Madrid 1917 – 1998. Con sus libros de literatura infantil, cerca de un centenar de títulos y multitud de reediciones, alcanzó gran popularidad siendo de las pocas escritoras considerada clásica de este género en España.
Una de las voces más singulares e irrepetibles del panorama poético español de posguerra. Su obra merece ser valorada y estudiada bajo diferentes temas y contextos, cuyo desarrollo ilumina otras varias posibles vías de investigación. Francisco Nieva definió a Gloria Fuertes como “una entidad inconfundible en el complejo de la moderna cultura española”. Su popularidad contrasta, no obstante, con la falta de más estudios críticos que coloquen suobra en el puesto que merece dentro de la poética femenina española del siglo XX. “Cómo atar los bigotes del tigre”, libro publicado inicialmente en 1969 sugiere la idea de un peligroso tigre (metáfora de la vida que incluye todas sus vertientes, desde lo amoroso a lo existencial) al que hemos deatar los bigotes (metáfora de la acción de controlar o dominar) como medio de supervivencia. La vida aparece así como construcción alegórica de un circo en el que el ser humano (representado por la misma Gloria Fuertes) debe adquirir el papel de domador y controlador de su propio destino: vida como circo que a veces nos hace sonreír y, las más, llorar. Bajo esta alegorización de la vida como circo es posible entender la inclusión en varios momentos del libro de poemas que tienen que ver con el mundo circense como “Equilibrista” “Selva” o “El mimo' hasta llegar al poema que cierra el libro de forma significativa y bajo el título de “El clown”. Alberto Acereda Arizona State University
GEOGRAFÍA HUMANA
Mirad mi continente conteniendo
brazos, piernas y tronco inmensurado,
pequeños son mis pies, chicas mis manos,
hondos mis ojos, bastante bien mis senos.
Tengo un lago debajo de la frente,
a veces se desborda y por las cuencas,
donde se bañan las niñas de mis ojos,
cuando el llanto me llega hasta las piernas
y mis volcanes tiemblan en la danza.
Por el norte limito con la duda
por el este limito con el otro
por el oeste Corazón Abierto
y por el sur con tierra castellana.
Dentro del continente hay contenido,
los estados unidos de mi cuerpo,
el estado de pena por la noche,
el estado de risa por el alma
-estado de soltera todo el día-.
Al mediodía tengo terremotos
si el viento de una carta no me llega,
el fuego se enfurece y va y me arrasa
las cosechas de trigo de mi pecho.
El bosque de mis pelos mal peinados
se eriza cuando el río de la sangre
recorre el continente,
y por no haber pecado me perdona.
El mar que me rodea es muy variable,
se llama Mar Mayor o Mar de Gente
a veces me sacude los costados,
a veces me acaricia suavemente;
depende de las brisas o del tiempo,
del ciclo o del ciclón, tal vez depende,
el caso es que mi caso es ser la isla
llamada a sumergirse o sumergerse
en las aguas del océano humano
conocido por vulgo vulgarmente.
Acabo mi lección de geografía.
Mirad mi contenido continente.
LA HUÉSPEDA
Sin comerlo ni beberlo
nos han encerrado en el Cuarto Oscuro
-¡la vida!-
(¡Qué cuarto de hora tan pequeño!)
¡Qué cuarto tan pequeño sin ventanas!
El mío tiene dos puertas eso sí,
una cerrada,
-¡Y sólo Dios sabe dónde está la llave!-
y la otra de par en par...
Por ella entra y sale la fulana de la angustia...
...La dejé entrar en casa,
y me pidió quedarse,
me pilló en mal momento,
v la di manta y todo.
Vino para una noche,
v ya va a hacer dos años;
...empezó a meter muebles,
y a adularme los versos...
Otras veces intenta matarme con su vino,
o con su droga barata de tristeza...
yo a hacerlo.
¡Quiero deshacerme de ella...!
...El Abogado dice que no tengo derecho,
que ha pasado el período...
y que ha metido muebles...
y sigo con la Huéspeda.
La zorra de la angustia
anoche llegó mala...
