Alholva. Fenogreco. Trigonella foenum-graecum.
Dice Maurice Mességué en su “Mi herbario de salud”:
“Me gusta descubrir a esta modesta prima del
trébol y de la alfalfa, de flores amarillo pálido, en los carrascales y
rocallas. Sé que es símbolo de felicidad y lo empleo en mis filtros de amor,
con la ajedrea, la branca ursina bastarda y la celidonia. ¡Pero que nadie
piense que ésta es su única virtud!. La alholva se cultivaba ya en el Egipto de
los faraones y se utiliza por motivos más poderosos. Los griegos la tenían en
gran estima y si el prosaico Catón el Viejo la reservaba para los animales. Los
monjes de la Edad Medía, por el contrario, la plantaban para combatir gran
cantidad de males, desde los trastornos del hígado, riñones, hasta las
palpitaciones, pasando por el envenenamiento de la sangre, la pérdida de visión
y las fiebres…
Existen dos clases de
alholva, llamada también fenogreco o heno griego, una silvestre, común en el
sur de Francia, y otra cultivada que se encuentra por todas partes, pues la
especie gusta de escapar por los campos donde se pretende encerrarla. Las dos
son tónicas, reconstituyentes y fortificantes; pero no actúan como narcótico.
Por el contrario, son también calmantes y si estimulan el conjunto de las
funciones orgánicas lo hacen dentro de un orden.
La alholva devuelve el
apetito a los enfermos desnutridos (las bellas orientales lo utilizaban para
adquirir curvas); es rica en elementos indispensables (fósforo, hierro, azufre,
etc.), alimenta la central química de las células, renueva los glóbulos rojos
de la sangre y repone las pérdidas de energía. Además, gracias a la sustancia
suavizante que contiene (mucílago), «engrasa» todos los engranajes del
organismo. Yo no la recomiendo contra
ninguna enfermedad en particular, pero aconsejo una cura en todas las enfermedades
que provocan debilidad (anemia y apatía) y en todos los procesos infecciosos”.
Font Quer en el "Dioscórides Renovado" dice:
Florece en
primavera. Se cría acá y allá, entre las mieses y en toda suerte de tierras de
labor, con menor frecuencia en los ribazos y lugares incultos, por la mayor
parte de la Península y Baleares, a menudo procedente de antiguos cultivos abandonados
tiempo ha. Es una planta forrajera, en Europa muy poco cultivada en la actualidad,
al parecer oriunda del sudoeste de Asia, donde se planta en grandes
extensiones, así como en gran parte del norte de África.
Historia: En el célebre papiro de Ebers, más de quince
siglos anterior a nuestros días, ya figura una prescripción de alholva como
remedio contra las quemaduras. Hipócrates y sus seguidores las apreciaron
principalmente por su riqueza en mucilago. Dioscórides, según la edición de
Laguna, se expresa en los siguientes términos : «La harina de las alholvas
tiene virtud de molificar y de resolver. Cocida con aguamiel y aplicada, es
útil a los apostemas sanguíneos, ansí externos como interiores. Si se aplica
destemplada con nitro y vinagre, deshace el bazo. El cocimiento de las
alholvas, si se sientan sobre él, sirve a todas aquellas enfermedades de las
mujeres que o de apostemas de la madre o de sus opilaciones proceden. Las
babazas de las alholvas cocidas en agua, limpian los cabellos y quitan la
caspa, y las llagas manantías de la cabeza. Mezcladas con enjundia de ansarón y
metidas por la natura de la mujer, en lugar de una cala, molifican y dilatan
todas aquellas partes. El fenogreco verde y majado con vinagre, cómodamente se aplica
contra las flaquezas y llagas de los mesmos lugares. Su cocimiento aprovecha al
pujo y a la hediondez de la disentería. El aceite de las alholvas mezclado con
el del arrayán, limpia los cabellos y
adelgaza las cicatrices de aquellas partes que honestamente no se pueden nombrar
». Por su parte, Andrés de Laguna añade que «las babazas de las alholvas,
tomadas a cucharadas, con miel, ablandan y mundifican el pecho, y son lenitivas
del vientre. Echadas por la verga con alguna jeringa, recrean el caño,
mundifican las llagas y relajan las carnosidades que en el cuello de la vejiga
se engendran. No hay remedio tan singular como el cocimiento de las alholvas
para clarificar la vista y confortar los ojos escocidos y lagrimosos si se
lavan con él».
Curiosidades: Es planta forrajera. Su harina de semillas es ingrediente del curry.
De:
Fitoterapia en Farmacia.
Col. Farmacéuticos de Vizcaya.
Parte utilizada: Las semillas.
Principios activos: Mucílagos (30%), glúcidos (40%): estaquiosa, gatactomanano; lípidos, prótidos, compuestos fosforados: lecitina, fitina; colina, trigonelina, diosgenina.
Acción farmacológica: Aperitivo (se utiliza en curas para aumentar de peso), laxante emoliente gracias a la acción de los mucílagos y el galactomanano tónico digestivo, estimulante de la acción endocrina del páncreas, analéptico cardiovascular, parasimpaticomimético, antiinflamatorio, emoliente.
Indicaciones: Anorexia, pérdida de peso, dispepsias, estreñimiento, catarro, gastritis, faringitis, vaginitis, abscesos, forúnculos.
Las embarazadas excusen su uso pues estimula el útero.
Formas galénicas /posología:
Uso interno:
-
Decocción: Hervir durante 10 minutos una cucharada
sopera de semillas machacadas en 400 cc. de agua. Beberlo por la mañana, en
ayunas. Se recomienda tomarlo semanas alternas. Pues la planta contiene un
principio activo trigonelina que a la larga puede resultar peligroso.
-
Polvo: Una cucharada de café, antes de cada comida.
-
Extracto fluido: Una cucharada de café en ayunas o 10 a
20 gotas, dos veces al día.
-
Extracto seco nebulizado: 1 a 3 gr/día (1 gr. equivale a
6 gr. de planta seca).
-
Decocción: Aplicada en forma de gargarismos o
irrigaciones vaginales.
-
Harina de fenogreco, aplicada en forma de empasto sobre
abscesos y forúnculos.