Su blog: http://tratarde.org/ .
Su cuenta en Twitter: @JorgeRiechmann
Tomado de:
https://www.uam.es/ss/Satellite/FilosofiayLetras/es/1242658519488/1242658485304/persona/detallePDI/Riechmann,_Jorge.htm MORADA
En alguna parte un pájaro escrito hace explosión
pues sus plumas estaban ordenadas
como las últimas páginas de un libro.
Hay un imperceptible equilibrio de instantes
Si se moviese algo
el vacío se vertería en el vacío
De una habitación a otra
la luz puede seguirme voy andando despacio
Ante cada puerta
escucho largo rato sin atreverme a abrir:
un pianista manco impone silencio
en el sueño de un niño/ sus manos en la tapa
ardiendo con la llama cortante del otoño
un ramo azul de rosas de jardines polares
una carta cerrada que contiene
el momento en que se abrirá
una ausencia disfrazada de ausencia/ un frío tenue
un apenas error/ una secreta sorpresa
que no alcanzo a distinguir
Dentro del azucarero he encontrado
en un charco áspero de lágrimas
quien vive aquí
LA ESTACIÓN ACABADA
Solo después de cien anos ha comenzado
a hablar/ sentiría dolor
necesitó tan largo silencio para hacerse perfecta
mente inútil/ aguzar su pureza
cortar en el cielo glauco un ajedrez de hojas
Ahora ha comenzado
a hablar sentiría dolor de hacer daño
si pudiese sentir/ su voz que es un cristal roto
ha aprendido negando el juego del rigor
disfrazado de escombros cada noche
salta al pozo cruento de sus ojos
vacíos/ ignora
todos los miedos/ dice
todo cuanto los demás callan/ su locura
ha hecho tan transparente que no tolera la vida
El viento se afila en las márgenes del río
él va diciendo en su tristeza caníbal
palabras anteriores a la primera palabra
SUEÑO ROJO DEL NUEVE DE FEBRERO
La madre de mi amigo
ha tenido un hijo diminuto que ha muerto
En mi cama ella sueña su inquietud
Hay pasos que nunca acaban de acercarse
Hay voces que trenzan con el miedo un hechizo
Un fantasma rojo y gris que es su padre se inclina
y ella grita o se calla
Hay un largo pasillo que conduce a mi cuarto
Hay la convicción de no reconocer a nadie al despertar
Una sombra roja y gris que es su hijo muerto inclina
su viejísima cabeza de recién nacido en la sangre
y en las manos de borrar de ella se convierte
en un búho de carnecita rosada que pertenece a mi hermana
y cae al suelo
IMAGEN DE MI MUERTE
Relámpagos sombríos
de una manera distinta de mirar
Está muerto morado
Diminuto colma los rincones
que todos desearían ver
La ceguera se encrespa
VISTO Y NO VISTO
Con huir con muchísimo frío y los ojos cerrados
y cabeza abajo y sin un sólo sonido
se desprendió de la madrugada
No hubo rocío después de aquel descenso
Cayó como los ángeles migratorios que las hélices siegan
como caen los pájaros infantiles de papel apretado
como caen esas delgadas nieves de resurrección
que equivocan a muertos y a paisajes
Se perdió de vista
Alguien que despeinaba susurros dijo no se salva
Nadie se salva
RAZONES PARA HUIR
A veces escribo buscando una palabra
que me justifique/ verso a verso persigo
la única quimera de mi desfalleciente vida
Alanceo un instante de risa en el vacío
Paredes se derrumban
a mi alrededor/ escapo por un pelo
Sigo corriendo con la nieve a mis talones
como un perro furioso como un blanco sarcasmo
(Sé que el hallazgo anula
la vana agitación del héroe y su búsqueda
Busco mi muerte y huyo de ella esta tarde
LOS VIAJES DEL CAPITÁN COOK
El capitán Cook es un honrado marino
Conoce nombres de peces y nombres de vientos
e incluso ha bautizado a sus hijos de modo que
cada uno le evoca un continente distinto
El capitán Cook es un honrado marino
En su dulzura británica su esposa ha concebido
el quinto varoncito/ El mundo ya es pequeño
para la vasta progenie del capitán Cook
El capitán Cook que es un honrado marino
se hace a la mar para buscar un nombre
Alrededor del mundo y hacia el polo sur
el capitán Cook va sembrando archipiélagos
demasiado pequeños para dar nombre a alguien
demasiado abundantes para la honradez perpleja
del capitán Cook
mas al cabo de tres viajes
su hijo menor Oceanía es tan honrado como él.