¿Y cómo voy a echarla
si me vino preñada de esperanza?
DESAJUSTE EN EL DESGASTE
La vista es lo primero que se pierde,
por eso hay tanta gafa,
después te quedas sordo del pie izquierdo,
y te nace la calva de la cana,
se te mueven las carnes si eres gordo,
si eres flaco te suenan las bisagras,
se te vuelan los capicúas,
se te pierden las ganas...
se te mueven los dientes en la boca;
cuando sabes amar esto te pasa.
CUANDO AQUÍ
Cuando aquí da el horror la media noche,
allí sólo son las siete de la tarde;
-siete puñales si voy a Andalucía-
-siete gaitas si voy al aquelarre-.
Siete letras tu nombre -se me clavan-,
siete por siete llagas graves.
...No sé nada de ti...
Si yo supiera escribir
telegramas en el aire,
levantar tu tristeza,
acribillar mi fraude...
No sé
pero yo quiero aprender,
a dejar todo y marcharme,
a donde aún no hay noche,
a donde aún es media tarde.
NADA DE SUICIDARSE
...Por ahora,
que pasen hambre los gusanos destinados,
previstos ya para el manjar de nuestro palmo palmito;
tenemos aún qué hacer...:
...limar la lima,
dar,
recoger
-y alguna llamarada telefónica-.
¡Que las larvas esperen por ahora!
LA SOLEDAD
La Soledad, atroz pelotillera,
te invita a trabajar
-mientras te mata-
y te invita a llorar
-mientras te seca-.
La Soledad nos limpia, sí, nos limpia,
-hasta dejarnos mondos y lirondos-;
nos acompaña, si, nos acompaña,
-pero se cobra bien la compañía-.
La Soledad es ese mal criado
que está solo esperando el testamento,
atisbando,
poniéndose nerviosa si mejoras,
si por fin llega carta o llega cita...
¡qué asco de soledad!
MIS MEJORES POEMAS
Mis mejores poemas.
Sólo los lee una persona;
son unas cartas tontas
con mucho amor por dentro
faltas de ortografía
y agonía precoz.
Mis mejores poemas
no son tales, son cartas,
que escribo porque eso,
porque no puedo hablar,
porque siempre está lejos...
como todo lo bueno,
-que todo lo que vale nunca está
como Dios
como el mar.
Soy de Castilla y tengo
un cardo por el alma,
pero quiero tener un olivo en la voz,
soy de Castilla seca,
soy tierra castellana,
pero quiero tener a mi amor en mi amor.
Da risa decir eso. AMOR, a estas horas.
AMOR a estas alturas de inmobiliaria y comité,
pero yo digo AMOR AMOR sé lo que digo,
-Mis mejores poemas son cartas que lloré-.
Un poema se escribe
una carta se llora,
una noche se puede parir o desnacer.
Yo parí y he robado
-he hecho de todo un poco-
pero mi mejor verso....
un Telegrama es.
AHORA HABLA DIOS
Ya no...
Ya no crees tanto en mí, hijo,
por culpa de mis fallos...
Ya no crees en mí hombre,
-por culpa de tus hermanos-
que me salieron mal
-a veces pasa-.
¿Qué te habré hecho yo
sin darme cuenta hijo,
que tan mal te sentó que no perdonas?
; Oué voy a hacer ahora yo tu Dios y Padre,
si va no crees en mi.
Si vas de luto,
tú que al nacer te puse un traje elástico,
suave y apenas rosa?
¿Y qué voy a hacer yo
-por muy Dios que yo sea-,
Hombre,
si no me amas?
YO, EN UN MONTE DE OLIVOS
Como un volcán dormido de mentira
-parezco al parecer tan descansada-.
Un ocio agotador que así me enciende,
brotan de mi costado las palabras.
Sudo tinta y tengo sed, sed tengo,
mucha sed de manos enlazadas.
Por la punta del monte de mis senos
por la punta del lápiz va la lava.
