sábado, 16 de marzo de 2013

ZEN


Han-shan. 

Pienso en los veinte años que pasaron,
cuando acostumbraba volver a casa tranquilamente desde el monasterio;
toda la gente que vivía en el monasterio decía:
"Han-Shan es un idiota".
Reflexiono: ¿soy realmente un idiota?.
Pero mis reflexiones no logran resolver la cuestión,
pues ni yo mismo sé quién es el yo.
Me limito a bajar la cabeza; 

no son necesarias más preguntas,
porque ¿de qué puede servir el preguntar?.
Que vengan y de mí se burlen todo cuanto gusten,
yo sé muy claramente qué quieren decir,
más no he de responder a sus befas,
pues eso se adapta admirablemente a mi vida.