lunes, 18 de marzo de 2013

Los regentes kármicos.

Irene Andrieu
ASTROLOGIA, CLAVE DE LAS VIDAS ANTERIORES.
Editorial Sirio 


Los regentes kármicos.

En el análisis astrológico clásico, se consideran ciertos planetas como dominantes. Son aquellos planetas que están más estrechamente asociados con las luminarias (Sol y Luna) o con los ángulos de la carta (Ascendente y Medio Cielo). Tales planetas desempeñan el papel de líderes en el horóscopo. Marcan la personalidad con tendencias profundas e instintivas, y todo análisis bien construido habrá de partir de estas dominantes planetarias, auténticamente capaces, por sí solas, de aclarar la estructura del tema.

Pero tales planetas se relacionan más bien con las manifestaciones exteriores del ser, mostrándonos aquellos tipos esenciales de conducta cuyas motivaciones profundas permanecen ocultas, en ocasiones para la misma persona.

Estas motivaciones se aclaran desde el momento en que asociamos los planetas dominantes con su raíz: los nodos lunares. Aquellos nos permiten realizar la meta de nuestra existencia, expresada por los nodos lunares. Los planetas dominantes pueden señalar igualmente rasgos de carácter particulares heredados de una vida anterior y que continúan marcando las actuales tendencias vitales del nativo. Para evitar toda lectura literal y necesariamente exotérica, superficial por tanto, es necesario relacionar las dominantes con las verdaderas dominantes esotéricas, los regentes kármicos.
Se denominan así los planetas que rigen el eje nodal. Son los gobernantes de los signos a través de los que se manifiesta y se distribuye la energía del Dragón.

Llamaremos regente Sur o planeta de entrada al regente planetario del signo en el que está emplazado el nodo sur, o NS. Funcionalmente, el regente Sur está directamente conectado con el señor de la casa en la que se manifiesta el nodo sur, derivándose ambos de formas de actuación y de motivaciones anteriores. Al conjugar estos datos con la coloración elemental del signo y de la casa, surge de inmediato y con nitidez la tendencia pasada del comportamiento y de la actividad.

Un nodo sur en Libra y en casa X indica que se reúnen las energías de Venus y de Saturno en una dinámica de Aire-Tierra. El resultado es un pensamiento lógico (Venus), con tendencias conceptuales (Aire) y orientado hacia las realizaciones materiales. Las indicaciones suministradas paralelamente por el nodo norte (Aries-Casa IV; Marte-Luna en Fuego-Agua) son materia para un ejercicio escolar. Se trata de descubrir a través de qué mutación del pensamiento (Venus), la persona llegará a transformar la integradora a fuerza saturnina en fluida movilidad lunar. La respuesta consiste en desarrollar una nueva forma de afectividad en el marco del hogar, auténtico soporte y razón de las acciones del ser en esta vida. Un Ascendente Cáncer y un Saturno retrógrado participarían activamente en ello. El análisis de la carta pasa por la observación atenta de las manifestaciones de Marte, Saturno, la Luna y Cáncer. Podemos apostar a que alguno de ellos, o todos juntos, aparecerá entre las dominantes exotéricas.
En el marco del análisis kármico, las dominantes ligadas con la polaridad sur de la carta aparecerán como valores anteriores que dirigen la manifestación del ser hacia el comienzo de su existencia actual. Los valores de las dominantes conectados con el nodo norte constituirán las energías transformadoras que permitirán que la persona integre, en primer término, y realice posteriormente, sus metas actuales. Las dominantes del tema estarán jerarquizadas a primera vista en valores adquiridos por mutación y en valores de desarrollo potencial. Los primeros pertenecen a la esfera del Sol y de la Luna, y los segundos a la del Ascendente. Se comprenderá mejor esta afirmación si se considera que en la carta el nodo norte es el ascendente virtual de la Luna.

El planeta que rige el signo del nodo norte (o NN) se llamará regente norte o regente kármico de distribución. Kármico porque la regencia norte no ha sido adquirida por efecto del azar. Se deriva directamente de la estructuración anterior de las energías y ha de ser integrado conscientemente en las motivaciones esenciales del ser. Y de distribución, porque forma parte de esa energía del nodo norte a través de la que se distribuyen las energías actuales en la carta.

Este planeta, regente esotérico de la vida actual, no se encuentra necesariamente en el mismo signo que el nodo norte. Generará una dinámica kármica particular en el signo y en la casa donde se encuentre, confiriéndoles un valor de Ascendente esotérico. Será a través de ese signo y esa casa por donde el individuo podrá realizar verdaderamente las significaciones del signo ascendente de su carta natal.

Practicar esta investigación sistemática al principio del análisis aclara especialmente cuáles son las dominantes mundanas de la carta y permite clasificarlas por orden de importancia. Siempre habrá que dar prioridad a los planetas que aspecten a los regentes kármicos, porque juegan un papel activo en la realización del nodo norte. En las fases cruciales de la existencia, parece, en efecto, que son estos planetas los más fuertemente activados por los tránsitos, sobre todo por los del ciclo de los nodos lunares o el de los regentes kármicos.

Por todo ello, y a fin de clarificar el proceso analítico, en esta obra se excluyen voluntariamente aquellos planetas que no estén directamente concernidos por la mutación kármica.

1. Los aspectos de los regentes kármicos a los nodos lunares.

Los regentes kármicos desempeñarán más activamente su misión de fijación (NS) y de evolución (NN) cuando estén en aspecto con los nodos lunares. En tal caso se considerará que la interpretación es absolutamente válida. Una vez determinada la meta vital del ser, el valor energético del planeta no intervendrá más que a título de explicación secundaria. Un aspecto de los regentes kármicos a alguno de los nodos lunares indica que la persona deberá asumir un destino especial, y que todo en la vida, encuentros, sucesos, decisiones propias o provocadas por el mundo exterior, la conducirá hacia la realización de ese destino.