Va balada a tus pies o bien protesta,
en una piedra al sol, arrodillada
y la pasión del hombre se me representa:
veo celdas con rejas, hospitales sin camas
sabios con atómicas, analfabetos con ayuda de cámara,
viudas con marido, casos sin casa,
niños crueles, perras apedreadas,
la traición de un amigo, la destrucción de un alma.
¡No puedo más! ...Me levanto y dicen:
-Ahí va Gloria la vaga.
-Ahí va la loca de los versos, dicen,
la que nunca hace nada.
SOY SÓLO UNA MUJER
Soy sólo una mujer y ya es bastante,
con tener una chiva, una tartana
un “bendito sea Dios” por la mañana
y un mico en el pescante.
Yo quisiera haber sido delineante,
o delirante Safo sensitiva
y heme,
aquí,
que soy una perdida
entre tanto mangante.
Lo digo para todo el que me lea,
quise ser capitán, sin arma alguna,
depositar mis versos en la luna
y un astronauta me pisó la idea.
De PAZ por esos mundos quise ser traficante
—me detuvieron por la carretera—
soy sólo una mujer, de cuerda entera,
soy sólo una mujer y ya es bastante.
EL MIMO
En el centro.
Estaba el Payaso-Arlequín
tenía una esquela en su levitín,
tenía una esquirla como un berbiquí,
tenía una lágrima en su calcetín,
estaba hecho polvo
y no se podía reír,
y no se podía quitar la careta,
de hombre feliz.
HE DORMIDO
He dormido en el andén del metro,
-por miedo al despellejo de metralla-,
he dormido en el borde de la playa
y en el borde del borde del tintero.
He dormido descalza y sin sombrero
sin muñeca ni sábana de arriba
me he dormido sentada en una silla
-y amanecí en el suelo-.
Y la noche después de los desahucios
y los días después del aguacero,
dormía entre estropajos y asperones
en la tienda del tío cacharrero.
Crecí, me puse larga regordeta,
me desvelé, pero seguí durmiendo,
llegué a mocita dicen que a poeta,
y terminé durmiéndome al sereno.
Y a pesar de estos golpes de fortuna
ya veréis por qué tengo buen talento;
he dormido a las penas una a una,
y he dormido en el pecho de mi amante.
BOMBA
Bomba.
Estertor,
vergüenza;
monstruo de medusa cruzada con sabio,
parida de un hombre
sin pecho anormal.
Fotógrafa fofa,
la Muerte en cadena “retrata” al minuto.
De cuerpo presente
saca el primer plano.
El enemigo está...
El enemigo está carbonizado.
No sólo el enemigo,
el enemigo y su madre,
el enemigo y su gato.
El enemigo está...
El enemigo no está nada...
con esta bomba huelgan los entierros.
La Muerte hizo doscientas cincuenta mil instantáneas al minuto,
más ciento cincuenta mil que salieron “movidos'
¡Maldita seta de odio!
Coliflor venenosa
calcinado de cólera,
flatulenta de cal,
garrafa del diablo,
corcho de una fétida
botella de champán.
Pareces un cerebro
con una sola idea
que radia desde arriba.
'ODIAR ODIAR ODIAR”.
Nuevo agujón que flota
y clava desde el aire.
Sombrilla de la Sombra
más mala que asombró.
¡Ántrax! Que tuerces nucas
desde el cuello del cielo.
Cúmulo de sierpes,
túmulo de lava.
Túmulo de lava.
¡Asco!
¡Asco!
Petrifica cunas.
Fundiendo cuerpos bramas
con tu voltaje devorador.
¡Maldita, sí maldita bomba de nuevo tipo
y por siempre maldita tu raza y tu historial!
EVITAR
Evitar supotancios y soponcios,
evitar tiquismiquis cortapisas,
forúnculos y asépticos contables,
evitar carcajadas sin sonrisa.
Evitarme la alfombra por la cuadra,
evitar detenciones -de la orina-.
evitar carcajadas sin sonrisa.
Evitarme la alfombra por la cuadra,
evitar detenciones -de la orina-.
