
Se arropan con buenas palabras y giros lamigosos,
Gustan de dichos y sentencias casi evangélicos.
Quieren construir la religión permitida por el mal
con dogmas versátiles, adaptables al momento,
y dirigida por el nuevo orden impuesto.
Celebrarán solsticios y regalarán cartillas
generosas para los vagos sin futuro.
Cantarán a la libertad y diseñarán la referencia
que regirá la justicia, la moral y la convivencia.
Votaciones cibernéticas alcanzarán su cometido
dirigidas por algoritmos razonablemente ventajosos.
La libertad morirá acuchillada por el lenguaje
manipulado e incesantemente repetido.
Son justos, solidarios con los suyos,
demócratas de lengua fácil para decir y torpes para hacer,
sobrios en el uso de cocaína y destilados,
colaboradores en el reparto de las ayudas sociales.
Hablan de la lucha contra la corrupción
dentro del sistema que han corrompido hasta la náusea.
Fomentan el aborto y la eutanasia movidos por la compasión
y elevado gasto del erario público.
Se agrupan en torno a un futuro no compartido
con el impagable deseo de permanecer
en el gollete insaciable de tragones indiscriminados.
Jugaron al futbol con la cabeza del obispo,
comerciaron con chorizos de monja.
No es precisa la memoria histórica para comprender
su educación, fraternidad y espíritu demócrata:
observad el comportamiento presente.
Perfeccionan las leyes de educación,
para alcanzar la igualdad, tan deseada,
con el inútil aprobado general.
Ocultan la verdad, siembran la mentira insidiosa
en la esperanza de una cosecha de votos corrompidos.
La sociedad mira sin ver, muda y sorda.
Y yo estoy dentro de ella incapaz y limitado.
Sólo me queda rezar.

Los sismos se han calmado.
Las explosiones se han detenido.
La peste, nueva enfermedad, dispersada por el mando
de la Salud Universal, remite de forma lenta
Soy uno de esta multitud acobardada y deprimida.
Esperamos, apoyados en la psicosis masiva,
evitáramos la llegada del temible día.
Se descompone el mundo como piel necrosada por la lepra.
Es la evidencia de la ignorancia, el orgullo y la incredulidad,
cuya alianza lleva a la estupidez y la sumisión.
¡Enmudeced, decidíos a observar!.
¡Callad y oid vuestros corazones!.
En ellos está la información sobre la verdad y el bien.
Mirad hacia delante. ¡No abandonéis el camino!.
Desechad el recuerdo que os perturba.
Ensordeced a la mentira y enfrentad la mirada del mentiroso.
¡Silencio!.
No escuchéis los múltiples canales de noticias
dirigidos por el grupo de poder que gobierna el mundo.
Un murmullo permanente de ayes y lamentos,
el dolor que se agolpa en las sienes,
la tensión en la garganta que atipla el susurro,
el temor que envuelve la piel húmeda y fría de la multitud,
los muertos, tantos y tan olvidados,
y ¿aún no veis claro el sentido de la vida?.
¿No es para gritar hasta desgañitarse, regurgitar y enmudecer?.
¡Vomitad los cobardes vuestra cobardía!.
¡Encended, con brío, vuestra esperanza!.
¿Dónde está la gallardía?. ¿Dónde la libertad?.
El mundo es vuestro hasta agotar el tiempo asignado.
Llamad a los muertos idos sin terminar su labor.
Ahora, vacías las cuencas de sus ojos, ven con mayor claridad,
pero sufren con dolor en la cárcel del olvido.
Todos fuisteis tejidos en el útero materno
vigilados por el supervisor de almas y emociones.
Escuchasteis el mecanismo artesano incansable de la sangre
transportando la información de generaciones perdidas.
Vuestros nervios fueron hechos para la defensa de la vida
y para alcanzar la paz que habita en vuestras profundidades.
Agostad el miedo y quemadlo en las brasas del amor y la esperanza.
Suprimid el orgullo que apaga todo fuego y confunde el espíritu.
Los muertos se fueron con los muertos para seguir luchando.
¡Despertad vosotros que os habéis abandonado en la desesperanza!.
Decidiros a vivir.
Y el mundo avanzará hacia la edad de la energía de fusión
al beber de las fuentes del espíritu herencia de lo eterno.
En este anciano cuerpo encarcelado
por piel ajada, mustia y envejecida;
de historias predecibles traspasado
estoy llegando al final de mi vida.
Pasaron nubarrones y galernas,
situaciones al borde del barranco,
ilusiones, deseos, tantas ciertas
esperanzas, tantos duros trabajos,
y tantas agradables alegrías.
Vivo hogaño en este mundo extraviado.
Miedo me da hacia donde se encamina
cual potro desbocado. Yo querría
seguirte, Jesús, hasta el reino amado
y abrasarme en el amor que en Ti germina.
al pulsar la cuerda del sentimiento.
Tañen campanas en el cuerpo dentro
de la historia prisionera del hombre.
Irrumpe la marejada en el pecho.
Asciende y arrasa la hueca garganta
donde agitada, se inunda y atraganta,
con restos de palabras de desecho.
Traspasado por el viento y rasgado
por el rayo, la chispa incandescente,
incendia el sótano congestionado
y abre la trampa que lleva a la frente.
Allí se enfría hasta apagar el hado
Si no me hubieras visto en el espejo de tus claros ojos
llenos de espontaneidad abierta y confiada;
si no hubieras mostrado, sin ambages, la limpieza
del cielo eterno en el que permaneces
frente a la envidia, los celos y el dolor;
si no hubieras visto amanecer aquel día
que abrió las simas profundas del ser
y vinieron al mundo estos que nos esperan siempre;
si no hubieras alimentado la esperanza
con las frescas y limpias aguas del amor;
si los recuerdos, tan lejanos, de la niñez
no hirieran como hieren las aguas
la corteza de los montes donde vive el marrubio
y las abejas zumban sobre la peonía;
si no hubieras educado a pobres intelectualmente
y rescatado de la incuria a niños perdidos
en la dejadez y la desesperanza,
y defendido la dignidad de los subestimados
e instalados en el olvido;
si tú, madre segura y protectora,
no hubieras auxiliado, hasta la extenuación
y consumación del tiempo habitado;
entonces no hubiera podido decirte que te amo
Te amo
más que cuando rodeada de rosales
paseabas flotando sobre el aroma de las flores;
más que, como los petirrojos levantan sus nidos,
organizabas la casa, imaginando,
con el pecho henchido de gozo, la estética y el futuro;
como cuando, en la maternidad, te iluminaste
con el brillo de una piel nueva y limpia,
que provenía de la esperanza y el amor germinado;
y pienso en el tiempo que nos queda,
pero lo mido con un reloj regalado,
el de las inmortales creencias de nuestros padres
Me duele el recuerdo de la palabra
salida del hondón de la memoria.
La voz que desean no diga nada.
Sabemos que de ella nació esta historia.
El eco resuena en los farallones
del mar de las mentiras y el espanto.
Oíd las fantasmadas y las razones
La salud sexual y reproductiva
se propaga como un bien; un exhorto
por la libertad de la mujer viva,
empoderada, dueña de su enojo
y de los montajes de sus mentiras:
la criminal defensa del aborto.
Torva muerte de miles de familias
Envuelto en la sonoridad de Moon Shadow
garrapateo este poema
por las aguas turbias del recuerdo.
La tenue luz traspasa la oscuridad
y proyecta, en mi alma, la sombra
del árbol del tiempo agridulce de la vida.
El cri cri estridente del grillo enfría la piel
y acentúa el titilar de la estrella en el cenit
negro y cóncavo de la noche destemplada.
¿Qué he perdido en el transcurso acelerado
de la existencia irrepetible?.
Arrastro el desánimo por el césped marchito
donde alguna vez hubo caracoles y babosas.
¿Qué he soñado?. ¿Qué he vivido?
Moonshadow, moonshadow.
¿Dónde voy?.
La vitalidad se esconde tras la sombra del futuro.
¿Qué he perdido en la noche?.
Lo perdido perdido está y lo acepto sin ambages.
Por años pierdo, moroso, los dientes,
uno tras otro incesantemente,
como muescas ofensivas que me degradan.
No recuperaré el tiempo perdido ni lo buscaré
arrastrado por los vientos intangibles del olvido.
Moonshadow. Moonshadow.
Soy una mota de polvo iluminada
por esta difusa y tenue luz de la noche,
difuminada como el recuerdo,
como el surco del ánade en el agua
que avanza más deprisa que la ola que provoca,
como la forma adivinada de la nube caprichosa,
Moonshadow. Moonshadow.
Como el delicado aroma de las lilas
Moonshadow. Moonshadow.
Y si pierdo mis ojos y la noche me inunda,
y las nubes ocultan tu rostro
ya no habrá sombras sin luz de la noche.
El tiempo me transforma ausente de mí.
No habrá paz si sólo hay materia,
si el sentido no se busca en lo intangible,
en las vagas sombras de la luna
o en el humo del pabilo que en la quietud se apaga.
Alzo los brazos e invoco el nombre del Señor
fascinado por la maravilla del cosmos vacío e inmenso
sembrado de universos islas y cientos
de miles de millones de astros de colores apenas intuidos,
y me recojo en mí al oír el canto del cárabo
que contiene la oscura influencia de las sombras silenciosas:
Inmaculada Virgen María
Es llegada la hora.
Se expande el Universo desde el hontanar de la existencia
y nacen mundos sembrados en la periferia de las galaxias.
Los ángeles se desplazan agitados en la atmósfera del tiempo
pues el ángel de la luz, resentido en su inteligencia,
aloja la ira roja en el desierto del sentir
con la expectativa de su derrota.
La luz atraviesa la atmósfera diáfana
hasta llegar a la penumbra morada del olvido.
Rasga el infinito con esenciales oscilaciones
en el vacío casi absoluto, como una teofanía de la certeza.
Desnudo el mundo ante el suspiro del Padre,
el bien y la verdad se presentan
desde la misma esencia del Omnipotente.
Es eco del instante de la creación omnipresente.
Grabada está una promesa en los anillos iridiscentes del cielo.
Tras la esperanza, desde la incertidumbre, se anuncia una nueva era.
La bondad, suelo fértil para la semilla del amor,
halla un espacio donde habitar
y la Palabra de la Verdad se encarnará
para enseñar al hombre la esencia de lo humano.
Nace de Hannah la pureza de la gracia torrencial,
y despeja la historia del mundo,
transcurrido el tiempo de promesa,
para acercarse al pueblo infiel y esquivo.
Tu delicada belleza, de blanquísima luz materializada,
como pétalo sutil de trémula flor de almendro,
es el eslabón de la cadena con que Dios se sumerge en la Historia.
Una virgen, que aplastará la cabeza de la serpiente,
alba resplandeciente del día sin fin,
nace inconsciente de su destino.
Ella vive inmersa en la divinidad estática y eterna
imbuida de la fugacidad del instante permanente.
Habita bajo las enormes arcadas del templo salomónico
en resonancia con su espíritu cercano a la deidad.
Dotada de ciencia infusa, por su espíritu celestial,
los seres naturales le declaran sus cualidades y comportamiento.
Se cura con la humilde y fragante mejorana,
y sana a los demás con la compasión de su sensibilidad exquisita.
Plantada la semilla de la bondad en el mundo de la ambición,
de la codicia, de los múltiples jirones de la soberbia,
y de la envidia corruptora de los afectos y las relaciones.
brota la flor humilde de la pureza creadora
que será atravesada por la negra espada de la maldad.
¡Qué dolor tan cruel!. ¡Qué misterio el combate entre luz y oscuridad!
¡Qué débiles y sutiles los medios que usa Dios para implantar su Reino!.
La mecha humeante exhalará su esencia azul hasta su agotamiento
La libertad, impresa por Dios en la esencia humana,
elige el bien como perla preciosa del abismo de la divinidad.
¡Hágase en mí tu palabra!.
Y la purísima virgen de diáfana pureza acogió la maternidad.
No son ovejas del rebaño elegido.
Cabras son del gran ejército enemigo.
La vida está hecha de guerras silenciosas
interminables, entre bandos opuestos:
el de los que siguen a la Providencia
contra todos demonios y su soberbia.
De Dios son los que aman y viven honestos.
¿Qué demonio es el que inútil me amenaza
y quiere llevarme al terreno adversario?.
¡Cuánto tiempo extraviado en torpes batallas!.
Sólo aprecio la defensa del rosario
con que en los días mi Madre me acompaña,
me aleja del mal y me acerca al sagrario.
La vida valor no tiene
si a mi espíritu le alejo
del Amor que me sostiene.