En tales temas apenas si existe libre albedrío, aunque sus depositarios crean tener en sus manos las riendas de su existencia. De hecho, cuanto más ignorantes son en relación con los objetivos kármicos de su vida, mayor voluntad ponen a la hora de cumplirlos. Salvo en casos raros, dichos objetivos kármicos no son nada espectaculares, pudiendo aparecer como fenómenos existenciales secundarios aunque desde la perspectiva kármica constituyan la motivación principal.

Así, una persona puede desarrollar una sólida ambición social porque tenga que experimentar los mecanismos del poder, invirtiendo el valor de un Júpiter orientado hacia el triunfo personal en una existencia previa. El objetivo kármico indicado en la carta no será tanto la oportunidad profesional como la necesidad de pasar por esa experiencia a fin de transmutar los valores de ambición jupiterianos en valores humanos y filosóficos. Júpiter aparecerá en sextil con el nodo sur y en trígono con el nodo norte, siendo obligatoria esta transmutación en caso de que Júpiter sea uno de los regentes kármicos.
La obligación estará aún más reforzada si los dos regentes kármicos se aspectan, fenómeno que es mucho más frecuente de lo que la simple estadística permitiría prever. En mi colección de temas kármicos, bastante importante, sucede esto en un tema de cada dos. Cierto que se trata de cartas pertenecientes a personas que suelen sentirse empujadas por una necesidad o muy manipuladas por la vida y que conscientemente se formulan preguntas acerca de su karma. Son personas, generalmente, cuyo nivel de conciencia es bastante alto, y que buscan con decisión el sentido del destino en sus errores en lugar de convertirlos en experiencias estériles y traumatizantes.

Son cartas excepcionales, lo reconozco. La mayoría de la gente que recurren a una interpretación kármica están motivados por el Karma. El hecho de que esta motivación forme parte de los objetivos reflejados en sus cartas se manifiesta normalmente a través de los regentes kármicos. Se trata, pues, de una colección de cartas necesariamente selecta.

En ella, las dominantes marcianas, saturnianas, plutonianas (planetas del Karma por excelencia) y neptunianas (planeta de la evolución), son mayoritarias. Alguno de estos planetas está retrógrado con frecuencia, poniendo de manifiesto la necesidad de invertir su energía para llegar a la realización personal en el plano de la conciencia evolutiva.

2. ¿Cómo se determinan estos aspectos?

Los regentes kármicos forman parte siempre del eje de los nodos, cuyas posiciones son diametralmente opuestas. Todo aspecto formado por un regente kármico con el nodo sur será complementario (sobre 180°) del que forme con el nodo norte. Únicamente la cuadratura produce ángulos equivalentes, originando una obligación absoluta que procede del nodo sur y que se dirige hacia el nodo norte. En este caso, las dos energías, sur y norte, son rigurosamente equivalentes, lo que no puede sino desembocar en un conflicto mayor en el plano existencial, exigiendo de la persona que realice una elección personal entre dos tendencias que la dividen y que no encontrarán solución en el mundo exterior. Su gran reto consiste en escapar del bloqueo provocado por el rechazo de alguna realización kármica anterior y en apoyarse sobre ese regente que está en cuadratura para conducir la energía hacia el nodo norte. Hacerlo es cosa suya, y para ello tendrá que el planeta disonante y los aspectos que reciba constituyen el origen de todas sus dificultades. Los aspectos armónicos que reciba, si están orientados hacia el nodo norte, constituirán su mejor soporte evolutivo, la puerta de salida.
Los demás aspectos obtendrán su energía esencial de uno u otro nodo. La energía emana siempre del nodo sur y se distribuye a través del nodo norte, pero con un impacto desigual que estará en consonancia con los aspectos que se formen. Como ambos son siempre complementarios, la astrología kármica tiene en cuenta únicamente el más estrecho, que constituye la obligación más fuerte, y sin olvidar que la redistribución energética se efectúa en todos los casos según la vía del eje nodal.



Veamos un ejemplo.



En la carta nº 2, el nodo norte está a 21°27 de Aries. El regente kármico es Marte. Marte se halla situado a 20°02 de Géminis, en sextil con el nodo norte y en trígono con el nodo sur. Para el análisis del regente, retendremos la idea de que la energía desarrollada armónicamente durante una vida pasada (las existenciales fueron asumidas con éxito) se redistribuye en esta vida a través de un sextil, aspecto de realización personal. Al ser el sextil el aspecto más pequeño formado por Marte con el eje nodal, será tenido en cuenta en la interpretación. Y habrá que dirigirse a las páginas siguientes para identificar la meta vital señalada por Marte regente y en sextil. Que el sextil se forme con el nodo sur o con el nodo norte no es en principio un valor lo suficientemente significativo como para determinar el destino de la persona. Esta precisión se hará en una fase ulterior del análisis. Marte en sextil incide en la meta vital, pero todo regente en sextil con el eje nodal daría lugar a una misma meta. Únicamente cambian las aplicaciones (los acontecimientos externos) en función de la naturaleza energética del planeta.
En la misma carta, si se busca el regente sur, Venus, lo encontramos en 8°04 de Leo (en la casa simbólica del nodo norte, lo cual es un bello índice de continuidad y de armonía esotérica). Venus forma un ángulo de 73°23 con el nodo sur. Se trata de un quintil aceptable, con un orbe de 1°23. Es interesante constatar en este caso que en la astrología evolutiva el quintil tiene un valor de obligación secreta y positiva. Constituye un indicio de un destino realizable y con consecuencias positivas para la persona. Venus, herencia armónica de una vida pasada, está en aspecto estrecho con el nodo sur. Lo analizaremos en términos de herencia y consideraremos a Marte, que está en aspecto armónico con el nodo norte, como el resultado directo de esa realización anterior en la vida actual. Para completar esta oportunidad, que no procede del mero azar, Venus, en conjunción aplicativa con Plutón (Plutón está en trígono con el nodo norte), se halla en la casa IX. Las adquisiciones filosóficas y sociales (nodo sur en la XI) de una vida pasada juegan un papel determinante en la formación espiritual actual y orientan muy positivamente el destino de esta persona, facilitándole la realización de sus metas. Hay que hacer notar que Marte, regente del nodo norte y por lo tanto, regente del ascendente lunar, está en la casa VIII, lo cual guarda relación con el ascendente Escorpio de la carta natal. Si los lectores creen que lo que aquí interviene no es otra cosa que el azar, un azar espectacular, les invito a tomar diez cartas, no importa cuales, y a efectuar por sí mismos la experiencia.