Evitar fallecer en la oficina,
evitar saludar a levitones
evitar, porque al fin esos, carbones
de tu ternura harán un sacrilegio.
Evitar levitar -subir aceros-,
evitar sobre todo estar en cueros
porque ellos tienen palo sin polilla,
evitar situación comprometida.
Evitar no tener más que una tina.
Evitar violentas contusiones.
Provocar-evitar nuevos amores.
Evitar. ¡Evitar lo Inevitable!
...Por eso y a pesar yo mando un cable.
A todos los países de habla humana:
Evitad. Evitad por la mañana
lo que ya por la tarde será tarde.
Evitar, que la cosa está que arde,
evitar que la muerte te lo evite.
-Evitar no es cobarde, es necesario
(antipoético tal vez pero instintivo).
Evitar. Puedo evitarlo, luego vivo
para evitar la muerte inhabitable.
¿POR QUE NO DETIENEN AL DOLOR?
En los charcos de llanto
nacen sapos,
que croan la venida
de la angustia.
El dolor, que ni él sabe quién le manda,
en un ciprés maloliente se columpia,
luego salta a traición a nuestro paso
y a navajazos viola y te acuchilla
la esperanza.
¿Por qué la ONU o la Otra guardan
un silencio profundo,
ante este gran criminal Don Dolor Fuertes
que anda suelto y viajando por el mundo?
VIRGEN DE PLÁSTICO
Con su manto de nylon
y la corona eléctrica,
con pilas en el pecho
y una sonrisa triste,
se la ve en las vitrinas de todos los comercios
y en los sucios hogares de los pobres católicos.
En Nueva York los negros
tienen su virgen blanca
presidiendo el lavabo
junto a la cabecera...
Es un cruce de Virgen entre Fátima y Lourdes,
un leve vaciado con troquel “made in USA'
tiene melena larga y las manos abiertas
es lavable v si cae no se descascarilla.
Las hay de tres colores,
blancas, azules, rosas
-las hay de tres tamaños-
-aún la grande es pequeña-.
Así, sin angelitos,
Virgen de resultado,
me diste tanta pena,
Virgen pura de plástico,
se me quitó la gana
de pedirte un milagro.
EL CLOWN
Arremete de cabeza
a la tristeza del pellejo del tambor.
El clown,
y se mete de patitas en la tina del sifón.
El clown.
¡Cuánta espuma,
cuanta gracia,
qué bien toca!,
¡qué acrobacia!
El clown.
De un niño coge una risa
y la convierte en paloma
y así otra y otra y otra.
El clown.
Y vestido de Quijote
se hace un nudo en el cogote
el clown,
y usando de Rocinante a su escudero
sale en cueros.
-¡Oué despíste!,
a lo serio a lo formal cómo embiste,
-¡lágrima en ristre!
El clown
Estoy soltera,
no soy soltera.
Al atardecer, me chilla la soledad
V es el ruido más soportable
de todos los que existen.
Me estoy quedando sorda.
Me quedé soltera
v en vez de vestir santos
o desvestir santas
me visto a deshora.
Vivo en un intranquilo paraíso,
mis amigas casadas
viven en un tranquilo infierno,
afortunadamente me quedé soltera por circunstancias
luego por vocación.
Tuve aventuras ocasionales.
Cesó la lucha cuerpo a cuerpo con la soledad
si ahora me veis cuerpo a cuerpo con ella
es unidas en un abrazo
no pasional sino confortable.
TODO ES MENTIRA...
(Esto parece un tango)
Miente
miente el diente
miente el amo y el sirviente
miente el cura
miente el mendigo y el Presidente
miente
miente la gente
miente.
Sólo un niño
y el espejo del pasillo
me dicen la verdad.
Sólo miento cuando lloro.
Sólo miento cuando lloro
—repite el coro de mi coro—.
Tengo un libro
tengo un loro
tengo un cuchillo de plata
tengo un corazón de oro.
Sólo miento cuando lloro.