Madre del Eterno Amor,
madre que no me abandona,
madre que abrevia el dolor
del alma que Dios perdona.
Madre, tu delicadeza
con los hijos pecadores
nos lleva al Reino que empieza
en tus fieles amadores.
Me acojo bajo tu manto,
busco tu amparo seguro.
En la vida de los santos
se encuentra el reino futuro.
Tú eres la Reina del cielo,
tú nuestra madre divina,
la esperanza, nuestro anhelo
de alcanzar la eterna vida.
Mira las almas desnudas
que te esperan impacientes
para gozar tu ternura
en la gloria para siempre.
Eres canal de la gracia
de la infinita bondad.
En ti no existe distancia
hasta la divinidad.
Roturad el campo del deseo;
aricad la piel aún tersa y afligida que envuelve
y oculta a la mujer adulta y estremecida.
Recuerda el tiempo cegado el espíritu.
Puede que quieras ignorar la verdad;
que la angustia, la soledad, el miedo,
te impidan ver la razón de tu existencia.
Mientras, como una explosión, crecen,
en tu interior, tres capas de vida superpuestas.
La sangre se oculta cuando la Luna vuelve
a la mansión en que inició la memoria.
Todo se aprovecha en el desarrollo acelerado
del nuevo ser con incierto futuro.
El vientre del mundo dispuesto a engendrar
necesidad y dolor.
¡Una boca más!, ¡una boca más!.
Seca la boca, seca la lengua,
seco el corazón endurecido en su ceguera.
Seca la esperanza para el tiempo de vendimia.
Advierte el quejido constante de las tripas.
Ahí existe otro cerebro previsor.
Observa tu respiración entrecortada.
Una pátina de tristeza, filtro grisáceo,
como cielo plomizo persistente,
arrebata la luz a las cosas y al alma.
¡Qué desaliento desconocida la razón de la vida
y la realidad de la existencia infinita!.
La savia de la propaganda ignora los lamentos
acompañados de ira y desconsuelo,
y vuelve posible la historia de Tántalo,
repetida en el asco y hastío de la mentira.
El desarrollo de la muerte programada.
Un laboratorio, al que venden
restos desgajados y despojos cerebrales,
extraerá moléculas liposolubles con buenos beneficios.
Un día la ira destruirá las blancas y limpias batas
que ocultan la corrupción y la oscuridad del alma.
Se transparentarán a la mirada de la inocencia.
Me arrebata el corazón pensar ese modo
inhumano, criminal, defendido por los feministas
y los políticos amorales neomasónicos:
la muerte contemplada como un derecho de la mujer.
El miedo desalmado se vierte en torrentes de angustia.
Ver de madre a la abortista, ¡qué desatino!.
¿Has visto las imágenes de ultrasonidos?.
¿Has oído el ritmo de su pequeño corazón?.
¿Has sentido como cambia de posición
y como se mueve estimulado por la música?.
Tu voz podría ser música para él
pero, destroncada del centro espiritual,
desde la sombra desvanecida de tu ser,
emerge el miedo que se transmite por el instinto y la angustia.
Náuseas, sudoración, insomnio, obsesión,
¿crees que no lo percibe?,
El miedo le domina, como a tí,
angustiado por los pensamientos convulsos
que intuye en el caos de la agitación nerviosa.
Permanece una verdad diáfana
pero has de buscarla con sinceridad.
Descubrirás por la fe la mentira insidiosa
que sugiere como serpiente seductora
ayudada por el buen hacer de las clínicas
de salud sexual y reproductiva.
¡Qué sarcasmo!. ¡Qué execrable contradicción!.
Abre tu corazón y deposítalo en el seno de María
sobre el escudo de su misericordia.
La vida tendrá sentido
y la luz de la aurora iluminará tu espíritu.
Sabía lo limpia que tenía el alma
pero ¿ qué hacer ante tan clara evidencia?.
¿Cómo puede tener tan digna presencia
y estar con la luz que desprende su cara?.
Tal contradicción me tiene confundido.
En medio del vivo dolor permanece
esa ternura que irradia y resplandece
todo su ser en silencio protegido.
Su espíritu es suave y fuerte, recogido
en Dios, con firme, serena y alta nobleza.
Pacífica y amable con todo ser vivo.
De mente clara por su delicadeza
de corazón sin igual entre nacidos.
Pasaré la vida envuelto en la tristeza.
El ángel en la noche a mis sueños vino.
Mi intención era repudiarla en secreto.
Reconozco ahora el proyecto divino.
Me abandono en Dios y con su Gracia acepto
tutelar, proteger de lo que abomino
y de los peligros y todos sus riesgos
a la familia en la que Dios intervino.
Sé que su sensibilidad exquisita
del amor infinito de Dios procede.
Elegida por Él será firme puente
entre cielo y tierra mi Virgen bendita.
Con su luminosa cara y su sonrisa
donde la apacible bondad está impresa
a todos los seres humildes confiesa
que Dios es Padre y lo que ello significa.
Alonso Cano. Relieve sobre la puerta central de la catedral granadina. |
En tu original e inédita hermosura
veo clara la imagen del Dios viviente.
Jesús, Dios y Señor, habla claramente
en tu exquisita humildad y tu ternura.
La incrédula razón con su fe en la ciencia
y su método de ensayo y su destreza
no es el medio para ver en la pobreza
de tu espíritu el valor de la existencia.
¿Quién resiste la razón de tu belleza?.
¿Quién sino la Sabiduría amorosa
pudo hacerte con la luz de tal pureza?.
Te abandonaste en Dios, dejación gozosa
confiada y en tu nada nació la certeza
del "sí" que invistió a la virgen, madre y esposa.
No lo hagas
Un ser irrepetible tejes en tus entrañas.
Alrededor de sus huesos surge una red
de nervios, venas, músculos y tendones.
Le harán flexible, sensible e independiente;
un vehículo que lleva el alma.
Diez lunas recorren la esfera celeste
grabando la crónica de la gestación.
En el interior ingrávido del líquido amniótico
crece ignorante del campo que le aprisiona,
la presencia ubicua de la gravedad ineludible.
¿Cómo puede haberse convertido en angustia
la razón de vida y esperanza?.
¿Quién puede borrar los sentimientos del recuerdo?.
¿Quién eliminar la presencia del miedo?
Una destrucción emocional,
una corrupción de lo humano;
un miedo atroz degrada la sensibilidad,
la seductora ternura de la madre.
Encogido en el útero crece, enorme,
su cabeza en relación al cuerpo.
Materia, sentimiento y espíritu,
su cerebro, conectado al tuyo,
aprende continuamente en la escuela impagable
de tu experiencia vital, de tus emociones,
de todo de lo que te alimentas,
y aprende a degustar aquello que te complace.
La música que oyes se transmite por los rincones,
donde hay regocijo con el ritmo y la armonía,
Tu voz resuena en las cavidades del cuerpo
y en el ser que participa del oxígeno que tomas,
del agua que bebes, del ritmo de tu corazón,
de las emociones que te embargan,
y, con cada vivencia se establecen sinapsis
donde se implanta su yo y su memoria
que tanto participa de la tuya.
El sonido acostumbrado de tu corazón
es ritmo con el que se armoniza y acompasa.
Detectas por su estado de movimiento
el agrado o incomodidad que le afecta.
El derecho a la vida y la libertad
son innatos al ser humano.
No destruyas al hijo que ya tiene alma,
no lo hagas.
Aunque el temor, la inseguridad y el abandono,
te opriman y angustien el corazón;
no lo hagas.
Aunque tengas la presión de buenas palabras,
y el apoyo de leyes injustas e inmorales
que lo propugnan como un derecho tuyo,
perversión de lo humano;
no lo hagas.
Aunque haya quien diga que es un absceso ajeno a ti,
que puede extirparse sin peligro;
eufemismo de salud sexual y reproductiva;
máquina de matar niños no nacidos,
y de hacer dinero con sus prácticas
y abominable venta de despojos.
¿Dejarás que extraigan su cerebro en tu interior?
no lo hagas.
¡Grita!. Un grito desgarrado revela la angustia
y el cuerpo reconoce la impotencia de la debilidad.
El Señor escucha a los corazones abatidos.
El impacto ha llegado al cerebro primitivo
que conoce tiempos de caza y nomadismo;
emociones que preparan la huida y la defensa
y habla desde el inconsciente a través de los sueños.
Ahí vive, en la casa más profunda de la madre,
oscuro templo del misterio de la vida,
en el abismo de las aguas de la emoción y del instinto.
Se ha impreso en tu vida para siempre,
en sueños lo verás y en cada niño,
en las pesadillas y terrores nocturnos se presentará;
te alcanzará la fobia y la ansiedad vivirá en tu pecho.
No lo hagas,
tu vida ha cambiado sin remedio,
un hito irrefutable construido dentro de ti.
La formidable transformación ha comenzado.
El mundo, la realidad, los seres espirituales,
saben de su existencia
y esperan el florecimiento de la vida.
No permitas que el miedo te mantenga fuera de ti
hasta alcanzar un éxtasis que pervierta lo real.
Vuelve al interior, al origen de la vida, a tu verdadero ser.
Bienaventurada tu que en el vientre llevas fruto de eternidad.
Darás a luz y olvidarás el temor de lo oscuro
y la perversidad de la mentira.
No lo hagas:
deposita tu confianza en Aquél que es el Bien.
La paz habitará en tu corazón.
En tus entrañas anida el futuro, el camino, la verdad, la vida.
Hay en el monte un árbol que está tan solo
como cualquiera que, por ser nacido,
se ha enfrentado a su existencia y ha vivido
Rodeado de seres parecidos,
solos, cada uno está en sí ensimismado.
Pasa la información de lado a lado
sin obtener nada más que el olvido.
Siempre en el mismo lugar enraizado
como si un mundo mas allá no hubiera;
conmovido en la noche viendo estrellas
crea semillas del bosque soñado.
Jesús, que estás en el cielo
y no me abandonas nunca,
acoge mi alma desnuda,
siembra el amor en su seno.
Entonces será tu casa,
y vivirás en mi cuerpo.
y mantendré en el recuerdo
las cosas de las que hablas
que meditaré en silencio.
Con la luz de tu mirada
veré el signo de los tiempos.
Por siempre sabré que me amas.
Harás de mi un jardinero
que cuida de tu palabra.
Charco en el cosmos que nace,
matriz de vida que surge,
menstruo de vaca que muge,
lengua del cielo que lame.
Gota de agua en la ceniza
llegada de las estrellas.
Fuente de vida que empieza
donde la muerte termina.
Agua que el mundo disuelve,
agua salada que sana,
agua que lleva la barca
del mundo que permanece.
Nos vamos de cabotaje
por la costa de la vida.
Guíanos Virgen María
en este difícil viaje.
Busco en el cielo la estrella
que nos lleve hacia el norte
del mar que rompe en el borde
del corazón que nos lleva.
Izaremos la mayor
al zarpar de nuestra estancia.
Cruzaremos la borrasca,
esperando tu favor.
Carpinteros de ribera
preparad nuestro velero
que surque por rumbos nuevos
los mares de las leyendas.
Cuando lleguemos al fin
de la noches neblinosas
volveremos a las costas
donde habremos de morir.
Del pliego de mi vida
hice un barco para cuatro cruceros:
niño, joven, maduro y viejo.
Andando por rutas establecidas
he aprendido el oficio marinero.
Me guío por la estrella de Belén
que es norte del espíritu que quiero.
Atravieso tifones y galernas
navegando en el mar del desconcierto.
La dotación del viaje es mi familia
y las cartas, el Nuevo Testamento.
En el trance preciso de esta historia
quiero deciros donde me encuentro.
En cada instante que transcurre tengo
mutaciones que condenan el cuerpo.
Nada hay en la tierra ni en la noche
que evite terminar estando muerto.
No andaré por esta vida y esta tierra,
penosa y sorprendente, mucho tiempo.
Viajé por mares calmos de cordura,
sendas registradas en el cerebro,
aprendí los niveles culturales
precisos para valerme en el ruedo,
de las ciencias exactas sobre todo
disfrutaba como enano de cuento.
Me aproximo a Jesús Sacramentado
el amigo más íntimo que tengo,
le comento las cosas que Él conoce
y le ruego que me acoja en su seno.
Me abandono totalmente en sus brazos,
pido el Espíritu que habite en mi seno,
y que a mi familia unida la acoja
para siempre en los registros del cielo.
Confío en que su gracia me basta
y no dejaré que me afecte el miedo.
Dios está, aquí y ahora, dentro de mí
y allá donde miro siempre le encuentro.