En este caso, la persona realizará la vocación escorpiana de su carta a través de la casa VIII, donde se encuentran el Sol y el regente norte. Surge de inmediato la significación de ese Ascendente bastante disonante. Esta antigua Libra (por su comportamiento general, no era necesariamente de este signo), en principio, deberá realizar en sí misma su Mercurio en Géminis de la casa VIII a través de la consciencia personal que dicha posición implica, y descubrir su vocación espiritual (Venus Plutón en casa IX en cuadratura con el Ascendente), antes de comenzar a trabajar con el regente del Ascendente, que es el regente norte de la carta. De todas formas, Marte rige el mundo astral del ser, simbolizado por la casa VIII, en la cual se halla el Sol en Cáncer. La carta es totalmente coherente y todo se deduce de los nodos lunares.

Para esta persona, la toma de conciencia en relación con las leyes de la evolución (Karma) pasará por el conocimiento de Escorpio, signo donde se engendra el Karma y que aparece como la dominante de su tema natal. La vía de la comprensión se le ha facilitado enormemente. Efectivamente, hace 32 años que esta joven mujer ha realizado su vocación por el yoga orientándose hacia el profesorado. Desde entonces, ella asumió a la vez su casa VIII y su casa IX, afirmando: “Esto solo me interesa si me permite desarrollar mi espiritualidad y ayudar mis alumnos a descubrir la suya…”

La hora había sonado en su carta con el tránsito de Neptuno sobre su Luna natal, en Diciembre de 1981, despertando en casa II un don adquirido, procedente de una existencia previa. Los valores filosóficos del antiguo ser encontraron un nuevo canal de expresión, dentro de una continuidad evidente. En la misma época, el retorno cíclico del nodo norte a la casa VIII estaba activando su vocación Cáncer-Escorpio (yoga).

Se comprende por qué la Luna recibe ocho aspectos en la carta (es destacable la insistencia del número 8 en este horóscopo). Constituye una dominante mundana absoluta: ningún otro planeta está tan fuertemente subrayado. Simboliza la vía de expresión natural de las metas kármicas. No obstante, los griegos veían a la Luna como la regente oculta de Sagitario, atribuyéndole virtudes como la sabiduría y la filosofía. La presencia de la Luna en el eje II – VIII, que es un eje de retribución kármica armónica y disonante, le confiere un papel mayor en el destino de la persona. Está en sextil con el nodo sur. Dentro de su alto nivel actual de conciencia, este aspecto es el resultado visible de una motivación filosófica y religiosa anterior (Sagitario). Su actividad está directamente relacionada con ese Venus actual de la casa IX.

Esta joven mujer que se nacía preguntas acerca de su vocación me pareció singularmente modesta a la luz de las posibilidades inscritas en su carta. Su orientación hacia el yoga no tiene nada de compensación afectiva. Por otro lado, realiza perfectamente el sextil Marte-nodo norte viviendo amores dichosos, aunque sin continuidad. Sus amantes son sus amigos y la aventura amorosa la enriquece sin marcarla. Está claro que Venus en Leo y en la casa IX se siente llamado por otra vocación distinta del matrimonio. Participa en la reunificación de la pareja cósmica Mercurio-Venus, que forman un tándem que involucra las casas VIII-IX, mediante la comprensión de la manifestación de Marte.
Se trata de una carta evolutiva ejemplar. No es frecuente encontrarse con un tema que contenga indicios de realización kármica tan claros, y que de una vida a la otra presente semejante continuidad en la motivación.

3. Análisis de los regentes kármicos. 


Después de haber examinado el aspecto formado s regentes kármicos con los nodos lunares, es posible determinar inmediatamente la línea da en la carta. Este dato es con frecuencia muy valioso a la hora de entender un tema, pero r cuidado y considerar, para que sea my estrechos. Por término medio, habrá que utilizar la mitad de los orbes habituales (4° para el trígono, 3º para la cuadratura), limitándonos a un orbe de 1° para los aspectos inferiores a 15°. Cuanto más restringido sea el orbe, más dará será la lectura del aspecto entre el regente kármico y los nodos lunares.

Les proponemos ahora una lectura literal de la significación de estos aspectos, tal como han sido fijados por los astrólogos estadounidenses que se inclinan hacia la astrología de la evolución. Si estos aspectos no se dan, no hay que forzar el destino de los clientes o amigos. Conténtense con analizar la cruz de mutación de los elementos, y la posición de los nodos en los signos y en las casas. Dichas indicaciones, numerosas de por sí, favorecerán sus análisis. En los casos mencionados, es decir, cuando no se dan los aspectos que vamos a tratar, la práctica indica que se trata de personas que no se fijan líneas vitales imperativas, lo que no quiere decir que no tengan una carga kármica en sus cartas ni que no estén sometidas a las obligaciones que de ellos se derivan.

Karma solar (conjunción y oposición del regente kármico a los nodos, con 5° de orbe)

Este aspecto es como una posición Sol-ascendente. Los valores de la personalidad y su desarrollo se ven muy favorecidos durante esta vida. Los acontecimientos y el destino llevarán a la persona a realizarse plenamente, incluso a imponerse en este mundo.