DESPUÉS DE LA BATALLA
Después de la guerra,
cuando acabó el ruido,
salí al campo sin flores
y mire
esas posturas que sólo los muertos
aquellas sus miradas
mirando tanto a todo
los hoyos de su herida
cubiertos de metralla
las piernas en el lodo.
Del otro continente
las madres les llamaban
y yo grité a las madres
que estaban allí solos: quietos
En la gris retaguardia
luchaban por los puestos,
por los muertos del campo
luchaban los cuervos.
Aquello era un cementerio
con muertos al aire libre.
Un cementerio sin tumbas, sin cruces...
Mantenerse en estado optimista
las veinticuatro horas del día
es un hecho heroico que nadie ensalza
y a mí me llena de orgullo de tarde en tarde.
ADIÓS MEMORIA ADIÓS
Quise olvidarte.
Más que eso,
necesité olvidarte.
Lo intenté.
Lo conseguí.
Fue tan intenso el deseo
que me pasé.
En mi cerebro hubo una fuga de neuronas
y ahora tampoco recuerdo otras cosas.
Sólo recuerdo
lo que sufrí el día de mi Primera Comunión
con los zapatos pequeños.
Lo que sufrí,
los tres años de la guerra civil,
lo que sufrí
cuando aprendí a nadar.
Pero no recuerdo lo reciente...
¿Dónde he puesto mis gafas?
¡Qué mala cabeza tengo!
Tengo mal la cabeza.
(es preferible a tener mal el corazón).
Viviré más.
Aunque no me acuerdo para qué.
RETRATO DE NADIE
Era una sombra oscura
más oscura por el sexo.
En los pulmones
manchas de locura,
huellas de risa artificial
en el lugar del beso.
Sólo una sombra oscura.
No era nadie, creo.
EN DEFENSA DEL TACO
El taco.
Nada de que es pobreza de lenguaje
es todo lo contrario
riqueza y libertad de nuestro idioma.
¡Cono con los señores académicos que no sueltan uno!
(así les va en la vida).
El taco evita bofetadas
bronquitis y altercados,
es ético, gracioso y sano
«canto por no llorar».
Yo taqueo por no matar.
EN UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN
A una anciana le tocó
una moto acuática.
A un paralítico
le tocó la vuelta al mundo
en siete días.
A un parado
le tocó cocina de porcelanosa
y menaje de doce piezas.
A servidora le tocó
las tetas el acomodador.
LA TIERRA ESTÁ DE PSIQUIATRA
La humanidad está medio enferma.
Media humanidad está moribunda.
Media humanidad ha machacado la paz.
La espiritualidad ha machacado.
Media humanidad confunde la sal con el azúcar,
La cordura con la locura,
enaltece lo cruel, lo agresivo
practica el vicio, ridiculiza la bondad
ensalza a gentes con peligrosas cargas destructivas.
Humilla a los semilocos creadores.
Lucha por riquezas materiales.
Desprecia la ternura del humilde.
Esto sucede.
Su final puede ser atómico.
Estoy moribunda,
y salgo sola a manifestarme
con mi sudario blanco de bandera.
Inicio la más justa protesta
contra esa media humanidad
que nos está bebiendo la luz.
NI TIRO. NI VENENO. NI NAVAJA
Carta de Vicente Aleixandre
Madrid, 29-3-66
Querida Gloria, chiquita buena y grandullona mejor: Por chiquita eres tierna y por grandullona eres un poeta de tamaño natural. Ay, tu libro me hace polvo, y del polvo me levanta a la tierra, quiero decir al cielo. Ni veneno, ni navaja, pero un tiro en el corazón, de luz y de misericordia. Vaya estallido dentro como una salvación, como una revelación y, más como una asunción. Sí, tres disparos y un conocimiento verdadero en forma de palabra, en forma de sorpresa y en forma de mano para ayudar al hombre.
Sí, Gloria, gloria a ti y paz para todos: la que tu das con tu verbo y por tu virtud, que es ensalmo para los ciegos sobre sus pupilas. Bendita seas y que Dios te conserve la gracia; ese Dios que, si existe, sin duda es en tu poesía y ajustado de cuentas. De tú a tú, por la verdad.