En la ciudad
Un río seco, rectilíneo y gris;
su cuenca diseñada por los intereses
de los que murieron aplastados por el tiempo,
de los olvidados por las apisonadoras que allanaron el firme
y derritieron el alquitrán asfixiante de venenosos vapores,
Actúan los poderosos del desarrollo;
establecen la red inevitable, fija, esculpida
por la historia y sus coyunturas,
proyectada para permanecer
y organizar la existencia de los anárquicos vecinos.
Redes paralelas,
ocultas a los ojos de los despreocupados y de los confiados,
se extienden como sistemas necesarios,
comprendidos solo por los técnicos interesados:
cables de corriente continua para llevar información,
de alterna para la energía, tuberías para el agua potable
y los residuos enviados a las centrales potabilizadoras
donde el agua volverá a ser potable
frente a los resabios y repugnancia de los legos.
¡Ved los ventanales oscuros, como ojos ciegos,
de los enhiestos muros de cemento erigidos verticales!.
Ojos estáticos, de iris negros, silenciosos,
ven la inhumana estructura metálica
sumidos en el ocaso de la indiferencia.
Vidrios, cartones, metales, plásticos, aceites, neumáticos,
contenedores de restos del consumo
reproducidos hasta el irritante exceso.
Confinados, en umbríos sótanos, transformadores eléctricos
iluminan urbanizaciones recluidas en panales
productores de hiel y sociable soledad.
Un perro hace sus deposiciones
mientras su amo vigila con un plástico en la mano.
Los gatos andan lejos de ojos extraños.
Estorninos se adueñan progresivamente del espacio
arbóreo de plazas con enormes plataneras.
Bandadas, al atardecer, cortan el aire con chillidos abrumadores,
armas de defensa del espacio exclusivo.
La urraca atraída por el brillo social
se ha hecho frecuente en la fauna ciudadana.
Los córvidos, tan inteligentes,
invaden el hueco creado por la intención
de los babosos políticos seguidores de Bill Gates
y de los neomasones que propugnan tiempos felices.
Los quioscos de esquinas y plazas vecinales,
desaparecen arrasados por las redes globales
y las relaciones quiméricas entre abonados
ajenos a su entorno y ayunos de afecto.
Apenas se oyen campanas.
Sirenas de bomberos, policías, ambulancias,
recorren velozmente las vías con rumbo desconocido.
Un pastor alemán aúlla, a su paso, forzado por el instinto.
Gente de color negro, los mejores de su tribu
han huido de la miseria en viaje heroico hacia el Norte
para alcanzar la miseria.
Desarraigados de su hábitat se hunden en la desesperanza.
Atravesaron el gran desierto, naciones musulmanas,
el mar de la historia y la promesa,
ahora oyen hablar del agujero de ozono, el cambio climático,
el deshielo de los polos y las plantas transgénicas.
Comerán carne sintética con la proporción de aminoácidos
adecuada, soylem de la bromatología de vanguardia,
aromatizada con el sabor del pollo campestre.
Musulmanes se reproducen con afán
premiados por países árabes que pretenden
la reconquista silenciosa del espacio de una historia manipulada.
La sociedad occidental quiebra su futuro
asesinando a sus hijos no nacidos.
Muertos nonatos, a pedazos extraídos del útero materno,
gimen terriblemente en el espíritu y recuerdo de sus madres.
En Roma atascaban las cloacas con fetos abortados.
Actualmente, ¡oh Dios!, mucho más racionales,
se aprovechan por la importancia de sus restos.
Células madres, grasas, proteínas, ...
¡Cómo evoluciona la moral y los derechos!.
¡En poco tiempo la memoria de la Historia se habrá perdido!.
Otras serán las fiestas y otra la enseñanza.
En las mañanas un hervidero de niños
acompañados de familiares recorren rutas rutinarias
hacia centros de esperanza.
Desconocen, en su evidente inexperiencia,
la enorme importancia de la cultura,
supervivencia de la sociedad y de la memoria.
Frente al consistorio la pancarta reclama atención:
“El ruido nos impide vivir”
La democracia, podrida, ha perdido la autoridad.
Pintadas absurdas, necias, sucias,
hechas en la impunidad absoluta de los que se saben inmunes,
reflejo de la nueva costumbre del tatuaje colectivo.
Mentira y división son tesoros en el linaje del poder.
Todo se halla aquí, en el huerto de lo posible,
cuenca donde convergen vidas en aluvión
buscando los mejores intercambios de intereses.
Descubrirán la administración, poder concentrado,
dirigida por el orgullo, la coerción de la libertad,
y el amaño de la justicia degradada hasta el tedio.
Manifestaciones organizadas desde el gobierno
exigen justicia y derechos a los organizadores.
Orwell se agita en la tumba de la verdad que ya conoce.
Presionada la Iglesia desde múltiples frentes
ve reducirse los grupos de escasez creciente.
Tal vez haya un futuro.
No con los guías y medios actuales.
El mío está en mí
y en los ideales cristianos que moldearon la sociedad.
¡Cómo amas, agua y luz de eterna vida!.
¡Cómo de fuego al espíritu hieres!.
¡Cómo la tierra has llenado de bienes
y al aire tu verdad viste de aristas!.
Mutas el vino rojo en sangre dulce
y la harina de trigo en cuerpo vivo.
Te das todo a todos, tu ser cumplido,
para guiar al alma que el bien seduce.
Tu cuerpo en la cruz del pecado atávico
para impedir que la maldad destruya.
Tu sangre en el cáliz del desagravio
de la grave ofensa que no era tuya.
Te das completamente en el pan ázimo
y renace la vida con tu locura.
La alberca
Esta agua oscura y serena me llama,
como llama la pena la expresiva
circunstancia de una serena calma
que se encuentra en mi poza retenida.
Las hojas que se han mirado afiladas
en el sombrío espejo del deseo
se han arrojado a él y ahora ahogadas
esperan el olvido en desconsuelo.
Fertilizarán tierras en barbecho,
alimentarán bichos y gusanos,
sustancias serán para árboles hechos
que seguirán creciendo de año en año.
Sus átomos son, pero no sus cuerpos.
Restos son de su ser diseminado.
En la noche oigo sonidos graves y distantes
como marejada que rompe en la escollera del sueño.
Brotan de las entrañas rígidas y apelmazadas
en los inmensos estratos del inconsciente abisal.
Pronto sabré si el fundamento profundo
donde enraízan las plantas de la intuición
y el árbol genealógico del recuerdo
tiene la solidez necesaria para el edificio concluido.
Mi soledad se disuelve en torrentes de esperanza
cuando galopa sobre campos del espíritu.
Anida en simples espacios encapsulados
en la peonía malva del firmamento indiferente.
Confío que, aún sea abruptamente,
descubriré rutas ocultas hacia el piélago desconocido.
En su profundidad abisal una explosión de vida
encubre fuentes termales inagotables
que devuelven lo que en el interior se oculta.
Menstruo fertilizador de la tierra.
Cenizas del atanor alquímico de la vida.
Sopa de iones alcalinos y ácidos cationes,
microorganismos simétricos llenos de vitalidad,
peces luminosos, crustáceos transparentes de un solo ojo,
gigantescos cefalópodos que habitan en novelas y cuentos.
Del mundo plutónico resurge, como ave fénix,
la vida invasora hecha para permanecer
en lucha incansable, velada e inclemente.
La soledad ocupa los huecos vacíos de la ignorancia.
Acabaré muerto en el cementerio atestado de panteones
donde los ayes por el añorado reino perdurable
se han extinguido y queda la nostalgia de lo creíble
vagando sola entre las tumbas.
Dos mundos separados por ese azul engañoso.
Pasad la puerta que lleva a la oscuridad.
Estáis desnudos, coartada vuestra libertad.
Cuerdas mantenidas por la rigidez de idealistas
inventores de sociologías inhumanas y perfectas.
Ropas sencillas del olvido y la ignorancia.
Mirad el vidrio pintado de azogue, solo eso,
y tenéis un mundo virtual al otro lado del espejo
capaz de ser confundido con el soñado.
¡Qué afinidad la de la mentira, qué lejana la cortesía!
Pregones de ciego, narraciones de vecinos autistas,
barrenderos sin escoba ni retamas para hacerlas,
ninfas de ciénagas encenagadas,
tierra de orcos embrutecidos, embobados
en la presencia de vitales salamandras.
No. No es la sencillez ni la humanidad
lo que gobierna la comunidad del edificio
oculto a los ojos de la voluntad y la esperanza.
Pertenecen a la historia reescrita e inventada
las explicaciones que aventan las nubes de la verdad.
Mnémesis marcha desconcertada en el tiempo
de la ambigüedad e injusticia institucionalizada.
Sólo queda la solución que vive en el centro,
en lo más íntimo del ser, inmutable en la tempestad.
Cierro la puerta del entendimiento y los ojos de la razón.
Espero... abandonado en el silencio y la noche.
Sé que ahí anida la evidencia de la existencia segura.
*******
A Joaquín Avilés
¡Cómo te busca Jesús, amigo mío!
¿Sabes lo que dijo de Él Lope de Vega?
¡Que está en la noche cubierto de rocío
y paciente espera llamando a la puerta!.
Enciende la lámpara, abre y no temas.
Escucha lo que dice, que eres la oveja
que se había perdido y en sus hombros lleva.
¿No oyes cómo te llama y abrazarte anhela?
¡En cuántas andanzas estuvo contigo!
Le creías lejos sembrando planetas
y estaba a tu lado en el mismo camino.
Dile, sin falta, que por amarle rezas.
Se encargará de hacerse el encontradizo.
Dará sentido a tu vida y en qué manera.
Prosema a la colina roja
eleva la alcazaba roja como un balcón
abocado al abismo sobre la ciudad rumorosa.
Las aguas del Darro ven la fortaleza
recortada en el violeta que surca la Luna.
Asciende el murmullo evanescente de la urbe.
La desazón, el deseo, la fiebre agotadora,
los ruidos inútiles de agresividad insatisfecha,
los nervios desasosegados de la angustia,
la inquietud de la vida deshabitada;
un ajetreo continuo y pulsante lo emite
desde la ciudad del chavico y la incuria.
La alcazaba sus muros hunde en el monte
donde San Pedro socava lentamente la hendidura.
Generaciones ven la herida vertical desnuda,
expuestas las entrañas tanto tiempo escondidas;
avanza hacia la fortaleza inerme
adornada por bermejos ocasos,
rubor de la ciudad huérfana de futuro.
En las entrañas magos y princesas prisioneros
atrapados por el orgullo en su terrible destino.
Hermanos del Poverello tiñeron
la Puerta de la Justicia con su sangre
y testimoniaron la fe revelada.
¡Callad, vosotros, los de la progresía!.
¡Abandonad la mentira a la que os habéis abonado!.
Tres culturas del libro,
de la creación y el conocimiento de Dios,
no han vivido en armonía.
¡Escuchad el tenso silencio de los muertos!.
La colina enfrenta las creencias que perviven
en la calma y mutismo de los muertos y sus tumbas
tan cerca unos de otros, tan lejos sus paraísos.
En al Yanna, gozarán de lo que en la Tierra han deseado,
huríes y placeres materiales para satisfacer las limitaciones
abocadas al reciclado incorruptible de su muerte ensimismada;
y la Gloria de la misericordia y visión de Dios
a los que conocen y anhelan el Espíritu,
vida de eterno perfeccionamiento y acabado sin fin,
gozo en la paz de la luz de la verdad.
La celidonia alfombra el camino del bosque
que siguen los que escapan de la polución y la luz
para ver estrellas y acechar presencias de otros mundos.
Ciclistas y caminantes ascienden
mirando al Sur reflejado en el Veleta,
desde el gris del asfalto y la ciudad aletargada
a pesar de su trémula orografía,
hacia los atardeceres fugaces y la efímera blancura.
Verdes aciculares hieren la brisa electrizándola.
El agua de lluvia se vierte en el vientre rojo
del monte del Sol cercado de sabinas azules.
La sombra en el círculo pétreo,
reloj símbolo del samsara y del tiempo recurrente,
establece la posición del universo en cada instante
y el progreso de la vida incesante e invasora.
Abarca la vista la historia que pliega la Tierra
y la que recuerda luchas de civilizaciones.
Arriba estoy; en la tierra roja de crepúsculos
de febril encarnadura desazonada.
La Penibética sonrosada se apaga lentamente
y la Luna demora asomar su acabada curvatura.
Las hormigas mantienen su trabajo porfiado
sin tener en cuenta la finalidad oculta en el futuro.
¡Vivir desconociendo el propósito de la vida
en la naturaleza que se ignora a sí misma!.
¿No es terrible?. ¿Desconcertante?. ¿Pasmoso?.
Un vacío poliédrico ocupa lo humano.