El regente en conjunción aproximativa (nunca más de 6°) con los nodos lunares sur o norte, implica que la persona ha recibido en el nacimiento una distribución importante de energía de la que puede asegurarse el dominio. Por consiguiente, gozará de una libertad relativa en la medida en que sepa sacar fruto de las lecciones de la existencia y en que esas lecciones la conduzcan hacia una realización plena. Las consecuencias de sus actos serán felices con frecuencia y a lo largo de su existencia se alzarán barreras para evitar que caiga en las trampas kármicas de la vida cotidiana. Después de algunos decenios, el poseedor de tales regentes kármicos estimará que una feliz suerte ha guiado sus pasos para conducirla adonde tenía que ir. El instinto vital lleva a estas personas a realizar sus cartas sin mayores contratiempos. Cuanto más en consonancia estén con la línea de su destino, más les sonreirán los acontecimientos y más se desarrollarán, hallando en sí mismas el equilibrio. La sabiduría suele encontrarse al final de su camino.

De todo esto resulta una cierta facilidad para elevarse por encima de las contingencias cotidianas mediante una continua expansión del campo de conciencia. Estas personas pueden ser llamadas a jugar un papel brahmánico, de dirección kármica de su entorno. Cada una de ellas, según su dimensión y sus oportunidades, podrá seguir un día la vía de la enseñanza espiritual, convirtiéndose en un transmisor.

Karma lunar (conjunción del regente con los nodos lunares, con 6° de orbe)

Esta conjunción evoca una dinámica canceriana y una dominante lunar en la carta. Por oscuras razones, estas personas suelen tener un especial apego a la madre o a la imagen materna, y a la estructura del hogar. A menudo, el juego del destino hace que una misma suerte una al niño y a la madre, dando la impresión de que ésta faltó en una vida anterior o de que un suceso dramático rompió la estructura del hogar, provocando una sed continua de atenciones y de seguridad en el niño.

El resultado es un ser de gran sensibilidad, muy abierto a los mecanismos psíquicos y a menudo más receptivo de lo normal al mundo de lo invisible. La mediumnidad y el mundo de los sueños, de las fuerzas telúricas y celestes, ocupan un lugar importante en su existencia. No es raro que tales dones se manifiesten en ellos desde la infancia. Es importante no ocultarlos a causa de la educación.
Una consecuencia de esta posición de los regentes una extremada permeabilidad y muchas veces una devoción incondicional al medio natal (posteriormente también al medio que se elija). Será necesario que estas personas aprendan a proteger su personalidad, orientándola en un sentido constructivo. Se trata de niños que parecen no querer crecer nunca y que pueden, por falta de una adaptación correcta en el ámbito social, desarrollar importantes complejos de inferioridad o de fracaso. Su mejor oportunidad consiste en aprovechar sus dones psíquicos y su voluntad de participación mediante una adecuada elección profesional.

Este aspecto se extiende desde el sexto al séptimo grado alrededor de los nodos lunares. Su presencia en el nodo sur acrecienta la dependencia de la madre, mientras que psicológica y favorece la expresión psíquica en el mundo exterior.

Karma venusino (conjunción de los regentes con 8° de orbe)

La casa VII y las relaciones Venus-Marte de la carta, desempeñan un papel muy importante en este aspecto. Estos factores muestran las oportunidades afectivas de la persona, derivadas directamente de una vida anterior. Personalmente he podido constatar la existencia de una relación muy particular entre aquellas parejas en las que uno de los miembros tiene indicios de este tipo. Parece ser una persona animada por una paciencia incondicional frente a su cónyuge, como si debiera pagarle alguna deuda en forma de cuidados. Surge con rapidez una relación fraternal en la pareja, producto muchas veces de un flechazo en el que el uno y otro se reconocen espontáneamente. El problema es que, con demasiada frecuencia, la relación psicológica personal se ve muy favorecida en detrimento de la existencia cotidiana y material. Esta pareja puede morir de pasión, por falta de conexión con la realidad y con las obligaciones que de ella se derivan. El divorcio puede constituir una amenaza como consecuencia de su incompatibilidad…material.

El nivel venusino de estas personas es relativamente bajo. Deberán estar atentas para no caer en su tendencia natural a la afirmación ideológica. Sus reacciones provienen en exceso de sensaciones egocéntricas y de una afectividad desbordante. Para encontrar el equilibrio deberán aprender a racionalizar sus sentimientos y a engarzar el regente en una fórmula de comunicación y de relación más amplia.

Karma saturnino (conjunción de los regentes con 9° grados de orbe)

Los indicios kármicos de esta conjunción de los regentes con los nodos lunares son evidentes. El acento está puesto en el retraimiento personal, en la obligación eventual frente a un tercero dentro del medio familiar, que debe hacerse cargo por causa de una enfermedad psíquica o psicológica.
Tras provocar esta confrontación con el sufrimiento y con la soledad, la vida obliga a esta persona a preguntarse acerca de la cara oculta de Saturno: el Karma y sus consecuencias en el mundo visible. De lo anterior resulta un fortalecimiento de la voluntad y de la personalidad, que se orienta hacia la vida interior y hacia la comprensión de lo ilusorio de las realidades físicas. El desarrollo de la sabiduría desembocará en el desapego.

Esta prueba, casi siempre muy penosa, tiene una contrapartida positiva. En la medida en que el individuo acepte esa carga kármica y no se vea agobiado por ella, vivirá con una relativa libertad en los demás planos de su existencia. Pero en su carta la suerte es caprichosa. Si busca comodidades, fortuna o notoriedad, los resultados serán decepcionantes. Lo mejor es que acepte la guía del destino, de los acontecimientos, entonces abundancia. En suma, se trata de que la persona aprenda en detalle la lección de Kipling: experimentar la victoria después de la derrota, y la derrota después de la victoria, sin turbarse. Esto se llama también desapego. Con un regente kármico así, las indicaciones de Saturno, de Capricornio, de Cáncer y de sus casas simbólicas correspondientes serán de primordial importancia para analizar la línea vital.