Este libro tuyo es más que un libro hermoso, porque tiene ese no sé qué «que se alcanza por ventura». Hermoso es porque es poesía, y la palabra saltada está tensa en tu mano, y se la ve como un pájaro caliente.
Gloria, te has renovado. Tienes razón: Ni tiro, ni veneno, ni navaja, sino vida. Y sorpresa. Y el mundo en la mano, y cabe en la caricia de la otra. -Gracias, Glorita, y te beso y abrazo. Vicente
Telegramas de urgencia escribo
Escribo, más que cantar cuento cosas.
Destino: La Humanidad.
Ingredientes: Mucha pena
mucha rabia
algo de sal.
Forma: ya nace con ella.
Fondo: que consiga emocionar.
Música: la que el verso toca
-según lo que va a bailar-
Técnica: (¡Qué aburrimiento!)
Color: calor natural.
Hay que echarle corazón,
la verdad de la verdad,
la magia de la mentira
-no es necesario inventar-.
Y así contar lo que pasa
-¡nunca sílabas contar!-.
Y nace sólo el poema...
Y luego la habilidad
de poner aquello en claro
si nace sin claridad.
Date
Para el vértigo interior
para ahogar el soliloquio
¡Salta!
¡Salte de ti mismo!
Mira en torno
no hay abismo,
-no hay abismo
como el tuyo
en ti metido-.
Ebro,
abre la ventana de la casa
tírala por la ventana,
hiere,
ara,
la tierra espera
y ese que pasa.
Desenciérrate.
¡Salte!
¡Salta!
De contento o júbilo
-la oveja vale si bala
-la abeja vale si vuela-,
ve,
de vecino a vecino
de patio a almena,
pregunta aconseja date
-nunca por vencido-
¡Salta!
¡Salte de ti mismo!
Tu amargura será miel,
tu monólogo canción
y tu lóbrega campana
¡cascabel!
¡Salta, salte
que te esperan
ella o él!.
Me duele el alma más aún que el cuerpo
me decía un leproso enamorado;
me duele allí, allí, en el costado
del mar donde mi amor habita.
Me duele la distancia, es infinita
para mí ya sin piernas desahuciado
me duele más su pena que mis costras
me duele más la suya que mi cortada mano.
Ni tiro, ni veneno, ni navaja...
La esperanza se me desespera;
desesperada espero todavía,
de una noche yo puedo hacer un día
disfrazar la manzana en una pera.
Lo difícil me atrae, es mi bandera,
lucho a golpes de amor por una espina
-la rosa no interesa-, la divina
adivina primavera.
Ni tiro, ni veneno, ni navaja,
teniendo que tener un amor vivo
del cielo no me baja la mortaja.
El destino me gana con destreza,
yo espero a la final ir de cabeza
mientras lo fácil se ahoga en la tinaja.
La vida es un maldito sube y baja,
un baja y sube que destrenza paces,
y sólo lo haces bien si el amor haces
-sin amor es peor que estar en caja-.
La persona elegida se te raja
a hacer feliz tu vida y no te deja,
se goza y extasía con tu queja
y viga es hoy su paja.
En vista de lo visto me desvisto,
me desnudo a mí misma y me mantengo,
me encanta este tener lo que no tengo
-yo no tengo la culpa, Dios existe-,
debe ser que lo quiere que yo quiera
hacer lo que a un humano se resiste,
debe ser que la goza en mi despiste,
debe ser que me tiende una escalera.
El amor te convierte en rosal
y en el pecho te nace
esa espina robusta como un clavo
donde el demonio cuelga su uniforme.
Al tocar lo que amas te quemas en los dedos,
y sigues sigues sigues hasta abrasarte todo;
después,
ya en pie de nuevo,
tu cuerpo es otra cosa,
...es la estatua de un héroe muerto en algo,
al que no se le ven las cicatrices.
Voces me llaman y piden que ande
dentro de un silencio macizo.
Camino por un estrecho camino.
Peligroso de lados peligrosos.