SÚPLICA DEL VAMPIRO
Trueca extranjero tu cuerpo con el mío
durante un día y una noche
para poder olvidar
todos los cadáveres que animo
todas las agonías que mi pulso conserva
infalibles las muecas las carreras feroces
las caídas que hacen desaparecer los planetas
mis blancos ojos tersos de muerto
mis dulces manos tiesas de muerto
y la perenne promesa de mi muerte redonda
y extraña y confortable
Largo tiempo he esperado largo
Concédeme tu cuerpo te ruego
durante un día y una noche
2
Vampiro acaso tú/ que pones lazos que imploras
la vida brutal que sorben las estrellas
en bosques verticales
riendo como un trompo negro
un hechicero antepretérito que baila
al rito del invierno/ el odio del verano
tu víctima voraz del espejo desierto
POEMAS SENTIMENTALES
ANÓNIMO
Adivina la soledad de la bestia cuando la bella está al teléfono
y desaparece de súbito dejando tras de sí
un aroma equivocado y una foto
Que selva de jinetes
Adivina que cantidad de éxtasis llenan el hueco inervado de un día
y vestida de abejas negras dime luego la cifra lentamente
Qué estupor qué brocal de desnudez
adivíname saltando por encima de tu tejado
con los potentes muslos de un diablo que hubiera extraviado su suciedad
y disponiendo sin límite de un arsenal de labios dijera
qué fuente blanca de sed qué ala sin pájaro
Adivíname sepiente con un mapa de enigmas en la piel
tesoros a hachazos felicidad sin recámara
las seis extravagancias de un dado con amnesia
una divinidad de hélices imprevistas pulsada en tu cintura
Adivina cuál es la herida más grande
en el cuerpo más pequeño
qué artífice ha tejido en tu cadera encaje
qué murciélago mira cuando nace un poeta
Adivina si puedes qué caudal o peligro aguarda a que despiertes
e ilumine mi sueño el tuyo libre al fin
qué palabra salobre nos ofrece la aurora
qué lucidez de amor inexcusable
en un país vacío
Adivina cuál es el primer verso que no quiero decirte
qué escondo en la mano cuando te la entrego abierta
en qué música espero ser perdido o salvado
Adivina las lágrimas del dios cuando despierta de su mito
y ofuscado ve en muerta corza una doncella con flecha
y le arranca la herida con su pulgar redondo
Adivina cuántas pausas perdidas en el cielo
qué loca cacería verde al filo de la hoguera
Adivina qué disfraz detrás de la baraja
y cuando hayas conectado un número y un nombre o te estalle la boca de manzanas
adivina quién quién ha escrito este poema
EL LADRÓN INTERIOR
Una luna desnuda se abreva en tu garganta
resbala en tu silencio/ rueda de un pecho a otro
desciende hasta la esponja caliente del pubis
Has olvidado cerrar tu ventana vinosa
y ya la redonda medianoche roja es una veta
más de la mina de tu cuerpo metálico
Has olvidado romper tus claros párpados
y vestida de sueño delgada como un hilo
tu carne aérea abre una herida de sombra y polen
Un funámbulo que enreda una madeja de sangre
de un horizonte a otro
me ha guiñado un ojo o una ventana abierta
y aunque no sé qué voy buscando en esta
noche huracán/ noche buhardilla incierta como un último latido
sé que voy a encontrarte
EXTRAVIADA TAN CERCA DE SI MISMA
Escucha escucho
hay un sonido prendido en cada rama del árbol
que te despierta al caer
como una hoja
escucho tu sueño inquieto/ tu agua fría, sorpresa
de ondas breves/ escucho la tímida
ardilla sexual/ (de mi libro he perdido
la página con el beso de la bella durmiente)
confidencialmente la noche
ha atravesado un secreto una sola palabra un labio
con una aguja/ por eso escucho escucho escucho
tu cuerpo/ sería tan fácil hablarte si saliese la luna
ser emotivo o perderme en los meandros
liquidos de tu vientre
en cuarto menguante/ gesto a gesto
vestirte la piel de trampas y caminos/ mientras duermes
pero esta noche solamente escucho
tu estupor inminente/ como una niña nublada
te has quedado dormida en las hojas de un libro
respirando apenas de miedo a despertar porque
tu bolsillo de otoño está lleno de hojas secas
que han sido el oro prometido por el duende
y esa promesa yo
oído la he oído la he oído
LA TAREA DE MORIR
A tientas busco la raíz avarienta
de esta destrucción, del hiriente
polvo empenachado que mis pasos levantan;
esta distancia pegajosa,
quebrada en ángulos ciegos;
este tiempo extasiado de corrupción
donde aquietan las cosas su espesura extranjera.