Su espíritu dehiscente contempla el Universo oscuro
abrumado por la inmensidad vacía
y la contingencia ubicua de todo.
Se rebela con el abrumador anhelo de sobrevivir
ignorado por la Naturaleza impasible
y las constantes físicas que gobiernan el cosmos.
¡Oh abismo insondable de materia oscura
y energía oscura de esencia desconocida!.
¡Que desamparo de la inteligencia!
¿Cómo vivir en este páramo de ignorancia?
Consciente de la insignificante nadería
deseo escrutar y comprender la realidad
con la humilde aceptación de las formidables limitaciones.
Desciendo por el silencio, la oscuridad y el desconcierto.
Incapaz de mirar para otro lado
me enfrento a la verdad desnuda,
la nada, la ignorancia, la contingencia,
la inútil lucha por permanecer.
y, sin embargo,
la brisa colmada de aroma de labiadas
y la oscuridad solemne rociada de estrellas
inundan mi pecho de gozo en una sinergia
que participa de la incomprensible existencia.
¿Por qué la música que otro escribió
afecta el ritmo velado del cuerpo?.
¿Por qué el hombre o mujer solos son polvo,
hojas secas llevadas por el viento?.
¿Por qué un pensamiento, uno tan sólo,
puede cambiar la sensación de tiempo?.
¿Por qué pensar que en la vida sinsentido
aferrado a la ciencia hallaré el remedio?.
Recuerda lo que has vivido y amado,
aquello que ha marcado tu cuerpo,
esa es la letra impresa de tu existencia
que avanza grabándose en el recuerdo.
¿Estamos seguros de haberla escrito?.
¿Nuestra mano libremente creó el verso?
Confuso estoy que hecho para ser libre
da muestras la historia de no ser cierto.
Tras los renglones torcidos de la vida
surge la verdad de este documento,
vivir y amar son la confirmación
de que Dios nos ha mostrado su afecto.
No existe otra explicación coherente
para el sinfín de ineludibles hechos.
Pues la libertad está en, libremente,
aceptar el penoso enfrentamiento
que el azar nos propuso para crecer:
siendo un guerrero combatir el ego.
Desde las profundidades de la Tierra,
por la fría oscuridad húmeda y discreta,
en el silencio que el tiempo orea,
como avanza el río que al mar llega
o la lombriz que de tierra se alimenta,
la vida paciente traza indefinidas vías,
cabellera de estopa que crece en las tinieblas,
con la que fijo y asiento
mi futura estabilidad y residencia.
No hay frialdad en el estatismo que rige mi vida.
Acepto entre mis brazos a cualquiera,
le cobijo y protejo de la intemperie
y del vacío que inunda la soledad.
Crezco dibujando ondas concéntricas
siguiendo la circunvolución del planeta,
registro de la verdad impresa en los cielos.
Mis brazos rígidos y abiertos
se visten de inquietas láminas verdes
que compiten para absorber la magia de la vida.
Miles de capilares hacinados en haz enhiesto
transportan el agua robada al suelo
y la elevan hasta las hojas iluminadas.
Por años engrueso rodeando la médula central
que me da consistencia y se ciega
por los restos salinos, colesterol de mis vasos.
Tantos conductos paralelos me recorren
que vienen a ser mi esencia.
Acariciado por brisas revitalizadoras,
agitado por la violencia perentoria
del vendaval en busca del equilibrio,
vivo en la paz azul de la tarde
y en el reposo de la fresca oscuridad
que organiza la existencia.
Puede que en invierno pierda el follaje
y Algol naciente impulse los brotes
que revientan en las ramas desnudas
y se abren como un grito desgarrado.
Alrededor ejércitos enemigos
esperan asentar en mí su morada
tras erosionar el escudo, la dura corteza.
Hormigas, termitas, gorgojos, bacterias,
líquenes, langostas, hongos, gusanos,
pájaros, virus, y carpinteros de ribera
con el temible peligro de hacha y sierra.
Abierto para abrazar y ser abrazado,
sabio, (abomino la falsa humildad),
sedentario, pacífico, sociable.
Escucho la sinfonía de las esferas
y el silencio de los oscuros intervalos
atravesados por la Luna mudable y mentirosa.
No me humillo ante nadie.
Erguido hasta en laderas casi verticales.
Daré testimonio del alisio permanente
que me azota y dobla a pesar mío.
Me habrán de talar
para verme tumbado en la tierra.
En grupo defiendo el suelo en bosques y selvas.
Cobijo en la sombra la pirámide vital
en millardos de microbios sustentada.
Alimento un sinfín de seres vivos
indispensables para la vida
de los que se creen superiores.
Aldeas y pueblos se congregan
bajo mis ramas en busca de consejo y acuerdo.
¿Creéis poder prescindir de mí?.
¿No me oís cuando el viento me atraviesa?.
Escuchad el rumor ubicuo de nuestra historia;
las protestas ambiguas de mis semejantes,
como el ailanto, inmigrante colonizador,
que elige lugares abandonados.
Haremos el camino juntos hasta bordear
la existencia posible del mañana,
abocados a entendernos,
como la luz, la vida y el agua.
*******
Las llamas trémulas proyectan sombras difusas
en los obsesivos pensamientos confinados
y en los extensos campos del futuro.
¿Dónde ir si el lugar está en mi interior?.
¿Dónde, si camino en la inseguridad y el miedo?.
Las sombras brotan del alma
y se adueñan de la realidad que me habita.
Esferas micrométricas se multiplican
en la intimidad de las células ciegas
llenas de conocimiento y memoria
con un único y obsesivo objetivo:
repetirse en serie geométrica indefinida
hasta agotar la materia que las construye
exterminando al ser vivo que soy.
No hay otro propósito más allá
de su existir azaroso y estocástico.
Puede haber sido urdido
para una guerra global del enemigo invisible,
o ser una excrecencia sádica del pangolín chino,
o la pandemia inesperada purificadora del XXI,
una más de las que asolaron el mundo,
cambiaron costumbres y marcaron culturas.
Se adueña del tejido conjuntivo
y crea la enfermedad sistémica tiránica
que asola la atmósfera de esperanza.
Un aire tibio rodea la piel y, sin embargo,
una red de escalofríos cortantes
y nervaduras como denteras irreprimibles
me asfixia machaconamente hasta la angustia.
Invisible entra por los ojos.
Inodoro flota en micelas por el aire,
aerosol ambientador de la estancia,
hasta hallar el huésped adecuado.
Impalpable y las manos lo distribuyen
en todos lugares frecuentados.
Inaudible hará gritar a las células invadidas
en alarido de aniquilamiento inacabable.
Un torrente devastador de citoquinas
hinchará bajo este dolor ubicuo
cada esquina y rincón del cuerpo indefenso
en su agotadora lucha por protegerse.
Cierro los ojos para no ver;
les abro para no sentir
en el inútil intento de vivir lúcido,
y alejar de mí este respirar ansioso
en cada instante efímero que me desgarra.
La vida transpira la piel y se abandona
pacientemente en el intento de estar.
Sé que podré volver al respirar inconsciente,
a creerme vivo, aunque para siempre
del mal recuerdo en las secuelas huya.
Viene ya,
Madre mía Inmaculada
te confío mis desvelos,
mis esperanzas y miedos,
el tiempo que se me acaba.
Consagrado para siempre
bajo tu amparo me acojo.
En este trance te invoco,
de tu mano no me dejes.
En cada instante de vida
me amparaste con cariño,
con ternura y con el mimo
con que a un niño se le cuida.
Ahora veo, dulce madre,
en esta existencia mía
el afecto, la porfía
del amor con que me amaste.
¡Madre!, madre tan querida
¡que dentro de mí has ahondado!
Desde que me has habitado
tiene sentido la vida.
Quisiera ser un abuelo
viendo acercarse el futuro,
en este mundo inseguro,
con la ilusión de los nietos.
Disfrutar con su candor
enseñándoles a amarte.
La vida contigo es arte
de amar, ofrenda de amor.
Tuviste en brazos al niño
que era Dios y hombre en verdad
y luego el hombre cabal
fue verdad, vida y camino.
José, Jesús y María
me uno a vosotros orando
continuamente, buscando
la paz y el bien a porfía.
Ayudadme a hallar al Dios
de amor, verdad y sosiego,
a vosotros os requiero:
para acercarme al Amor.
es la luz que habita en la sombra.
La calima difumina el horizonte;
espera la serena frescura del crepúsculo rosado.
Avanza pesadamente el atardecer silencioso.
¿Qué hay en la oscuridad indolente de la noche?.
La negrura sugiere la gran evidencia
que la luz rotunda con su eficiencia nos oculta.
Hay en la noche un universo de acerados hilos luminosos
que hablan de otros mundos tan vivos como éste,
un silencio sentido en la apacible y oscura soledad
que los narradores de mitos saben quimérico
donde se libran las grandes batallas de la eterna alegoría.
La noche, el otro lado, el envés,
en el que la vida transcurre palpando sueños y formas
con un tempus atenuado que sucede al ocaso.
En la penumbra templada y oscura se diluyen los límites;
surgen masas informes que ocultan su naturaleza;
guardando los colores del mundo,
que es el mundo mismo;
esconden su matizada realidad esencia y envoltura de la expresión visible.
Reina de la noche.
Creadora del volumen de las cosas.
Sin ti la realidad se diluye cual dibujo trazado en el agua
y las perspectivas se desvanecen como en un sueño.
Conoces los arrabales, las orillas de la ciudad que habita en mí;
la atmósfera cambiante de mi orografía interior;
la pesada niebla, fría, pegadiza, impenetrable,
del valle de los atávicos recuerdos,
y cómo se desprende el vaho con el Sol de esperanza
y nacen las brisas en los veneros de la verdad.
Espérame en la tarde cuando el descanso nos reclama,
diremos del misterio y de la sombra,
de la imposible relación entre las cosas
y de los símbolos que habitan en ellas haciéndolas eternas.
Hablaremos quedo sin alterar el rumor de la brisa en la retama,
mostraremos nuestra oscuridad perfilada por la luz de la Luna,
perfecta claridad para conocer el brillo y verdad de tu mirada.
Somos espejo que realza las sombras de la afectividad,
transforma lo que niega la ternura, el reflejo
de nuestra propia verdad reflejada en el espejo.
Huye con la luz y de ella
y muestra su verdad sobre la solidez de la tierra
en la que se desplaza en sordo juego ignorado,
como un embrujo,
como el sonido inadvertido del corazón que sostiene la vida.
Inquebrantablemente encadenada a mí,
inseparable compañera mía,
parte de mi yo, inexcusable, de irremediable fidelidad,
desaparece cuando lo hace la luz y, entonces, muestra su soberanía.
Sagaz en su disimulado poder,
al acecho del momento certero para mostrarse de súbito,
traza altanera el dominio de sus profundidades.
Un día me desharé de ella cuando esté difuminada en su debilidad.
Descubriré su juego.
Esperaré Luna Llena
y, en la playa de fina arena húmeda, la cortaré con tijeras de plata.
Dejará de vivir a mi costa y desaparecerá exangüe falta del fluido vital.
Desconozco que será de mí en su ausencia.
Presiento que me habré aniquilado.
Contingencia de los seres
"Si comprendes, no es Dios".
(San Agustín: Sermón 117, 3).
muestra la certeza del día que en silencio avanza
indiferente a las constelaciones y las puertas del destino.
El Sol resplandece sobre pueblos que sestean en la orilla del mar
bajo el esfuerzo inútil contra la gravedad omnipresente.
La vida bulle dentro y fuera de ese océano impasible.
Nada importa al mundo ni mi vida, ni la tuya,
pues nada somos
y el mundo real, tangible,
no el que inventamos con la razón equívoca y desnortada,
es ajeno a todo.
Sé que me ignora como instrumento superfluo
destinado al vertedero donde el fuego lo purificará.
Afectado por el azul que fascina y la luz abrasadora,
por el rumor indefinido que burla los sentidos y el cerebro controlador,
me siento nada en este universo que se autofagocita.
¿Cuál es el propósito de las ciclópeas montañas
En ellas se lee la historia fugaz de los eones,
la memoria cristalizada de la vida.
que halló el artista ocultas en su futuro contorno.
Todo es contingente y caduco,
hasta la obra más bella y la más triste,
como gota de lluvia
en el lago calmo mientras se ahoga.
Al fin desaparecerán las cosas,
todas las cosas,
evaporadas por la expansión de estrellas rojas,
por la explosión de supernovas que se diluyen en el espacio ilimitado
o engullidas por esos insaciables y oscuros agujeros puertas de otros mundos.
¡Qué absurda la belleza si no se ve!.