(Hay que estar en lo que estamos)
Si no miro donde piso
puedo poner un pie en el vacío,
y si miro, para poner el pie adonde debo,
me mareo.
Haga lo que haga todo es expuesto.
¡Ah! Puedo hacer otra cosa,
sentarme,
montarme en el camino
con las piernas colgando a cada lado...
¡Qué va! Tampoco puedo,
-no está permitido dejar de caminar-,
me pisarían la cabeza los que vienen detrás,
con sus botas de Fuego.
Esto de vivir es tan estrecho
que sólo cabemos uno.
¡Es la fila!
Por eso voy detrás de alguien,
o alguien viene detrás de mí.
Firmes!
¡Formen fila!
¡Arrestado el que rompa!
¡Marchen!
Toda la humanidad en línea
y a tu lado no hay nadie,
vamos solos.
Desde que nací en los diarios siempre viene un parte de guerra
No sé por qué... recuerdo,
que hace años por la noche,
yo rezaba un padrenuestro
para no sonar
cosas de miedo.
Después cuando la guerra,
rezaba para que no sonara la sirena...
Después seguí rezando
para que no nos detuvieran;
luego, para que Equis me quisiera;
para que mi análisis no diera leucemia,
para que se acaben los líos de fronteras,
para que este país... y vuelta y vuelta.
(Desde que nací en los diarios siempre vine un parte de guerra.)
Variando la retahila,
mezclando personales peticiones con otras peliagudas y extranjeras,
(que si este amor que si la paz que si la pena)
sigo y sigo pidiendo con la fe de una pieza.
Temo tener a Dios cansado de monserga.
Explicación de lo que pasa
Mundo, huerto casi muerto,
siempre siempre siempre
con la pena puesta,
con el rencor al hombro
con el odio a cuestas;
-llorando a voces
gritando con silencio,
casi cobarde ya de tanta valentía-.
Dios intuitivo usa
tu más dulce huracán y haz de leña,
porque se arrasen cosechas de tristeza
y nazca un trigo nuevo.
¿Qué pasa en este huerto casi muerto?
¿Qué pasa en este mundo donde me hundo?
¿Qué pasa en este huerto de la Vida
donde se secan todos los frutales
y se nos pudren las sonrisas,
donde no se dan bien las «buenas tardes»
en donde sólo medran las ortigas?
¿Qué pasa en este huerto casi yerto?
-El hombre llora y se aguachinga en llanto-.
-Y el llanto seca al hombre y seca a todo—..
(Campo-inmundo, campo-insanto.)
¿Qué fruto va a salir de un campo-mundo
al que sólo se riega con sangre y con tristeza?
Por eso digo Dios que uses tu uso,
perdona al hombre y dale penitencia...
Da pena ver el campo todo seco...
¡Tu tormenta de amor que nos empape!
No mata la calidad sino la cantidad
En demasía lo bueno se hace malo,
la píldora veneno
y vicio la caricia;
sabes de todo un poco y vas al cine,
sabes de todo mucho y te suicidas.
Mucha vida (cien años) es la muerte
-se hace malo lo bueno en demasía-.
La soledad, es ese gran espejo
donde acabas por verte monstruoso;
el silencio la tuerca en el oído
que se te va ajustando al agujero,
demasiado silencio es igual que una bomba
y demasiado amor es igual que un entierro.
Hago versos señores, hago versos,
pero no me gusta que me llamen poetisa,
me gusta el vino como a los albañiles
y tengo una asistenta que habla sola.
Este mundo resulta divertido,
pasan cosas señores que no expongo,
se dan casos, aunque nunca se dan casas
a los pobres que no pueden dar traspaso.
Sigue habiendo solteras con su perro,
sigue habiendo casados con querida,
a los déspotas duros nadie les dice nada,
y leemos que hay muertos y pasamos la hoja,
y nos pisan el cuello y nadie se levanta,
y nos odia la gente y decimos: ¡la vida!
Esto pasa señores y yo debo decirlo.
¡Tantarantán! ¡Tantarantán!
Tantarantán: Palabra que repite el tambor,
(porque no sabe otra).