Karma jupiteriano (regente a 10° de los nodos lunares)

Este aspecto se relaciona con la Rueda de la Fortuna del Tarot. La persona parece poseer una importante corriente de suerte y de éxito, pudiendo escoger en esta existencia privilegiar al dinero, a su imagen en el mundo social o profesional. No obstante, corre el riesgo de confundir demasiado sus aptitudes y sus metas vitales, y de fusionarlas en una misma voluntad de afirmación personal. Esta voluntad se verá reforzada si el nodo norte se encuentra en el grupo formado por las casas II, VI y X.
Con frecuencia el padre juega un papel importante en la existencia, bien porque se haya carecido de él desde la infancia y esto lleve a la persona a compensar su falta a través de la afirmación externa, o bien porque no haya asumido su función educativa. Al rechazar al “Padre”, rechazará simultáneamente cualquier imagen de autoridad exterior y guiará su vida según sus propias visiones y deseos. En la carta de una mujer, un aspecto semejante pondrá en tela de juicio sus relaciones generales con el mundo masculino, y habrá que verificar cuidadosamente las posiciones de Marte, Urano y Júpiter, los cuales, si están en disonancia con los regentes de los nodos lunares o con Venus, disminuirán sus oportunidades de tener una vida afectiva “normal”.

Pero le importará poco, porque una vez pasada la fase adolescente de la personalidad y de la misma manera que los hombres que poseen tales aspectos, la tendencia de esta mujer será decantarse hacia todo lo que vaya en el sentido de su realización, considerando secundario todo lo demás.
Un fondo de agresividad, de ambición, incluso una cierta rudeza (aunque bien disimulada), se convierten con este regente en los agentes motivadores de las relaciones humanas. Por ello, esta persona tendrá oportunidades para elevarse socialmente y en caso de que haya nacido en un medio desfavorable, tenderá a buscar un marido que aumente su valor en la escala social. Y si el amor no se encuentra siempre al final del camino, no importa. En todas las cartas donde he visto esta posición en relación con los nodos lunares había implícita una lógica implacable: la persona estaba persuadida de que su destino era llevar ese tipo de vida, y ningún otro.

Karma mercuriano (13° 30´ de ángulo en relación con los nodos)

Esta distancia extremadamente precisa apenas admite orbe. En la carta ha de darse tal cual, con un orbe máximo de unos minutos.
El individuo vive un karma relacional de tipo virgo. El contacto con las personas próximas, la confianza en sus hermanos y hermanas, son determinantes en su existencia. Lo mismo puede vivir amigablemente en un grupo amplio, constituyéndose en el animador cultural o intelectual, que pasar por largas fases de soledad en las que desarrollar sus capacidades y su vida interior. Buscará recursos en el mundo externo, y los desarrollará para elevarse personalmente.

Ama la soledad y extrae de ella múltiples enseñanzas. Esta persona expresa con naturalidad una necesidad objetiva de autodescubrirse a través de los demás. Segura de sí misma en apariencia y poco preocupada por las reacciones del entorno, considera el mundo como un espejo que le permite captar mejor sus sentimientos y sus sensaciones. La carta dirá si esta persona estará muy acompañada o si por el contrario desarrollará su inteligencia en una soledad relativa, si la suerte le sonreirá en su búsqueda intelectual o si tendrá que reservar el fruto de sus meditaciones y reflexiones para sí misma y para sus allegados.

Karma de Capricornio (15° de ángulo)

Este karma puede considerarse como de responsabilidad social positiva. Apunta hacia la casa X de la carta, cuya realización objetiva se verá facilitada. La adquisición de bienes materiales persigue acrecentar el bienestar y el confort del hogar. Si nace en un medio desahogado, el individuo mantendrá ese modelo, y si nace en un medio menos favorecido, se esforzará por enriquecer su nivel material y por aportarle seguridad. Trabajador infatigable, esta puede caer en el agotamiento, particularmente cuando en la carta Mercurio y Marte estén disonantes.

No se trata de la dinámica jupiteriana de notoriedad, sino de una larga paciencia para llevar a cabo las responsabilidades que la persona se asigna voluntariamente. En su momento, los bienes visibles (y particularmente los bienes inmobiliarios), sancionarán el éxito. Un tema como este indica una naturaleza de propietario, de fondos o de tierras. En la lectura de la carta se pondrá el acento, por lo tanto, sobre los signos de Tierra, la casa X y los indicios saturninos, como significadores de la realización personal.
Muy atada a la estructura familiar, la persona mantiene a menudo excelentes relaciones con los parientes de más edad, de los que parece recibir de una forma natural la herencia filosófica …y a veces la material.

Karma mercuriano de Géminis (ángulo de 18°)

Lo que aquí está muy favorecido es la comunicación verbal y creativa. Esta persona parece vivir para cultivarse, aprender, intercambiar, ofrecer a los demás su dinamismo personal. Frecuentemente se manifiesta desde la juventud una capacidad oratoria, creativa o gráfica, la cual puede ser objeto de un desarrollo profesional muy positivo para la armonía de la persona. El don es innato y será interesante examinar los indicios de la casa II o de Acuario que a menudo aclararán los orígenes de la vocación. Esta persona está recogiendo hoy los frutos de un buen desarrollo anterior de Mercurio-Urano.
Por otro lado, esta persona tiene relaciones muy profundas con sus hermanos y hermanas, y puede que tenga que asistirlos financieramente o, al menos, influir ampliamente en su evolución intelectual. Su extrema movilidad hace de estas personas compañeros poco y los taciturnos.