¡Qué absurda la vida si carece de sentido!.
en la aleatoria evolución de las especies
transformándose, para permanecer,
Si pudiera gritar...,
gritaría con una voz que resonara en los confines del orbe
llamando a maitines en la aurora de un nuevo día;
cantaría un canto de alabanza con la nota,
la única nota que vibra ubicua en el cosmos,
la palabra que ordenó la creación y aún recorre su reino violeta;
"fiat",
un silbido de la serpiente uróbora,
un dragón electromagnético que contiene el misterio en el que nos encontramos
absortos de luz y fuego entrelazados en el espaciotiempo.
Lo diré:
no soy nada más que un suspiro congelado en el instante de nacer,
un puñado de células armonizadas por la emoción en noches de perplejidad y asombro,
un fugaz sentimiento capaz de vibrar en resonancia con el universo,
la información acumulada en el alfabeto retorcido de la vida,
un recuerdo caminando hacia el olvido.
Estoy hecho del polvo de la aurora cenital, sonrosado vacío,
sonoridad silenciosa y apagada,
nada al fin,
nada.
No me preguntes.
Sé que no soy sino por la dignidad del que siendo Señor de los ejércitos,
de las miríadas de ángeles que titilan en la bóveda celeste,
de las fluctuaciones cuánticas y de las almas enamoradas,
se abajó hasta ser de mi estatura y me elevó al cielo revelando su señorío.
Sé de mí en cuanto soy en Él, abandonado a su providencia y misericordia,
pues siendo nada
hallaré el sentido último
en la soledad de la profunda umbría de la noche.
¡Oh Jesús!, que al alma en mi centro vienes
y en su vacío acampas y reposas,
llenas mi vida de amor a tus cosas
y goza mi espíritu con tus bienes.
Comerte quiero, masticándote ahora,
Querer la gracia que en la herida mora.
Nacer de nuevo para un niño hacerme,
ser súbdito activo de tu reinado.
Abandonar el ego y a Ti ofrecerme,
estar en paz y de Ti enamorado
y al oscurecer el día acogerme
en la honda intimidad que has habitado.
Busco en el azul limpio, claro y puro,
por la nieve blanca hasta el hielo duro,
donde persigo los sueños que he perdido.
No hallé lo que en el exterior buscaba,
miré atrevido al interior oscuro.
Pasé hacia adentro y atravesé aquel muro
de miedos para ir donde se ocultaba
la mismidad por mi desconocida.
Un viaje por el inconsciente esquivo
mostró un espacio que tiene cautivo
el linaje que originó mi vida.
La historia personal se ha incorporado
a genes de la emoción, dependientes
de grandes crisis sufridas por gentes
del viejo árbol de los antepasados.
Una mancha sobre el torso derecho,
el corte en el contorno de la oreja,
la asimetría en el rostro y la ceja,
la diferencia en tamaño del pecho,
la discordia en las rayas de las manos,
todo declara el karma que me afecta
en esta encarnación, no tan perfecta,
que incluye la vida de mis hermanos.
Las manchas abundan en mi pellejo;
anuncian la marcha definitiva.
Pasa el tiempo rápido y en forma esquiva
por la agridulce historia de este viejo.
Pido el Espíritu incesantemente
y su ayuda a María Inmaculada.
Bien sé que la vid será podada
y que el fruto vivirá eternamente.
Gozaré de tu vista, Luz Gloriosa,
viviendo en el reino del ser amado,
entenderé el mundo por Ti creado
y veré la verdad en cada cosa.
Ved la herida y moradas cicatrices
ved mi alma proyectando sombras tristes
en el difuso umbral de la memoria.
La batalla mil veces repetida
se hizo familiar hasta el hastío.
Cinceló la compleja orografía
del carácter formado siendo niño.
Como Sísifo sostiene su piedra
y atrapado por ella se mantiene
vivimos una pesada contienda
repetida de forma permanente.
Y en su porfía la lección se aprende
es ser molido, podado, partido,
por la justicia airado, perseguido,
y abandonado en Él estarse lleno.
de perdón, humildad y amor primero.
para llevar la vida en paz conmigo.
palabras de vida eterna
*******
con las condritas carbonáceas preparan la vida.
Baja el Darro hacia Granada.
Algún día volveré
a respirar el aroma de pinares
y el ambiente seco de la estepa.
como cuando el mundo se mostraba
al desconocimiento y la curiosidad.
Pasearé entre viñedos dorados cuyas esferas cárdenas
encierran la luz de la noche y el espíritu del aire.
Su sangre dulce recorrerá
arterias pulsantes y cerebros insomnes,
activará el impulso de apertura de lo escondido,
en el exceso buceará por el abismo del inconsciente
y por la memoria atávica de los genes.
El silencioso y enorme círculo naranja
aparece por el río y asciende cadenciosamente.
Ojos inocentes, absortos como planetas en la noche,
descubren la belleza y majestad del universo.
se grabó el profundo anhelo de libertad
y la conciencia de dignidad humana.
El rumor envuelve el azul y descansa
sobre los granos sepia de húmeda
arena;
invade, con la brisa que lo difunde,
la inamovible y circundante tierra.
Desde la profundidad del horizonte
avanzan, cabalgando en las blancas
crestas
de olas viajeras, las frágiles
burbujas
de piel transparente colmadas de vaho
salino.
Anhelos de antigravedad que acarician
la orilla se absorben en la porosidad
indefinida, de minúsculos granos
ciegos
con memoria de grandes cordilleras.
A la playa se acercan, como un
ejército,
desfilando, pulsaciones sucesivas
que se rinden languideciendo paralelas
en ese ir y venir incesante, en el
eterno
vaivén que abarca la existencia:
de la tierra al mar y del agua a la
arena,
del inicio al final que en todo es la
regla,
del fin al principio de la eterna
rueda;
de la oscura muerte hacia la vida
eterna.
Dentro de la masa de fluido informe,
un mundo frío y difuso colapsa la luz
incapaz de alumbrar su fondo.
A él llegan materiales inertes,
muertos,
y deshechos que duermen en el polvo
cenagoso de su historia no escrita y
olvidada;
esperan volver a la vida como leyendas
y cuentos nacidos del subconsciente
y reposan en el légamo mental del
conectoma.
De su trasfondo brotan los sentimientos
que en el inconsciente se manifiestan;
emociones que gobiernan el
comportamiento
a través del cerebro y la mente
energética.
Quiero volver a la orilla
quiero sumergirme en el rumor perenne
que abraza la existencia.
Desde el límite versátil de fugaz
espuma,
observo la línea definida de
horizonte.
Percibo la inevitable realidad,
una objetiva comprensión del mundo
impasible ante la manifestación de la
vida.
El rumor hace presa de mí, afecta mi alma,
desdeña mi presencia;
y continúa impávido su trémulo
viaje.
En otoño el rumor será la estampida
de una manada de búfalos en la
llanura.
De vez en cuando un estruendo iluminado
rasgará el azul inmenso como un
enjambre
de efímeras en vuelo nupcial inestable
y caótico.
Bajo este ceremonial se halla el runrún
permanente, continuo, inagotable,
del rumor que reporta rasgos de rutina,
un zumbido de moscardones sobre las
flores
de espliego en el campo violeta
soleado.
La existencia, íntimamente unida al
entorno,
pasa inadvertida como el movimiento
veloz
de las estrellas en la enorme
distancia,
como el vuelo de la araña colgada de
su hilo
arrastrada por el viento antes de la
tormenta,
como el almacén de recuerdos en las
neuronas.
Aunque en la superficie del mar
se agite la tempestad huracanada,
en el fondo la calma se muestra
impasible
excepto si la tierra se abre y brota
la esencia de su corazón
incandescente.
¿Qué misión tiene el humano ignorado
en este concierto de vividores sin
conciencia?.
Todo pasa.
Nada permanece inmutable,
excepto el Espíritu de Aquél que es,
para el que todo es presente
y habita en la profundidad del ser
humano.
Le busco en paz para llegar al fondo
del océano de paz que hay en mí.
El rumor es ahora la profunda
insatisfacción impresa en el alma:
“Nos hiciste Señor para Tí,
y nuestro corazón estará inquieto
hasta que descanse en Tí”.
Te
busco, como Isaías,
en la
brisa suave del atardecer,
en el
rumor persistente y desapercibido
que
refleja la atmósfera del alma,
en los
pensamientos que brotan del inconsciente
y se
encrespan en la superficie de la razón,
en el
rumor ubicuo de la marea apacible,
Estás
en el alma pacífica del humano en calma,
en la
humildad que reconoce su nada,
en la
historia que cambió el mundo
al
revelar la bondad del Padre
y la
amistad del Hijo que tanto ama.
Quiero y no puedo
hallar las palabras que descifran
el significado de las emociones
y dicen la vibración del alma.
Busco entre las circunvoluciones cerebrales
donde arraigan símbolos arquetípicos;
no ignoro que los vocablos y relaciones
surgirán intuitivamente del corazón sensible.
¿Quién halla la expresión que llega?
Torrente de voces rompen
en las piedras inconmovibles del inconsciente,
firmes rocas establecidas
en la educación y la cultura.
De súbito aparecen, rimados, plenos de sentido;
llegan como el orballo cubriendo todo el espacio,
ocupando su sitio cada gota calladamente.
Una especial disposición emotiva
relaciona los conceptos, aparentemente
inconexos, de manera sorprendente.
Surcan el azul los vencejos,
esos tizones como hoces, que chillan segando el cielo
buscando atravesar el agujero vacío
en las hojas de los apuntes de secundaria.
Bandadas de estorninos bailan colectivamente
en una demostración indescifrable de armonía sorprendente.
Saltan metros fuera del agua delfines
de quintales demostrando vitalidad y fuerza.
Campos de cereales sangran amapolas;
sus pétalos balbucean al viento
terribles recuerdos de históricas contiendas.
Muertos no nacidos se agitan en sus tumbas
clamando desde sus entrañas abiertas al vacío.
Cae el Sol en el atardecer silencioso
cuando los pájaros se convocan
para recogerse en la oscuridad protectora.
Vida. ¿Poesía?.
Poesía ... vida.
Me llama.
Es el atardecer de mi tiempo, escaso ya.
Puedo ejercitar la mente.
El alma requiere otra coyuntura.
Es ocasión para retirarme.
Llega la noche.
He visto la muerte tan de cerca....
Se adueña del ser la fatiga antientrópica
como entidad absorbente y cruel.
Luchó contra el enemigo invisible
que nos acompaña y pertenece
como el aire diáfano que nos invade.
Agazapado espera la oportuna debilidad.
manifiestándose silenciosamente
mientras la oscuridad envuelve el alma.
Ignoramos la esencia de nuestra naturaleza.
Desconozco la razón del existir
como el delfín y la efímera
si prescindo de la trascendencia.
El espíritu da vitalidad y fuerza
y la materia nos arrastra nublando la verdad.
¿Qué es lo real?.
Nada había cambiado.
Veía el futuro como dueño del tiempo,
con seguridad despreocupada.
Tenía obligaciones,
muchas obligaciones,
único con el conocimiento para realizarlas.
No pudo escuchar el espantoso clamor de las células
reproduciéndose en explosión descontrolada
que por vivir acaban con la vida.
Viajero a Nueva York;
a la modernidad y al futuro del arte audiovisual.
Pasajero de la Historia.
Conocedor de los artistas,
de su humanidad y sus miserias.
Como un búho solitario en la noche,
perplejo, miraba la sociedad
leyendo los análisis incompletos
de los que ven con un lado de la cara solamente.
¡Este cansancio ilimitado!
!Esta hinchazón extraña que me invade
mientras mi rostro se consume!.
Mantenía el espíritu de esperanza,
la ilusión por cosas de la vida,
Amaba los libros,...
los libros.
Los paisajes de sus lomos verticales
despiertan la imaginación
y el recuerdo de los mundos impresos
recorridos, acariciados, analizados.
Conocidos, reconocidos....
Frente al talante huidizo
que la historia personal había perfilado
su bondad le hizo cercano
y en su personalidad floreció
la ironía espontánea,
y el humor incisivo.
Se fue.
Un hueco oscuro, indefinido,
de difusos límites, se ha creado.
No podrá llenarlo la música,
ni la atmósfera silente,
ni el recuerdo
que se desvanece como murmullo
en los bordes del entendimiento.
*******
Espuma de luz cabalgando sobre el encrespado tiempo
como cuajarones encerrando el vacío del espacio cóncavo
donde irisan los rayos luminosos testimoniando el pasado.
Lo grande y lo pequeño participan de igual imagen y símbolos.
Quietud y nada, imposibles en la altura y bajura del mundo inestable y vacío.