A tientas corto estas flores de ceniza,
chupo la sal de los muros, guío al humo
extraviado en este laberinto sin signos.
No hay testigos que puedan
entristecer este paseo previo. No sé qué
ando buscando en esta hora imposible,
este estar donde estoy, anochecido.
Soledad de estar solo en la casa vacía
de mi cuerpo, con esta minuciosa
tarea de morir
ENSOÑACION EN EL FERROCARRIL TRONDHEIM-OSLO
Peces de sombra atraviesan el estanque de opio
la noche es la melodía de una flecha
que se persigue a sí misma
y en el blanco de esa flecha una herida respira
(pues que la música es una de las artes
de la respiración)
para morir
El cuerpo enamorado del agua cae como lluvia
sobre el cuerpo
quiere ser luna quiere ser una pregunta de plata
ser azul quiere ser
una navaja que se afila y afila
para morir
Vienen los animales pretéritos del sueño
ladrando con los morros empapados
de amor y agujas. Danza, porque
si me tomas la mano
me despertaré
OUT OF REACH
2
La más profunda noche
Entonces me buscaste
para asestarme un puñetazo helado
para ofrecerme lucidez y miseria
para engañarme con la verdad
para cumplir metamorfosis mortales
para explorar las trampas del deseo
para enseñarme el desprecio
para romper lo irremplazable
para engendrar vacío en el vacío
para amarme quizá y que yo te amase
Con estas palabras hago duda de ti
borro el perfil exacto de tu rostro
insoportablemente vivo hoy
doloroso ángel
inalcanzable en mí bajo mi cuerpo.
3
Hubieras muerto en Marruecos
nunca en Grecia
hubieras muerto en Schiele
nunca en Rembrandt
hubieras muerto en Celan
y nunca en Milderlin
en el yogur nunca en la miel
donde mueres y mueres duraderamente
4
Te regalé mis manos que enhebraste con lezna en un collar
y está bien
En tu piel nevada bebí el vertiginoso rocío de la fiebre
y está bien
Morías cada noche como yo en tus menudas pupilas arrasadas
y bien está
Amaste a una serpiente a un gran pez a una pantera y tuve miedo
y creo
que todo estaba bien
Me arrojarás incluso del olvido yo haré igual
el solidario aunque ingenuo ángel del Edén .
se dará muerte con su espada llameante y estará
bien o mal bien o mal bien y mal
CÁNTICO DE LA EROSIÓN
La intimidad del viento es inmisericorde.
Descarna una casa como desnuda un cuerpo.
Beso a beso la vida
desnudará mi calavera.
Lo hará con la transparencia de tus manos,
testimonio feraz de un dios ingenuo;
con los rebeldes sarmientos de tu vientre.
Lo hará con la pala excavadora de los sueños,
con insectos aciagos, con el viento sumido,
con la estricta destrucción que veneran los hombres.
Ley de la luz humana.
Boca sin reconciliación que soplo a soplo
prende fuego a mis días.
POSICIONES
Me recojo en la intimidad de una fragua. En voz baja transcribo las derrotas del fuelle, el estupor del martillo, la vacilación del fuego. Vivo la hora en que toda afirmación no puede ser sino desesperada; toda solidaridad, sino elegíaca.
La poesía, rejuveneciendo mientras a contracorriente avanza por el río atroz del tiempo, toca ya el manantial de su desnacimiento.
Nace del amor y del terror con que pueblos ágrafos cautivaban a la palabra viva. Muere en el desdén por la palabra de pueblos de nuevo ágrafos, trivialmente tiranizados a través de sus ojos intestinales. Subsiste como aliento.
Postula la perfección de un cristal de nieve en el interior del corazón humano. Transmite la memoria de lo no sido.
Se reconoce en la luz encrespada, magnífica, violenta, del chaparrón estival mientras sigue luciendo el sol. Aguamiel imprevisto que autentifica el pus de las heridas.