Karma saturnino (ángulo de 20° 30´)

Esta persona parece estar llamada en esta vida a forjarse una filosofía materialista. De esta manera, pueden desarrollarse dos actitudes aparentemente contradictorias. Si nace en un medio donde reine la abundancia, tenderá a descuidar los bienes materiales y a desprenderse de ellos a medida que envejezca. Por el contrario, si nace en un medio menos favorable, no cesará de adquirir aquellos bienes que le han faltado en su infancia. Este rasgo en particular aparece sobre todo hacia los 40 años, durante el trígono de Saturno. A esa edad habrá que analizar sus tendencias hacia el apego o hacia el desapego para determinar la orientación futura de la evolución.

Generalmente, se podrá constatar que esta persona ha recogido (muchas veces sin saberlo) la herencia del padre, cuya filosofía se prolonga en su propia existencia. Ya sea bajo su influencia o contra la influencia del padre, lo cierto es que su imagen, el modelo o contramodelo a que haya dado lugar, incidirá de una forma importante en las verdaderas motivaciones de la persona.
Existe otra tendencia que denota la existencia de un karma saturnino en los contactos de este individuo. Tendrá que aprender a dominar su rudeza en las relaciones con sus allegados, y a comunicarse de forma comprensiva y tolerante. Podrá adquirir dicha cualidad desde muy joven, o bien a través del razonamiento y a medida que avance su vida. Un día comprenderá que el tacto y la atención a los demás constituyen los fundamentes de su propio éxito. Un Saturno retrógrado confirmará la predisposición hacia la intolerancia, indicando a la vez el camino para liberarse de un karma relacional bastante constringente.

Karma de Tauro (semisextil a los nodos lunares)

Se trata aquí de un karma de certidumbres conectado con el segundo signo del zodiaco. Este ser posee una conciencia muy aguda de su propio valor y un enorme egocentrismo, aunque revestido de amabilidad.

No vive más que en función de sus propias convicciones, y se asegura mentalmente de que sean lo bastante estáticas. Es inútil darle consejos, aunque se trate de cosas evidentes, sólo se fía de sí mismo. No obstante, y aunque parezca paradójico, tienden a aferrase a la tradición y sienten la necesidad de construirse modelos mentales que le den seguridad. Así, si el modelo se edifica alrededor del padre, se adherirán a las enseñanzas familiares. Por el contrario, si les ha faltado el padre en esta existencia (ausencia, muerte, etc), no terminarán de buscar un “gurú” que les sirva de columna vertebral. Parece como si tuvieran miedo de la libertad interior, de la creatividad que podría conducirlos a certidumbres adquiridas por sí mismos y forjadas sobre su mundo interno.

Hay que precisar también que la riqueza material, los bienes visibles, tienen un papel en la búsqueda de seguridad, de estabilidad moral y psíquica, y que esta persona puede estar animada por una urgente demanda de reconocimiento externo y éxito palpable.

Los indicios de evolución estarán representados en la carta por las casas VII y II, por Venus y por las cuadraturas que reciba. Dichas cuadraturas han de considerarse como una verdadera oportunidad que se le presenta al individuo para escapar de sus convicciones y desarrollar un tipo de pensamiento menos estrecho, más humano, más “Libra”. Se estudiarán también las relaciones Tierra-Aire de la carta, esenciales a la hora de pasar desde la percepción mental a la apertura a las fuerzas del espíritu.

Karma de Escorpio (Decil – 36°)

Aquí se trata de un Karma de regeneración o de aprendizaje vital a través de la comprensión de los mecanismos de la vida y de la muerte. La vida puede estar marcada por desastres espectaculares que deben llevar a la persona a interrogarse sobre el Karma, sobre las relaciones de causa y efecto y sobre el origen de sus propios actos. Se da un karma marciano-plutoniano que le arranca al individuo sus certidumbres y sus convicciones mentales, confrontándolo con una realidad inestable que produce una angustia psíquica evolutiva.

El sujeto debe abandonar su infancia mental y construirse una mente objetiva, ávida de descubrir la verdad que hay debajo de las apariencias. El ocultismo, el esoterismo (según su nivel psíquico), podrán apasionarlo. En la edad adulta, no dudará a la hora de tomar parte en las búsquedas de círculos muy cerrados.

Para aprovechar sus posibilidades de evolución, deberá dominar los aspectos pasionales y sexuales de su temperamento, y controlar un espíritu crítico desbordante y a menudo perjudicial para los demás. Es de temer que el poseedor de un regente como este oriente todos sus instintos hacia la satisfacción de sus apetitos de placer, incrementando la pesada carga kármica de su tema. El aspecto de regeneración puede, no obstante, intervenir de una manera espectacular, cuando en la carta se esté produciendo un gran tránsito plutoniano sobre Marte, Mercurio o Venus. El libertino se tornará asceta, el escéptico creyente, y el crítico un maestro del psiquismo. Hay que darse cuenta de que, entre los aspectos esotéricos de evolución, el décil representa una de las mejores oportunidades que se le presentan al espíritu para alcanzar una dimensión cósmica, al menos en uno de los planos de la existencia.

Karma de Libra (Novil – 40°)

La motivación esencial de esta persona es la vida matrimonial o asociativa. Si el tema lo confirma, tendrá la oportunidad de contraer un matrimonio en el que invertir toda su energía, y en caso de que el divorcio o la viudedad tengan que tener un papel en su vida, encontrará sin problemas otros compañeros con los cuales crear una relación armoniosa.

La vida puede llevarla también a apasionarse por grupos más amplios o por los asuntos públicos. La secreta relación Venus-Júpiter que implica esta posición del regente kármico le permitirá, merced a sus actividades externas — -a menudo sindicales—, pasar de una personalidad naturalmente egocéntrica a un mundo de relaciones abierto a los otros, a una personalidad que tenga en cuenta las necesidades y el desarrollo de los demás. Su crecimiento espiritual durante esta existencia será espontáneo, pudiendo conducir al individuo a integrar en sí mismo los valores uranianos o a preparar un destino uraniano para una próxima vida.