Repitiéndose patrones en fractales crecientes
se concretan en emociones impresas en el cerebro
para proyectarse al espíritu eterno que anhela el amor y la verdad.
Es un proyecto de amor y libertad sin disimulo
La vara de medir discierne la mirada
y descubre el amplio espectro de la incompetencia,
el dolor de la pérdida y la soledad,
la curva asintótica del silencio y la sentencia.
Se hizo con la rama recta de avellano
que crece en el borde de la acequia.
Su uso revela cercanías de verdad,
en su entorno brilla la apariencia.
Aproxima la verdad desconocida,
que no es certeza, a la ignota realidad.
Se mide el tiempo, el espacio, la personalidad
y el coeficiente de lo que sea;
números adimensionales, potenciales,
tendencia al voto y a las ideologías,
de la población su vida media,
migraciones, ganancias y gastos,
la posibilidad de ser pensionista.
Se mide con error,
y la probabilidad del error
mientras se mira al ombligo.
Todo participa de la verdad y la mentira
en distinta proporción correlativa.
Las medidas se usan como verdad
en osadas decisiones manipuladoras.
La propaganda manipulada, sin base moral,
inventa la realidad y la hace suya,
y se extiende y fundamenta repitiéndose
hasta hacerse creíble para los interesados,
Miente con insistencia y convicción, miente,
que lo que mentira fue
en verdad se habrá convertido.
De forma casual nacimos
en la tierra de pinares
donde el río va mediado.
Tierra de vinos, cereales,
de buenas gentes, curtidas
en luchar contra los males
que la vida nos presenta
hasta en las cosas banales.
***
Saturno y Plutón conjuntos
en los infantiles años
instalaron nuestras vidas
en el temor infundado.
Tras de la guerra pasada,
por heridas que ha creado,
permanece la violencia
entre vecinos y hermanos,
pues el dolor no se entierra
hasta haberse perdonado.
COSTUMBRES Y RECUERDOS
Las costumbres ancestrales
en nuestra vida han entrado.
Voy andando al cementerio
en el Día de los Santos
con las obleas de arrope
que es un sol de pan con rayos;
es símbolo de la vida
y del tiempo renovado.
En el interior contiene
la luz que se ha condensado
en la cucúrbita pepo
que en azúcar se ha trocado
como si la vida fuese
camino fácil y llano.
Comíamos entre las tumbas
aquellos soles mermados;
jugábamos luego en la era
donde estaba amontonado
el fruto de nuestro suelo:
alubiones y garbanzos.
***
En las fiestas de la virgen,
por los festejos del año,
sueltan un toro a la vega,
elegido por el gancho
que su porte ha producido:
esbelto, bragado y bravo,
al que persiguen los mozos
con la intención de matarlo.
El noble viéndose libre
corre en dirección al campo
perseguido por la gente
que ve la muerte a su lado.
Ninguna importancia dan
a ese límite delgado
entre la vida y la muerte
que en juego se ha transformado.
Nuestro sentido del tiempo
y su final ignorado
pertenece a la cultura
que heredamos del pasado.
La semilla ha de morir
para convertirse en árbol.
Sin muerte no existe vida,
sin juego no existe engaño,
que para sentir la vida
hemos de cruzar el marco
que a la realidad envuelve
y nos enfrenta a los hados.
Se preocupan por el toro
y matan niños nonatos,
lo mismo quieren hacer
con enfermos desahuciados.
¿Dónde habita la virtud?.
¿Dónde el corazón humano?.
En la moderna enseñanza
con la educación de canto
se corrompen las costumbres
perdiendo significado,
pervirtiéndose los hechos
que en siglos se han admirado.
***
Recuerdo una enorme Luna
elevándose en el cielo
un día de aquel verano,
cuando el Sol estaba opuesto
e iba ocultando su luz
mientras caía en silencio.
Atónitos presenciamos,
con los ojos muy abiertos,
desde el mirador Palacio
sobre la orilla del Duero
aquella imagen tan bella
que se grabó en el cerebro.
***
En el río había vida:
barbos, pencas y cangrejos,
cigüeñas y ruiseñores
grajos, tordos y jilgueros,
cañaverales y juncos,
álamos altos del Duero.
Los estremece la brisa
al presentarse el misterio.
En él pasaba los días
pescando con el anzuelo
donde clavaba las larvas,
moscas, gusanos e insectos.
Miraba el corcho que flota
mientras se fugaba el tiempo.
Dejaba la mente en blanco
si no aceptaban el cebo.
Hubo de ser enseñanza
por lo que vendría luego.
***
Una pandilla de chicos
arrastra por el sendero
la enorme bola de brujas
a la que le prenden fuego
bajo la eléctrica torre
sin preocuparse por ello.
Las llamas se hacen enormes,
hasta los cables las vemos
creciendo con el temor
de provocar un siniestro.
Es la fuerza de la vida
la que supera los miedos
y la juventud no entiende
que carece de repuesto.
NOTAS DE ESTUDIANTES
Tuvimos enorme suerte
al estudiar siendo niños
en la Virgen de la Guía
que dirigió Federico.
El Don lo tiene de sobra
aunque no se lo haya escrito
pues las materias conoce
bajo excelente dominio,
en especial de las letras
con erudición y oficio.
Nos hablaba de los godos,
desde Ataulfo a Rodrigo;
de las luchas en el mundo
entre los pobres y ricos,
de la defensa española
del evangelio de Cristo
luchando con musulmanes
y con fieles a Calvino,
y del concilio de Trento
que corrigió lo impreciso.
Del latín nos enseñó
el absoluto ablativo.
Para la vida el consejo
y ánimo para el camino.
***
En las paredes de adobe
se hacían los orificios
raspando con la navaja
pacientes y con sigilo.
Comunicaban las clases
protegiendo al distraído
de los vigilantes que andan
entre pupitres cansinos.
Al que imprudente miraba
a través de aquel portillo
se le taponaba el ojo
con arcilla de un soplido;
excepto a aquel que miró,
siendo miope abstraído,
aplicando los cristales
al hueco de arcilla ahíto.
Con tantas ganas sopló,
el compañero temido,
que la arcilla huracanada
estando el extremo obstruído
buscó natural salida
penetrando hasta su ombligo.
***
Era una tarde en estudio
cuando el silencio se oía.
Don Federico custodia
las clases mientras leía.
Detrás de la puerta abierta
aquel zagal se escondía
haciendo muecas y gestos
por cortar la paz que había.
De repente un ruido brusco,
seco, vibrante, rompía
aquella balsa de aceite
que se alzó en algarabía.
Todos buscaban la fuente
de aquel estruendo que abría
el negro pozo del tiempo
donde educación no había.
más robustas, ciertas e impenetrables
que las compactas obras materiales.
Creadas por temores indecibles,
miedos torpes, difusos y terribles
e insidiosos prejuicios culturales.
El hombre erige inquietantes prisiones
que carecen de puertas y paredes
donde inexplicablemente se mete.
Nacen fobias y crueles invenciones
que, dominantes, coartan emociones
malogrando una vida de mercedes.
Él mismo determina el horizonte
donde florecen rojos crepúsculos
efímeros, de anaranjados cúmulos.
Repetirá torpe los mismos errores
enredándose en eternas discusiones
con el yo, los egos y pesados yugos.
En la sala Bataclán,
fuego de odio y rabia,
se apagaron luces de vida y esperanza.
Credos que alimentan
negros futuros racistas de ignorancia,
indignas conexiones con la trascendencia.
En la sala Bataclán
llamaradas de angustia y miedo.
Pavorosos gritos rasgan la negra tiniebla sofocante.
Creyentes de espíritu miserable, negadores de lo humano,
buscan aniquilar la libertad de los que ansían vivir
poniéndoles ante el abismo de la muerte.
En la sala Bataclán
repican campanas rotas;
propagan el clamor de la sangre
que viaja como un sismo colosal y profundo.
En la sala Bataclán
eliminan infieles para ganar el cielo.
¿No saben que Dios nos hace libres?.
¿No entienden que por igual nos quiere
sin tener acepciones ni nos retiene?.
Inocularon un virus inmaterial
que afecta el cerebro y al espíritu lo demuele,
empuja a la violencia en ordenamiento vital,
impulsa a la guerra santa
con una propuesta de goces terrenos
incapaces de armonizar el alma.
En la sala Bataclán
se hizo evidente la vejez de Europa,
la debilidad del buenismo,
la torpeza del relativismo,
el negro futuro del horizonte demográfico
que promueve la natalidad como medio de invasión.
Un cáncer crece desde dentro, imparable,
cuando se asesina a los heraldos del mañana
en el lugar mas cálido y entrañable,
y se anula la cultura y la tradición
en esa tortura del feminismo inquisitorial
que crea un erial donde hubo un vergel.
En la sala Bataclán
y en la estación de Maelbeek,
y en Magnanville, en Londres, Zliten e Istiklal,
Turquía, Siria, Yemen, Libia, Kazajistan,
en el corazón de Nueva York
y en la Cataluña islamizada.
Esperan implantar el miedo
y construir sólidas barreras invisibles
que apuñalen la libertad y arruinen el futuro.
¿Quién se librará del odio gratuito,
de la locura suicida de creyentes insensatos
poseedores absolutos de la verdad,
fanáticos seguidores del Islam?.
Analistas baratos de café y peluquería
explican, con pose equívoca, la bondad del Corán
fundamento de la religión de la paz,
siendo la yihad fuente de bien,
olvidando miles de mártires cristianos
y multitudes refugiadas sin derechos.
Desterrados, abonan el futuro
con la fertilidad de sus descendientes
para invadir la Tierra del mañana.
No han cambiado en mil años
y consumirán el oro líquido y negro
con el que se alimenta el mundo.
Conocen los consejos de las suras,
que ignoran hipertrofiándolos.
El minotauro, con cabeza de Luna,
prisionero de sus creencias y del poder,
muge exigiendo tributo de sangre fresca.
Una vara de fresno bien usada
pone orden en casa del recto juez,
que manifiesta su autoridad
como dueño y señor de la casa,
del conocimiento, y de la verdad.
Sabe que su compañera conoce lo que él ignora
y cubierta y anulada por el burka
acepta la discriminación y el sometimiento.
Occidente,
perdidas sus bases morales y tradiciones
cimiento del pasado y sostén del presente,
avanza sin sus principios culturales y sociales,
huérfano de líderes y desorientado.
¿Veré desmembrarse la vieja sociedad?.
¿Romperse los huesos jurídicos que la sostienen
con la votación democrática musulmana
implantando un estado islámico autoritario
que tratará a los compatriotas de infieles?.
Dolly, dijo,
se asomó al universo de lunas, soles, y galaxias,
y al vacío oscuro lleno de tiempo y semillas de vida.
Dolly, dijo,
Y ella llenó el sótano de carritos de mano, verdes como los olivos,
Él tenía la industria de Marte y trataba con Hefesto;
Su parte elegida y regalada estaba con él
La delicadeza enérgica y fuerza aterciopelada
Algún día, cuando desaparezca el tiempo
observaremos el comportamiento de seres evolucionados que perciben el pensamiento y las emociones sublimadas;
Abandono la sombra de mis pasos
evocando el triste tiempo perdido.
No quiero regresar a lo vivido
ni quiero imaginar que sea olvidado.
A voces digo lo que pronto espero
juzgando lo inútil de haber gritado,
que lo que ha de venir habrá llegado
antes de concebir ilusos sueños.
Vivir es recorrer, ciego, el camino
forjado paso a paso caminando.
Ignoro el final. Voy, solo, avanzando
en la fuga sin ruta hacia el destino.
Desolado por el paso del tiempo
que inútilmente muere infecundo
contradigo el análisis rotundo
que hace del vivir saciar los deseos.
La estrella del Norte se ha apagado.
La voz de la verdad está en silencio.
Del vacío de amor procede el miedo.
El día de maldad se ha revelado.
que forjó la causalidad creativa;
un girón en la senda de la vida,
la violencia incómoda de la herida,
la realidad aciaga y turbadora.
Un trauma que estimula el crecimiento
de lo humano. Tolera restricciones
que alejan el orgullo, privaciones,
la incomodidad en las relaciones
que humillan esquivando el sentimiento.
Torrenciales emociones crean huellas
que destapan la carencia escondida,
inútil tormento de una asimetría
que acabará siendo fuente creativa.
Desde la angustia nacerá una estrella.
Al morir, recobrará el ser completo
en la ciudad de luz y la hermosura
eterna, donde el tiempo y el alma pura
quedan quietos. No dudo que perdura
en lo hondo el ser que existe en lo secreto.
El mar embalsado en tus ojos glaucos
puertas enigmáticas de la ternura protectora y maternal
expresión de la defensa de la vida.