La herida, el aliento, la erosión. Imposible ya recogerse en el jardín, pero todavía cabe hacerlo en el risco, en el torrente, en el despeñadero.
Erosión. Parentesco de los fenómenos que destruyen la fertilidad de las tierras, la vitalidad social y mi propia identidad de persona libre.
Condenados a la abrasión y al despojamiento, no hagamos al menos de la necesidad virtud. Que los ojos abiertos — duras lunas erectas de piedad y herrumbre — vayan lentamente llenándose de arena.
Aunque apenas osemos ya pronunciar la palabra realidad.
BORRADOR DE UNA CARTA A ROSA LUXEMBURG
«Y no querría ver borrarse nada de lo que forma mi vida, ni apetezco de ella nada más que lo que ha sido y es.»
No hay, no habrá hermosura en la derrota.
El hombre es enconado labrador de su pecho.
El hombre es un futuro
imperfecto incluso cuando ansía
ovillarse en pretérito anterior
—y cómo ronronea el muy cuitado—.
Pero también tú hablas desde el brocal de la sangre.
De la sangre que canta y de la sangre vertida.
No hay, no habrá hermosura en la derrota.
Por eso
he guardado en el libro unas hojas de salvia.
Al escarabajo de espaldas caído,
triste de mí,
lo devoraban vivo las hormigas.
«Salga usted al aire libre cuanto pueda y herborice mucho.»
Rosa, rosa,
ruiseñor,
petirroja.
POEMA DEL DESCONSUELO
Llamo corazón a lo que se emparenta con la llama. Y en consecuencia, inevitablemente, con la ceniza.
Estoy de pié como tallo al que hubieran raspado todas las hojas y todas las yemas.
La soledad de esas comidas sentado a solas ante una mesa blanca, chirriantes ritos de comunión estrangulada, esas comidas agrias que no pueden compartirse...
Inmenso grito de angustia, semejante a un viento helado, que se cuelan por todos los resquicios de la creación.
¿Pues qué clave enrevesada enlaza las geometrías interiores y exteriores del hombre? ¿0 no hay clave ninguna, sino sólo caos y ruina y torpe desolación sin espinazo?)
Donde acaba el extravío comienza la desolación. Y quién narrará la desolación de las cimas.
Consuelo. Dos dulces manos cortadas no pueden traer consuelo. No pueden traer alivio. ¿De qué nos serviría?. Íntegra tierra mansa, unánime bestia moribunda.
¿Qué pueden traer dos manos en vela
al corazón insumiso de la noche?
al corazón insumiso de la noche?
Remoto núcleo de calor
rodeado por una costra impenetrable de cenizas:
hay una almendra en el centro de la tierra.
Cuando los vivos
no puedan seguir luchando,
lucharán los muertos.
HEINER MÜLLER.
LA MUERTE QUE AMASAMOS no puedan seguir luchando,
lucharán los muertos.
HEINER MÜLLER.
Detestables ilustres perfumistas
atareados en ennoblecer nuestros cadáveres
con aroma a tragedia, sudor de semidiós
y sublimes valores para especulación en bolsa
o la contemplación moral.
Por el contrario, esta muerte que amasamos
no será transfiguración ni sacrificio,
sino un borracho de mal vino a quien su propio carro aplasta.
JUSTIFICACIÓN DE LA POESÍA
La poesía es injustificable.
La tensión de las sílabas no es ni con mucho tan alta
como la de las zumbantes torres eléctricas hincadas en el lomo de la tierra.
La energía represada en los versos resulta ridícula
en comparación con la embalsada por la presa.
La canción y el cirujano prestan ayuda a la vida
¿quién preferiría la de la canción?
La poesía tiene manos de nieve,
tiene manos de cebolla, tiene manos de arena.
Su respuesta al último para qué
es un silencio
ensimismado de angustia y de esperanza.
La respuesta del ser humano
al último para qué
es también un silencio
ensimismado de angustia y de esperanza.
El ser humano es injustificable.
Boca besada no pierde ventura.
(REFRÁN)
POEMA DEL ENCUENTRO
De ti me fío, redondo/ seguro azar
PEDRO SALINAS
Te encontraré
postrada tras una revuelta del otoño
—estandartes de sol helado,
barricadas de hojas secas—
o no te encontraré.
Te encontraré
desnuda frente al mar en el rellano
de una escalera oscura
—y no me atreveré a rozar tu cuerpo—
o no te encontraré.