Las indicaciones de las casas Vil y XI, así como Venus, Júpiter y Urano, tendrán un valor especial en la carta. Bastará que alguno de estos planetas esté entre los regentes para considerarlo como una dominante absoluta.

Karma saturnino
(Semicuadratura – 45°)

Se trata esta vez de un karma de obligación, que fuerza a la persona a abandonar objetivos y proyectos erróneos y a desarrollar cualidades como la voluntad, la aplicación, la paciencia, todas ellas basadas en realizaciones concretas. Parece como si en una vida previa el individuo hubiera fallado a la hora de cumplir con sus responsabilidades en aras del placer y de motivaciones demasiado personales. Este Saturno es como el reverso de la moneda de Mercurio cuando se utiliza para fines mundanos.
En esta vida el éxito parece estar condicionado a un trabajo intensivo. No se excluye que pueda tenerlo, pero no será sino como consecuencia de una afanosa perseverancia. Si esta persona no cambia su tendencia natural hacia la disipación, su vida no será otra cosa que una sucesión de fracasos o de trabajos molestos y repetitivos. Sería mejor que se dedicara a la búsqueda científica o psicológica, o sea, escoger deliberadamente una vida interiorizada, al servicio de la sociedad, en vez de intentar imponerse externamente en base a una fuerza intelectual *o filosófica cuyas consecuencias sobre el medio serán muy limitadas. Una disonancia Mercurio-Saturno en la carta aumentaría la carga de obligación. Por el contrario, un aspecto armónico entre ambos (sextil o trígono) favorecería la interiorización y la capacidad intelectual necesaria para llevar a cabo trabajos difíciles y de larga duración.

Esta persona parece condenada a vivir en la sombra y a desarrollar una filosofía personal. Esto le permitirá asumir plenamente su responsabilidad con los niños (descuidados con frecuencia en una vida anterior), dejándoles una herencia material que facilite su elevación social. La imagen paterna está muy enfatizada con un aspecto como este, ya se trate del padre que se tiene o de expresarse uno mismo como padre.

Karma de Cáncer (Septil, 51° 30)

En la mayoría de los casos, estas personas parecen llamadas a experimentar un karma afectivo hecho a base de repetidos fracasos y de frustraciones procedentes de sus parientes. La madre desempeña un papel importante en sus vidas, pudiendo convertirse en un sostén incondicional en la adversidad. Pero con esta clase de hijos las madres suelen conocer coyunturas variables. Sus relaciones con ellos lo mismo pueden ser felices y duraderas que decepcionantes. En este último caso la carta puede presentar indicios de esterilidad, de fragmentación del hogar, de un divorcio penoso, de soledad. Estas personas deben convencerse de que sus posibilidades afectivas y materiales son extremadamente variables y que la frustración es a menudo la cara oculta de la esperanza y de la alegría. Cuanto más capaces sean de adquirir una cierta serenidad afectiva, mayor será su equilibrio. Adquirir una sabiduría así entraña riesgo y dificultades, estas personas son con frecuencia muy dependientes de los demás. Su psiquismo se impregna fácilmente, lo que no favorece en absoluto el desapego.

Hay que subrayar también la presencia frecuente de un don desarrollado anteriormente y que puede manifestarse en la vida actual bajo la forma de una excepcional creatividad. Este significado, tan clásico del septil, debe explicarse con detalle en función del clima particular que dicho aspecto tiene en la interpretación kármica. La oportunidad para explotar el don no dependerá de la voluntad del individuo, sino de la capacidad que tenga para asumir su evolución afectiva. Las dos formas de la creación —niños u obras personales— parecen aquí bastante incompatibles. La persona puede verse obligada a elegir entre crear un hogar cuya felicidad no está garantizada o el desarrollo de su sensibilidad a través de otros modos de expresión. El problema estriba en que estas personas pocas veces son capaces de afirmar su voluntad, y en que su elección vital no se ve facilitada en absoluto.

Karma de Leo
(sextil a los nodos lunares)

Se trata de un karma positivo de triunfo personal. Las cualidades humanas desarrolladas en vidas precedentes permiten que estas personas logren sus objetivos con el mínimo esfuerzo. Por lo general, nacen dentro de familias capaces de sostener sus estudios y que se esfuerzan por alentar sus vocaciones. Si el medio no se corresponde con esta definición, será entonces la persona cuyo regente está en sextil con el nodo norte quien se esfuerce por aportar reconciliación, armonía y riqueza.
Su vida se desarrollará sin luchas ni choques traumatizantes y el hogar que funde tendrá todas las posibilidades de ser feliz. El dinero, el éxito social, la capacidad de adquirir bienes terrenos, parecen ser algo innato en ellos.

Aunque el retrato parece evocar a un jupiteriano, se trata más bien de un individuo solar evolucionado. Su vida, tan parecida a unas vacaciones en medio del furor del mundo, le obliga a una contrapartida de la que es perfectamente consciente. Se trata de un ser luminoso que parece distribuir la luz a su alrededor de una manera natural, y que desde la infancia puede exhibir una fuerte tendencia hacia la espiritualidad y hacia la expresión de elevados ideales morales y filosóficos. Esta persona, que ha dominado las energías solares en una vida anterior, se orienta naturalmente hacia el control uraniano. Vive en el eje Leo-Acuario y busca el autoconocimiento de una manera espontánea. Urano y el Sol en su carta natal nos dirán cuál es su camino evolutivo actual.

Karma de la casa VI
(quintil, 72°)

Estas personas han emprendido ya la búsqueda de la gran verdad universal en una vida previa, y han rozado la meta. Pero por alguna razón que el astrólogo tendrá que determinar, han sido incapaces de llevar sus investigaciones a término y ese fracaso ha dejado importantes secuelas psicológicas en su personalidad. “Intensifican” por lo tanto su aprendizaje, a menudo con la actitud instintiva de un uraniano o de un neptuniano disonante.