Un mundo de amorosa acogida hay en tu seno,
vivero origen de semillas de un reino
donde el lobo convive con el cordero,
carece de espadas y abundan las podaderas.
Brilla más que las luminarias del crepúsculo,
fulge como el río de lava que fluye en la noche,
más bello y limpio que los paisajes blanquiazules
de las altas montañas de nieve sempiterna,
hermoso como la fragante y delicada azucena,
porque su naturaleza es el amor y la compasión
cuya esencia es el afecto entrañable y gratuito.
El útero, imagen fractal del universo,
holograma repetido en cada célula,
universo paralelo en expansión creadora,
morada del misterio colmado de preguntas sin respuestas,
cuévano portador de vida repetido en todo ser animado.
En un instante tan fugaz como el aleteo de tus pestañas,
tan breve como la trayectoria rectilínea en el vuelo de la mariposa,
tan descriptivo como el trazo de la estrella fugaz,
nació la virtud creadora en el brillo de tu mirada
que no fenece ni ante el abuso impositivo del poder,
dragón desmesurado, perverso, gobernador del mundo oscuro
creado paradójicamente por el ángel de la luz.
En esta presencia vive la perla de un anhelo
que se fascinará con la oscuridad de la noche.
Crece en el mundo del todo, sin límites,
mundo neptuniano y subconsciente de los antepasados,
de sus miedos, y posibilidades imposibles,
que habitan en el mar de los sueños,
donde todo es simultáneo y el tiempo carece de sentido.
La memoria atávica expresa el deseo de permanecer,
cuando las hélices que penetran el tiempo
fijan los códigos que vinculan el futuro a los recuerdos.
En la cálida y nutritiva concavidad,
atanor de la vida y la esperanza
se desarrolla la semilla imprevisible
impulsora de la historia humana y sus incoherencias.
Fuentes de conocimiento manan de los veneros de la verdad,
analogías hallan significado en las contradicciones,
y arcanos y quiméricos sueños imposibles se vuelven significativos.
Los recuerdos de la madre que participan de los de la suya y de generaciones pasadas
viven al unísono creando una melodía personal inarmónica.
La oronda orografía, aterciopelada e interminable como pulida esfera,
se hincha y tersa por la vida que espera,
nutriéndose de luz de atardeceres, cordial son y antojos de azúcar y leche.
Siente la nueva presencia.
Independiente será alejándose de tus pareceres.
Marchará hacia el crepúsculo para gritar al borde de la nada
buscando a través de experiencias reveladoras
significado y sentido de las cosas
en los márgenes de la razón,
y en las fronteras indeterminadas de la vida.
Quise gritar en la noche de la angustia y de la ira
anonadado por la incomprensión y el desasosiego.
Oleadas de sangre anegaron mi garganta
taponando abruptamente la salida
de ácidas palabras, preñadas de sentido,
engendradas por la desazón y el recelo.
Malditos sean los manipuladores del lenguaje;
sabedores de que perdido el significado de la palabra
el hombre perderá su libertad;
alcahuetes corruptores de esperanzas,
cooptadores esquizoides soberbios de maldad.
Malditos sean los poderosos que humillan
generando indignos comportamientos.
Malditos los seguidores de Skinner y Paulov,
perversos conductistas analfabetos
depravadores de cándidas conciencias,
sádicos diabólicos de odio desnortado,
creadores de psicópatas de aparente inocencia
desde la edad de la ternura muertos para siempre.
Malditos los mutiladores del placer y el sexo
que inoculan y transmiten su cruel ignorancia
transformando el hogar en espacio de sometimiento
y la vida, para muchos, en ámbitos de perversión.
Malnacidos los que eliminan al nonato en crecimiento
en el lugar más acogedor que la naturaleza ha creado.
Malditos sean los que usan la religión para someter
a sus seguidores fomentando el miedo,
ocultando y sustituyendo la fuente del amor;
prostituidores del mensaje de esperanza,
dinamitadores de los cimientos del reino.
Malditos sean los que esperan dias ventosos y secos
y llegando la noche prenden el devastador fuego
a bosques y pinares; subyugante, fascinador;
asolando la geografía bajo el rojo sanguinolento.
Malditos los predicadores del buenismo,
de las ideologías relativizadoras,
los que gustan de lo políticamente correcto,
que no se mojan en cuestiones comprometidas
dejando que el mal avance hasta su florecimiento.
Malditos los políticos que venden su dignidad
por puñados de votos agostados y estériles.
Malhaya los empresarios y los trabajadores
inmorales, injustos, abusadores de su estado,
provistos de filtros materialistas, ciegos
para el bien común y el futuro trascendente.
Malditos sean los constructores de armas,
vendedores de muerte indiscriminada,
serán muertos por esas armas en su propia casa.
Malditos los ideólogos que justifican
las más viles y aberrantes atrocidades
que la mente imaginadora haya concebido
valorando la ideología sobre el ser humano.
¡Maldita sea!. ¡Maldita sea!.
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ruiseñor |
del verde blanquecino
lo rompe el vibrante trino
de un alegre ruiseñor.
Deambula por la alameda
volando de rama en rama;
su canto que al amor llama
reverbera en la rivera.
La brisa las copas mece
mientras las hojas oscilan
por el soplo que acaricia
la levedad que estremece.
Arrullando los sentidos
sensual susurro tan suave
acompaña mi alma al ave
pero, en mí, el canto es gemido.
Soledad, entristecida
llevando al conocimiento
del alma, sola y perdida.
De repente me apercibo
del estado en que me encuentro,
aturdido abatimiento,
triste, solo y decaído.
Siento el universo unido
a todo hálito de vida
sin la carga real que anida
en la falta de sentido.
Si Tú habitas en mi centro,
si en soledad te apercibo,
si tu eterno amor conmigo
me da del espíritu aliento
en lo más yo que hay en mí,
donde mi saber no alcanza,
donde habita la esperanza
de la promesa que te oí;
¿por qué este desasosiego
me mantiene tan en vilo
si sé que si en Ti confío
marcharé contigo al cielo?
SEPULCRO
El sentido de la vida se descubre con la muerte en la soledad de tu aposento.
marca el origen del olvido.
Mirar.
Mirar con los ojos limpios de prejuicios,
dispuestos para la sorpresa,
que envuelven las cosas haciéndolas suyas.
Mirar con la magia de la emoción creadora.
Un punto de locura enfoca la mirada que ve otro mundo en este.
“Dejadme, dejadme abarcar, ver unos instantes este mundo divino que ahora es mío”
Árboles azules reflejan su porte desvaído en las aguas inquietas;
dolientes voces brotan de la espesura cuando la alondra inicia el vuelo;
“que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene”,
una mirada anhelante recorre los límites hiperbólicos de la noche;
solemnes campanadas ensombrecen la llegada de la tarde,
cuando “la inmóvil luz del cielo sosiega el crecimiento de las yerbas”.
y los sones recuerdan el estremecimiento de la soledad insomne.
“Ah si pudiera elegir mi paisaje elegiría, robaría esta calle, esta calle recién atardecida”
“Yo no quiero más luz que tu sombra dorada donde brotan anillos de una hierba sombría.”
“Debajo de la luz, soy una sombra que escapa por un hueco.”
“Dime, dime el secreto de tu corazón virgen, dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra”
“Quién pudiera tocarte cualquier noche en que riele la luna en tu saliva”,
“tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría, un oído que nace, una angustia indirecta”,
“¿Qué somos, en resumen, si no una parca herida melancólica, un tajo en un papel una desdicha tenue que el contacto enmascara?.”
“Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca”
Es la creatividad, nacimiento impensable de algo nuevo,
sorprendente inventiva que se aloja en los límites genéticos del yo,
la palabra reflejada en una dimensión inmaterial,
reconstruyendo y deconstruyendo, en delirio permanente,
un mundo personal que se aleja firme y pausadamente
hacia el olvido.
varios en Ultraversal)
![]() |
de internet |
Algo absolutamente desconocido me arrastra, inerme, hacia la desaparición.
¿Qué es lo invisible que ubicuo penetra los poros de esta inquieta realidad
¿Cómo puede medirse el suspiro?
¿Cómo el anhelo del espíritu?.
Se experimenta la realidad según su naturaleza
y el orden de magnitud definidor de la existencia.
Todo es posible; acorde al ritmo vital y su percepción.
Imposible una vida igual para el colibrí o el moscardón
percibiendo centésimas de segundo con su rápido batir de alas,
que la del buitre o el cóndor planeando arrastrados por las térmicas convectivas.
Diferente para la hambrienta y nerviosa musaraña
que para el arbóreo perezoso o el protegido armadillo.
¿Y para la efímera mariposa cuya vida transcurre en un día?
¿Y el protón que vive eones o el muón microsegundos?.
Entre un parpadeo y el crecimiento del árbol
que traza círculos concéntricos
hay un vacío igual que el existente
entre la formación de una montaña y su desmoronamiento.
cuya existencia va pareja a su indeterminación temporal.
¿No existe la nada?, ¿las cosas son nada?.
¿Qué soy?.
¿Qué es la realidad?.
Dicen que, nunca, es mucho tiempo,
tanto como siempre o la eternidad,
pues todo y nada comprenden el mismo significado.
El cambio es la naturaleza del río de la vida
cuyo flujo asegura un destino.
A su paso la vida nace y se expresa de infinitas formas contingentes
que surgen y desaparecen acordes con la adaptación al medio.
sin textura ni otra cualidad
que pueda ayudarnos a discernir su esencia.
¿Qué entidad es esta que impide desandar el camino recorrido?.
que se diluirá en los acuosos sentimientos hasta desaparecer?.
La emoción altera incomprensiblemente la intensidad del flujo
o se acelera en la desmemoria de la ancianidad
que, confundida, percibe el rápido pasar de las estaciones
y el vertiginoso desarrollo de los niños.
Cuando todo el ser, en tensión vital, cambia de naturaleza,
como la crisálida eclosionando en insegura mariposa,
o el moribundo consciente de su estado, dispuesto al salto,
el tiempo se detiene en la espera de la vida
y muestra la posible luz de otra existencia de ritmo desconocido.
Divagaciones espurias que no llevan a parte alguna.
¡Es!.
No alcanza el entendimiento,
no llega la razón a iluminar la noche sin Luna gestadora
se alimenta de ese fluido desconocido
y, sin embargo, esencial de nuestra existencia.
De ésta que ahora atravesamos acelerada en su progreso,
sin poder prolongarla ni detenerla,
sin haberla demandado,
ignorando su singladura y su objetivo.
Ronronea desde más allá de la realidad
que las piezas de marfil defienden ociosamente.
Sabe de ciclos y estaciones,
de tormentas eléctricas
que tensan la atmósfera erizando su piel
y de la suave calidez del hogar
que hace inútil el vagabundeo estacional
Entonces, deambula en la nocturnidad
gozando libre del silencio que protege,
sólo roto por el maullido
como llanto humano de recién nacido.
Frío, en su deseo, con rasgos psicopáticos
capaz de matar a las crías
para acelerar el celo de la hembra.
a través del iris rasgado y vertical del misterio.
conoce el futuro que temen oscuras mentes.
hasta el fugaz instante inmediato
en el flujo estático del río sin retorno.
*******
Estrella fugaz
la noche de San Lorenzo,
llega una lluvia de estrellas
que viene desde Perseo
trayendo germen de vida.
Un resto de roca, hielo,
y sucio carbón de estrellas
que en explosiones han muerto
recorre súbitamente
la esfera de terciopelo
de solemne oscuridad.
Luego, al cruzar el cielo,
como una mágica lámpara
que al frotar surgiera el genio,
el asteroide se inflama
evaporándose en vuelo,
creando una efímera estela
de luz que siembra deseos
e impulsa las ilusiones
de los que cultivan sueños.
Los deseos se propagan
por sembrados y barbechos,
ríos, mares y montañas,
selvas, pueblos y desiertos;
sobre mozas casaderas,
con ojos como luceros
que en la noche se iluminan
incendiándose con fuego
que viene de las estrellas
y los visten de un misterio
cautivador y atractivo.
¡Muchacha!, pide un deseo
antes que la ocasión pase
por tus ojos llorosos luego.
Date prisa, no respires,
proyecta claro tu anhelo.
Aguarda un momento, ¡mira!,
qué magnífico renuevo
en Andrómeda se pierde.
Has agotado los ruegos
en esta noche sin Luna
que evocaré siendo viejo.
El polvo suavemente cae
reposando en el poleo,
el jacinto y la amapola,
la rosa roja, el romero.
Vistiéndose del rocío
de la aurora, y los restos
del embrujo y del misterio,
el polvo impalpable y leve
llegando desde el silencio
cubre etéreamente el mundo
con los rescoldos de sueños.