Te encontraré
sucia de soledad o de heroísmo,
acribillada de pájaros sin vuelo,
inmensa e íntima cual cielo sin heridas.
Te encontraré.
BESARÉ LAS HERIDAS
¿Con estas palabras
mancilladas
sangrientas
a lo largo de siglos
envilecidas
tuertas
escribir un poema?
¿Con tales hombres
cercenados
humilladores
carniceros
inaccesibles a si mismos
fundar una ciudad?
Así será mi poema
así mi ciudad
y besaré las heridas
y no maquillaré las cicatrices.
«PORQUE ERES LINDA
DESDE EL PIE HASTA EL ALMA»
(MARIO BENEDETTI)
La cajera del supermercado cuyo rostro ha magullado
algún envío bestial pero no hay error en las cuentas
La estudiante vietnamita en el autobús
con la cara mojada de lágrimas o de ese aguacero
que desbarata Berlín con risa socarrona
La obrera jovencísima de anchas caderas rientes
que jugando enseña a su hijo todas las caricias de una amante
La militante en un grupo clandestino por los derechos humanos
que prepara un té menos dulce que su sonrisa
La tabernera de un local cerca del puerto báltico de Wismar cuyas anchas manos tranquilas son deseadas por cada marino
La rubicunda estudiante de magisterio entrada en carnes.
que te abre su corazón cuando sabe que amas Pentesilea
La camarera en el café de Weimar de piel y pechos tan amables que sin querer bebo dos cafés más de los que quería
La mesticita nicaragüense inverosímilmente pelirroja
aprendiendo literatura para niños que hoy hacen la guerra
La adolescente solar con su hijo pequeño en Potsdam
que sería mi compañera si se hubiera bajado del tranvía
una parada despues.
Mujeres en Mecklemburgo en Sajonia en Turingia en la Marca a ratos las más hermosas de la tierra
hermanas mayores a las que no dobla el peso
del límite, la enfermedad, el horno:
vuestras mejillas abrasadas
anticipan un mundo no indefenso
contra los mecanismos de la masacre.
El tiempo nos desborda.
El tiempo
panza de terciopelo
y espolones de nácar.
Nos toma de la mano para mentir al tacto.
No es mío, ni nuestro, ni suyo, ni de nadie.
Nos regala un tesoro de puertas condenadas.
El tiempo
barba socarrona
y andares de lobo.
Nos encela con falsos enigmas arbitrarios.
Nos tienta a través de una vulva indiscreta
con el jardín de entrañas de un origen perdido.
El tiempo
coronado de ortigas y estreñido de historia
nos desborda.
Nunca me han dolido todos los huesos
después de arar o segar de sol a sol.
Nunca he disparado un fusil.
Nunca he violado a una mujer.
Nunca me he desriñonado en una cadena de montaje.
Nunca he navegado en un mercante.
Nunca he linchado a un policía.
Nunca he conducido un camión.
Nunca he matado una gallina.
Nunca he comido faisán.
Nunca he ocupado una fábrica.
Nunca he dirigido una orquesta.
Nunca he torturado a un ser humano.
Me faltan, en suma, tantas experiencias
constituivas de la humanidad
en su actual constitución. Yo no me explico
como consigo reunir valor
para el trabajo insensato de urdir versos.
La cámara avanza con lentitud lacerante
en interminables hileras de frascos con formol
los fetos monstruosos
que dieron a luz muchachas vietnamitas
afectadas por el eficaz defoliante agente naranja
pródigo en dioxina
con que el ejército de los Estados Unidos de América
arrasó la mitad de las selvas del país
fetos con dos cabezas
amarillos cíclopes diminutos
bracitos como alambres retorcidos
piernecillas dobles triples cuádruples
vagos esbozos híbridos de bueyes
de peces de bejucos de moluscos
trofeos ambiguos
de alguna pavorosa cacería trashumana
la rebeldía elemental de un pueblo se castiga
con un buen aguacero de mutaciones genéticas
durante dos o tres generaciones
y no pare usted de contar
de madrugada paren monstruos
las sedeñas muchachas de Hanoi
si uno sólo de ellos llorase
saltaría en pedazos el planeta
de madrugada
es la una de la noche apago el televisor
aún me extraviaré un buen rato
en las desconstructivas sutilezas
de Jacques Derrida y de Paul De Man
Pero quiénes son
en realidad los monstruos
y cuántos hemos nacido muertos.