Animados por sus grandes cualidades espirituales, por su extraordinario nivel intelectual, por una moral personal que les sirve de guía en cada uno de los actos de su existencia, con frecuencia no saben ver el interés de fijarse una meta. Su capacidad para la comunicación es excelente, siente placer al aprender y al enseñar. Los viajes, los desplazamientos frecuentes, enriquecen su curiosidad natural, su sed de descubrimientos. Así, el desarrollo de todas sus cualidades constituye en sí mismo una meta. Lo que pasa es que sus deseos y su realización tropiezan con dificultades personales y externas cuyo origen no pueden determinar. Muchas veces, después de haber manifestado entusiasmo durante la juventud, se apodera de ellos una tendencia a renunciar a la explotación de las riquezas naturales que poseen.
En sentido contrario, más punitivo en sus resultados, podemos ver a personas que carecen totalmente de control mental o que no llegan a expresarse claramente, aunque la presencia de su inteligencia en los actos cotidianos sea evidente.

No obstante, estas personas hallan un eco satisfactorio en su grupo familiar o en grupos restringidos. Hace falta que comprendan que habiendo renunciado en otra vida a poner los dones recibidos y las cualidades que desarrollaron al servicio de los demás, no les está permitido hacerlo ahora. Su rechazo egoísta se manifiesta hoy bajo la apariencia de ciertas prohibiciones, de las que son directamente responsables. Les toca a ellos reencontrar el sentido de sus capacidades (significado del quintil), para que el gozo de la comunicación les sea ofrecido de nuevo.

Un Venus armónico en las casas VIII, IX y XI, les ayudará a salir del atolladero y a recobrar su libertad anterior. Deben estar dispuestos a unirse voluntariamente al grupo de estudiantes de la sabiduría y a pagar el precio personal.

Karma de la casa XII
(doble novil, 80°)

Es muy difícil delinear el karma de estas personas, porque su función consiste en aprender a vivir… viviendo. Pueden abrigar la impresión de ser el juguete de un destino ciego que unas veces las mima y otras las rechaza, un destino que les brinda oportunidades con la misma espontaneidad con que se las retira. Zarandeadas por los acontecimientos, parecen obligadas a someterse a la voluntad de los demás, a prestarles un servicio permanente y sin gloria, tanto a los más próximos como a los compañeros sociales.

Este karma de servicio es difícil de asumir, puesto estas personas no tienden a hacerse preguntas, sino a rechazar el origen de su situación. Avanzan ciegamente, aprenden sin saberlo y recogen una cosecha de impresiones y conocimientos internos que deberán sintetizar un día. El proceso es bastante neptuniano. Como no tienen la oportunidad de ocupar un lugar prominente, su responsabilidad kármica frente a la sociedad es extremadamente limitada. Para asumir su karma, tendrán que aprender a esforzarse sin esperar gratificación. Por otro lado, pueden sentirse atraídos de forma espontánea por una vida devota que incidirá ampliamente en su crecimiento espiritual. Semejante crecimiento está inscrito en su destino, pero es difícil de discernir, porque sus efectos se perciben internamente sin que produzcan manifestaciones externas. La bondad, la caridad, la entrega de sí mismos, la apertura a las fuerzas cósmicas y la sumisión al destino, no se reconocen hoy en día como valores sociales. Los resultados de este severo aprendizaje dependen en gran medida del dinamismo estructural de la carta y del nivel de inteligencia de la persona.


Karma plutoniano
(regente en cuadratura con los nodos)



Este combativo aspecto, bastante frustrante, puede dotar a la persona de una hermosa beligerancia capaz de superar cualquier obstáculo. La existencia es para él una guía que le sirve para sopesar su karma hasta en los menores detalles. Generalmente, estas personas están muy dotadas para comprender la lección implícita en los acontecimientos, para percibir su continuidad y para adquirir el humor y la fuerza necesarios para elevarse por encima de las ilusiones de la vida cotidiana. Si este aspecto kármico entraña dificultades, es desde luego porque las oportunidades que se derivan de él están en consonancia con el esfuerzo de evolución requerido. Cuanto más avanzan en la vida, más parecen disponer de energía y de inteligencia para desenredar los hilos de su destino y fijarse una línea de conducta fuera de lo común. Las riquezas, las posesiones, la notoriedad, los esperan a veces al final del camino. Su infancia puede ser muy difícil, miserable incluso, como en el caso de Krishnamurti, cuyo regente norte (Neptuno) está en la casa IV y en cuadratura con el nodo norte. Krishnamurti, viviendo en la indigencia más absoluta, tuvo que perder, uno tras otro, a todos los miembros de su familia antes de que su espíritu se abriese a su verdadera dimensión espiritual.

Si el destino no se muestra suave con los portadores de un regente como este, es porque han sido juzgados aptos para eliminar en una misma vida el máximo de secuelas kármicas. El rayo plutoniano los golpea repetidamente para despojarlos de las ramas muertas. Pero ellos son capaces de hacer frente a esa permanente provocación de los acontecimientos. Se trata de un aspecto evolutivo determinante. Hay que pensar que es la única posición de los regentes kármicos que trata igualitariamente el pasado y el futuro, permitiendo al hombre que tiene valor para ello, juzgar con toda lucidez su destino y a veces escogerlo. Pero deberá aceptar sin odio y sin frustración las pruebas que implica una cuadratura como esta.

Una vez que hayan comprendido la ley de superación y de renuncia que se les ha enseñado, estas personas tendrán todas las posibilidades para alcanzar un día el equilibrio interior, incluso la serenidad. Su camino, lógicamente, se verá reforzado en el plano espiritual si ambos regentes, sur y norte, están en cuadratura con los nodos lunares.