Diosa irlandesa, Dana,
que fertiliza la tierra y la sana.
Enrique Morente |
len-
cio...
Seguiriya por Diego Clavel
Ciprés: Cupresus Sempervivens.
Firme y vertical, digno despereza
desde el intenso verde oscurecido
hacia el cielo deseado y perseguido
creciendo con la muerte en la corteza.
Sigilosa lanza que el tiempo afila
en el “carmen” tranquilo y sosegado.
Arraigado en la tierra busca lo alto
en tensión vital, hiriente y creativa.
En lucha ardua y tenaz que persevera
quiere parar el tiempo en loca huida
frente a la eternidad que tanto ansía.
la rojiza Alhambra en la atardecida.
Hierático, calla lo que suspira.
Me voy dejando atrás el tiempo vivido.
Siento el lastre del ánimo deprimido
en la certeza del ciclo terminado.
Iluminaste como aurora mis días
hileras de horas muertas de esperanza.
Enfrentadas nuestras psicologías
perdimos la causa que uno nos hacía.
Me voy. El tren me arrastra hacia un lejano
e incierto futuro sin tu mirada,
sin el acorde cantarín de tu alegría.
Aceptando la vida y sus razones
me alejo triste y decidido, dejando
en el aire trizas del alma en poemas
torpes. Llevan impresa mi honda pena,
anhelos, aquellas confiadas risas,
lo agridulce de nuestras relaciones.
Hay un universo de estrellas y luceros
pero sólo unos pocos brillan intensos.
Andan las personas buscando consuelo,
como ovejas sin pastor, por el desierto
de la duda, en noches de abatimiento.
Cuando el prójimo se acerca a tu encuentro
quedas sólo para él en ese tiempo
de acogida. Le sumerges en el misterio
de la Misericordia y la alegría del Reino,
mientras ruegas al Señor por traer el cielo
a la Tierra, que añora paz y sosiego;
impones las manos e insuflas tu aliento,
das vida al cansado y salud al enfermo,
y al desorientado esperanza y consejo.
No se explican con la Física los hechos
tan sencillos, supuestos para galenos.
Sin embargo suceden, y en el recuerdo
de muchos permanece oculto el secreto
desvelado, que en la fe está el remedio,
produciéndose por voluntad del cielo,
secretamente, como el soplar del viento.
*******
Mira: cada uno libre es
de hacer la vida que quiere,
y, a la postre, la que puede.
Mejor basada en la fe.
con un canto de tristeza.
Este amor que tu desprecias
es mal que no tiene cura.
No recuerdo no se cuando
ni recuerdo no se qué
no sé si estoy esperando
que alguien me diga que es.
Cuando la madre se muere,
una vida ha terminado:
la vida en que el niño crece.
La del hombre ha comenzado.
Cuando la madre se muere,
volvemos los ojos al cielo
que nos dice donde va
la razón del sentimiento.
Ha nacido Dios,
un niño desvalido
que ama la vida.
Para hacer música se han de arañar las cuerdas con alma herida.
Veo la Virgen
de dolor traspasada
mostrar su amor.
Dios de la vida.
Padre de amor y fe
Rey humilde y santo.
Vientre de amor.
La semilla de vida
crece en lo oscuro.
Sentado en la silla de anea, ausente del tiempo que transcurre lentamente, adormilado, me percato de su presencia. La advierto inexorablemente todos los días. Me acompaña molestándome, como ocupando un lugar a mi lado, pegado a mí. Se presenta silenciosamente.
Me gustaría deshacerme de su manifestación. Lo he intentado con técnicas de relajación y autohipnosis. Pero ahí está. Su terquedad me desazona, su constancia me perturba. Erosiona mi autoconfianza. Me causa un desasosiego pertinaz. No me acostumbro a la frialdad del vacío que se crea en mi costado cuando revela su presencia.
En esta casa, que he alquilado a Charles Sheeler, donde las corrientes de aire son endémicas y me producen resfriados crónicos, a veces, en la oscuridad de la noche, trato de taparme con el cobertor usando el brazo que me falta. Con horror descubro, una vez más, la existencia de ese miembro fantasma.
+
En este relato, propuesto en un blog de relatos, había que utilizar las siguientes palabras: Desenlace. Escenario. Metamorfosis. Solsticio.

En el río Darro, Dauro, que lame la base de la colina roja donde se yergue la fortaleza de la Alhambra había una veta de oro de la que se desprendían pepitas buscadas con denuedo por los habitantes de la ribera.
El rabino Jamal ben Zavala, ambicioso conocedor de las propiedades y significado de plantas y del lenguaje de los pájaros, orgulloso kabalista, experto astrólogo que descifraba la música de las esferas y aprovechaba los momentos adecuados para proyectar sus deseos, acompañaba al sultán Muley Hacem en numerosas ocasiones conversando sobre lo divino y lo humano.
En una de estas veces, cuando sobre la región de Granada se cernía una grave sequía, se plantearon buscar la veta aurífera que permitiría la compra de cereal y aceite para abastecer a la población evitando la aguda carestía.
Como ayuda, Zavala, consideró positivamente recurrir a un recurso excepcional: la creación de un golem, un homúnculo sin alma ni voluntad propia, obediente infatigable a las órdenes de su creador.
Tomó arcilla de la vega bajo el viejo granado el día del solsticio de verano. La mezcló con agua del aljibe de la Lluvia y aquella noche subió al cerro del Sol, escenario de la extraordinaria metamorfosis. Cuando la luna llena se situaba sobre la torre de la Vela esculpió una figura humana en cuya frente grabó caracteres enigmáticos y, diciendo expresiones kabalísticas, sopló sobre la pequeña efigie.
Era un ser torpe obediente a las órdenes sin filtro alguno. Una máquina a la que se podía poner en marcha y parar a voluntad. Hubiera podido matar sin remordimientos, robar todo menos el alma de los vivos.
Ordenó al golem que en la oscuridad de la noche buscara oro en el cauce del Dauro. Por el día se ocultaba en la Torre de los Siete Suelos, allí donde dicen se esconde el velludo, caballo sin cabeza que sale a galopar desbocado por las calles de la ciudad.
No llegó a descubrir la veta, pero trabajó con tanta intensidad que el acopio de pepitas creció hasta ser un tesoro que bien administrado hubiera evitado el sufrimiento de la carestía.
Sin embargo el desenlace fue bien distinto.
El ejército cristiano se acercaba a la región. Las refriegas entre los dos ejércitos eran cada vez más frecuentes y dentro del reino había enemigos que ambicionaban el poder. Muley Hacem contempló la conveniencia de reservar el oro para fines diferentes a los previstos, militares y de resistencia, y usarlo como prevención de un futuro incierto para él y su familia, olvidándose del pueblo y su perentoria necesidad.
Ordenó a Zavala lo escondiera en Sierra Nevada. Una reata de mulas y dos caballerizos mudos llevaron la preciosa carga. No se les volvió a ver. La leyenda dice que el tesoro se halla enterrado en algún lugar de la sierra cubierto por nieve la mayor parte del año. Ha habido expediciones en su busca, llevadas más por el romanticismo de pasar unos días en los parajes grandiosos de estas montañas, que por la certeza de poder hallar las riquezas doradas. La montaña más alta se llama Mulhacén en memoria de aquél sultán.
Del golem se sabe que sigue buscando la veta aunque han desaparecido sus vestigios pues es extraño encontrar hoy día alguna pepita; pero, de vez en cuando, aparecen montones de tierra en la ribera y hoyos de cierta profundidad cuyo origen es inexplicable.
Alguien incluso llegó a decir que había visto al velludo montado por un ser minúsculo llevando en la mano izquierda una especie de azada que brillaba a la luz de la Luna, y en la derecha un alfanje de oro.
El súcubo anidaba agazapado en un cubículo formado por varias circunvoluciones cerebrales. En el sopor del oscuro y profundo sueño aquella noche se hizo presente.
La cosmovisión que había consolidado, con las vivencias de una vida metódica y ordenada, las numerosas lecturas filosóficas y metafísicas, y la confrontación de hechos repetitivos con las sucesivas observaciones especialmente de la disposición de los cielos, se fundamentaba en que existía una conexión entre todos los sucesos simultáneos. Todo lo que sucedía en el mismo momento estaba conectado por el significado. El problema era hallar el código de interpretación, distinto para cada entorno. Él había encontrado claves de esa interpretación en la configuración celeste. Poseía cierta tranquilidad al observar un mundo estructurado y, en cierto modo, previsible para él.
Esa cosmovisión había sufrido un vuelco súbito e inesperado.
Al despertar, una desazón angustiosa e indefinida le dominaba. No conseguía tranquilizar su espíritu desestabilizado por una vaga insatisfacción. Había perdido el centro ganado en la constancia de ejercicios de relajación y concentración durante años.
Acudió a la lectura de la epístola a los efesios: 6, 11-12: “Vestid la armadura de Dios para poder resistir las estratagemas del diablo. Pues no peleáis contra seres de carne y hueso, sino contra las autoridades, contra las potestades, contra los soberanos de estas tinieblas, contra espíritus malignos del aire”.
No podía ser salvado sino por la alianza basada en la fe.
Actos de fe enfrentados. ¿O es que los espíritus de las oscuridades no tenían fe?. El malo conoce perfectamente la existencia de Dios, pero libremente elige el mal como forma de poder y autoridad sobre el mundo.
Había perdido la inocencia.
Sus lecturas conocieron el horror de Dunwich y el universo húmedo y cenagoso al que se llegaba a través de puertas insospechadas que se abrían y cerraban mediante aforismos indescifrables.
Recordó el enorme cuadro de luces inestables que había descubierto en el desván hacía años. El marco, grabado en las esquinas, poseía gárgolas demoníacas que le inquietaron hasta el punto de cubrirlo con un gran retal negro esperando olvidarse de él y no verlo jamás. Pero ahora, en el desasosiego de ansiedad creciente, se manifestaba con un realismo más real que las sombras con que el atardecer invadía los aposentos.
¿Quién era el enemigo?. Aquel gran cuadro era, ahora lo comprendía bien, una de las puertas al otro lado. Tenía que enfrentarse a los miedos que se manifestaron tan de súbito. Conocer al enemigo es el preámbulo para vencer en la batalla.
Esperó a que la luna llena estuviera en el cenit. Hizo acopio de valor. Subió al desván. Descubrió aterrado el gran cuadro con el espeluznante marco. La puerta donde hallaría al enemigo. El paso a otra realidad que conecta con esta que conocemos. Tomó un sillón tapizado de polvo y telarañas, y se sentó a esperar frente al espejo que reflejaba su imagen diluida en la oscuridad.
Se pedía usar las palabras: doctor, corazón, meses, narcotizante.
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Antonio miraba sin ver, fijamente con obsesiva atención, el blanco techo. Horas había mantenido tan lamentable actitud. Un abatimiento mortal le impedía respirar. Aquellas palpitaciones inesperadas y la pérdida de vitalidad le habían replegado sobre sí mismo alejándolo del entorno hasta hacerle desaparecer de la sala de estar y de todo aquél lugar en el que tuviera que esforzarse en relaciones sociales. En la última visita el doctor le había comunicado el mal estado de su corazón agravado en los últimos meses. La depresión se había adueñado de él hasta robarle el deseo de vivir.
Julia, la enfermera, preocupada por el abrumador decaimiento se acercaba a él con frecuencia. Le relataba lo que sucedía en la residencia, especialmente si era agradable.
Excelente especialista en historia del siglo XVII había llegado a un conocimiento extraordinario sobre las pasiones humanas que mueven la historia, pero generó en él un escepticismo opresor a la vez que le concedió más que notable posición económica.
Julia pensó que la mejor terapia sería presentarle a la graciosa y vitalista Ana, nueva residente de elegante presencia, a pesar de su edad. Resultó la mejor medicina. Apareció un ligero brillo, y cierto movimiento, en sus ojos que tendían a seguirla. Un prometedor inicio de recuperación
El sobrino le volvió a visitar. A la residencia había llegado una política de restricciones y dada la grave enfermedad irreversible y el buen corazón del familiar, que no deseaba ver sufrir a alguien tan querido, accedió al tratamiento narcotizante. Terapia de sedación lo llamaban.
No llegó al día siguiente. Los familiares recibieron los pésames. Todo cuadraba. Nadie pensó en la herencia. Como es natural.
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Al abrigo de la preciosa y tranquila cala al norte de la isla bogaba indolente el barco desde el que brotaba una canción de tristes cadencias:
como el mar para un navío.
En la ausencia de camino
buscar la meta es la gloria
alcanzando la victoria
en donde habita el olvido”.