6
El sufrimiento hiende la mirada.
Europa es una flor carnívora y hedionda.
Ha devorado el mundo.
Ha devorado su invernadero.
Ha devorado el tallo.
Se devora a sí misma:
lancinante
perfección caníbal de la nada.
PARA ESCRIBIR POESÍA
(escrito en los días en que un mercante naufragado,
emisario letal de nuestra industria química,
envenenaba Galicia sin que la noticia fuese de las peores)
Para escribir
poesía
tendría que poder dormir
sobre una almohada de piedra
tendría que haber vuelto del revés
todos los espejos
de la ciudad efímera en que vivo
tendría que estar en huelga
de mi pragmático oficio de cinismo
tendría que dimitir de la ceguera y del cálculo
tendría que acuchillar al caudillo horror
tendría que aborrecer el canibalismo
tendría que desnudarme de mi sangre
tendrían que haber encanecido en una noche
todas las sardónicas primaveras de mi vida.
Nada más cotidiano que el horror de lo que es
Contra el muñón marcado de una estirpe maldita
No se resuelve el mundo en la página blanca
No otras alas despuntan que las del dolor.
3
Para algo ha de servir un renglón, acto seguido de muchas obnis pos blicas, una revolución tal vez aunque todavía desconozcanu la forma de abordarla.
Murió hace apenas ocho años.
No con el pecho podrido. Era poeta.
A los más
de mis contemporáneos intuyo ha de sonarles
cual muerto hace ocho siglos.
Curiosa sociedad ésta en la que
el uso de la palabra
revolución
se reserva para los presuntos cambios
en el empaquetado de la bollería industrial.
Los motivos de asombro son nuevos cada día
para quienes vivimos
en la Europa de la libertad y los derechos humanos
según asevera el seráfico editorialista
del diario que leo.
14
Revolución,
domingo de la vida.
Voz de leche y de sangre
embadurnando crudos celajes entreabiertos.
Surtidor musculoso, verdad del manantial
represado hasta el día de la fiesta.
También el poema es placer dominical:
domingo terrible del pánico y del páramo.
La palabra heroísmo
sólo cobra un sentido no asesino
los días laborables.
El afán redentor nubla la vista.
CITAS
Una vez llegaste tan pronto
que no habla flor que no fuese semilla
mano que no fuese garra
ni amor nocturno que el sol no descubriese
en los cines de barrio o en los parques.
Otra vez llegaste tan tarde
que el prólogo ya estaba en el epílogo
un pinzón cantaba a medianoche
las castañas asadas sabían a sobresalto
de muchachitas muertas.
A veces llegabas cabalgando una tormenta
y te asombrabas de encontrarnos empapados.
A veces custodiada por un tigre
y te ofendías mortalmente si yo le daba la mano
sin quitarme los guantes.
A veces llegabas desde detrás del tiempo
me tapabas los ojos
y yo tenía que adivinar
si el beso o la agonía
la entrega o cuántos surcos
arados en tu cuerpo por estaciones de un año
donde ya no había plaza para mi.
Hoy te estoy esperando en el momento justo.
En el fruto maduro. En la frente del día.
Enn una espuma que equidista de la rosa y del cenit.
Amor mío
no tardes.
ELOGI0 DE LAS PALOMAS DE CIUDAD
Son las damnificadas del progreso.
Si les miras las patas, verás que casi siempre
les faltan varios dedos
o son meros muñones que caminan.
Aguantan con aplomo
su tópica condición de bestias líricas (estereotipo que corrobora este poema).
Caminan meneando la cabeza
en un tictac nervioso
que traiciona honda inseguridad.
Para soportar la miserable plétora
la explosión implosiva de Madrid o Sevilla hace falta ser rata, postciudadano moderno
O resignada y mútila paloma de ciudad.
ELOGIO DE LA SUPERVIVIENTE
En tu cuerpo, escrito:
la infancia como una enorme sala húmeda
hospitales donde trasplantan cicatrices
una temible aguja que se abreva en tu piel
terror a cruzar puentes sobre las autopistas
diez años de indagación sobre el suicidio
desamor golpes y la más extrema
clandestinidad del llanto.
EI cuerpo del deseo es el del sufrimiento.
Ahora yo también escribo en él
con esperma y con besos, arrastrando las sílabas.
Francamente: eres tan hermosa
que todas las mujeres son hermosas.
Nace mi lengua en tu boca de tabaco tibio.
Pero esto te lo diré de otra manera:
no hay más derrota que el morir, la muerte
de un solo trago o a sorbos. Y hasta entonces
sigue tu música y la lucha sigue.
¿QUIÉN AMA A LOS SUBNORMALES?
Más allá de la punzada epidérmica
—duele menos que un pellizco
y duele menos que una cita frustrada,
duele poquísimo —
que sientes cuando la ves caminar de la mano de otra persona
con sus patitas tuertas y sus ojos prensados
¿quién ama a los subnormales?
¿quién ama a las madres de diecinueve hijos?
¿quién ama a los ancianos incontinentes?
¿quién ama a los niños autistas?
¿quién ama a las chicas gordas?
¿quién ama a los ciegos extraviados en su sangre? ¿quién ama a los castrados en la tortura?
¿quién ama a los perros que huelen mal?
Y si nadie ama a estos, ¿quién
ama?
YO TAMBIÉN VIVO PROVISIONALMENTE
Si no estalla la guerra
tendré todavía tiempo
de mirarte a los ojos.
Pasearemos, beberemos vino
si no estalla la guerra.
Compraremos
algunos objetos necesarios
y nos permitiremos uno o dos lujos
mientras no estalle la guerra.
Porque habremos bebido, paseado,
comprado hermosos objetos y sin más
mirado a los ojos
simplemente estallará la guerra.
Octubre de 1990
MANIFESTANTES, 1996
Las manifestaciones tienen algo ridículo.
Hablo de las ocasiones en que lo peor que puede pasar o que policías bien pagados te obliguen a echar una carrera o tiren de la porra —con ambulancias próximas—
No hablo de las veces en que te juegas la vida
porque policías y soldados mal pagados
tienen órdenes de disparar y están dispuestos a hacerlo
Hablo de una desproporción de fuerzas tan grande que el poder
no permite el lujo de la tolerancia
(mientras digitaliza los datos por si acaso)
Decía que las manifestaciones tienen algo risible
que incomoda a la gente elegante
En ellas la gente está sin saber bien cómo estar
casi siempre algo desplazada
No reposan en el centro de su ser
sino que su ser les cae encima como un traje mal hecho
lleno de flecos sueltos y descosidos
siempre se tiene la impresión
de que podrían estar empleando mejor su tiempo
en alguna otra cosa
O como decía Milan Kundera:
lo que hace del hombre de izquierdas un hombre de izquierdas
no es tal o cual teoría, sino su capacidad de convertir cualquier teoría
toda en parte del kitsch llamado Gran Marcha hacia adelante»
Les decía que ir a manifestaciones
a partir de cierto nivel de renta o de sensibilidad estética siempre avergüenza un poco
SI YO FUERA POETA...
Sé que es una niñería pensar
en quién le gustaría ser a uno
si no fuera quien es
por ejemplo: poeta
Si yo no fuera quien soy
me gustaría ser René Char o Roque Dalton
¡Mira por dónde!
Los dos
guerrilleros
mientras que yo
gandhiano menestral
noviolento de principio
y exento del servicio en el ejército
no he tocado jamás arma de fuego
Contradicciones
con las que uno tiene que vivir
Sólo que Gandhi también dijo:
prefiero
mil veces la violencia
a la cobardía
y por ahí
puedo juntarlos a todos otra vez.
EX-DIVISIONARIO EN RUSIA, 1994
«Pero lo hicimos guiados
por los más nobles ideales
nunca por interés» espétame el soldado
de la División Azul mientras recorre
el cementerio de sus probables camaradas recobrado en la tierra de sus víctimas.
Ya sé que no estás tratando de venderme
tus nobles ideales
que necesitas capitalizarlos todos
hasta el último gramo ahora que el momento
de la nieve sin rostro se acerca de verdad
Pero de todas formas
mira:
supuesto —es un suponer— que hubiese
por un acaso oferta de negocio
y un kilo o dos de nobles ideales
aún palpitantes sonriesen en la mesa
esto te juro con mi calor de agnóstico:
no daría por esa mercancía
ni siquiera una concha de las más pequeñas
entre las que heredé y recogí en la playa
de mi abuelo, mariscador y amante
hace quinientas quizá generaciones.
Pero ni siquiera por razones políticas.
Los ideales más nobles
son los que dejan las manchas más difíciles
y hace ya años que yo lavo en frío.