También si te empujan
te dan un «tantarantán».
Con la palabra TANTARANTAN
se puede hacer un villancico:
Tantarantán,
que el Niño no llora.
Tantarantán,
que se va a reír.
Tantarantán,
tambor de pastores,
Tantarantán,
dejadle dormir.
Uno de los puestos de la plaza era el del tío Vicente.
El puesto parecía una pequeña cocina en cuyos vasares relucían, en vez de pucheros, juguetes, cajas de construcción, muñecos, trenes, cubos y pelotas. En un rincón estaba la Pepona, la muñeca barata, con sus colores, su pelo de mentira pintado en la cabeza y sus botas, de mentira también, pintadas en las delgadas piernas de cartón.
Encima de su cuerpo sólo llevaba un vestidito, descolorido ya, abrochado con un clavo en la espalda; era de esa tela con la que hacían las bolsas de los «confettis» en carnaval. Tres años hacía que la llevaban al puesto de Navidad y tres años llevaba allí sin que nadie la comprara.
La Pepona sería fea y estaría mal vestida, pero era un encanto de muñeca; todos los años escribía a los Reyes y todos los años les pedía lo mismo: que le echaran una niña. Aquella noche hacía más frío que nunca y, sin embargo, había más gente que nunca alrededor del puesto.
Una mujer con un abrigo azul muy limpio, pero muy viejo, llevaba un rato mirando a la Pepona. Por fin se fue sin decir nada.
La muñeca Pepona tenía frío pero no se quejaba; estaba entretenida y muy contenta viendo la ropa de un muñeca que había delante de ella. Tenía cinco abriguitos y hasta impermeable y botas de agua
la píldora veneno
y vicio la caricia;
sabes de todo un poco y vas al cine,
sabes de todo mucho y te suicidas.
Mucha vida (cien años) es la muerte
-se hace malo lo bueno en demasía-.
La soledad, es ese gran espejo
donde acabas por verte monstruoso;
el silencio la tuerca en el oído
que se te va ajustando al agujero,
demasiado silencio es igual que una bomba
y demasiado amor es igual que un entierro.
Hago versos señores, hago versos,
pero no me gusta que me llamen poetisa,
me gusta el vino como a los albañiles
y tengo una asistenta que habla sola.
Este mundo resulta divertido,
pasan cosas señores que no expongo,
se dan casos, aunque nunca se dan casas
a los pobres que no pueden dar traspaso.
Sigue habiendo solteras con su perro,
sigue habiendo casados con querida,
a los déspotas duros nadie les dice nada,
y leemos que hay muertos y pasamos la hoja,
y nos pisan el cuello y nadie se levanta,
y nos odia la gente y decimos: ¡la vida!
Esto pasa señores y yo debo decirlo.
Isla
ignorada
Soy como esa
isla que ignorada,
late acunada
por árboles jugosos,
—en el
centro de un mar
que no me
entiende,
rodeada de
NADA,
sola sólo—.
Hay aves en
mi isla relucientes,
y pintadas
por ángeles pintores,
hay fieras
que me miran dulcemente,
y venenosas
flores.
Hay arroyos
poetas
y voces
interiores
de volcanes
dormidos.
Quizá haya
algún tesoro
muy dentro
de mi entraña.
¡Quién sabe
si yo tengo
diamante en
mi montaña,
o tan sólo
un pequeño pedazo de carbón!
Los árboles
del bosque de mi isla,
sois
vosotros mis versos.
¡Qué bien
sonáis a veces
si el gran
músico viento
os toca
cuando viene del mar que me rodea!
A esta isla
que soy, si alguien llega,
que se
encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales
de versos encendidos
y cascadas
de paz es lo que tengo—.
Un nombre
que me sube por el alma
y no quiere
que llore mis secretos;
y soy tierra
feliz —que tengo el arte
de ser dichosa
y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es
un placer ser ignorada,
isla
ignorada del océano eterno.
En el centro
del mundo
sin un libro
SÉ TODO,
porque vino
un misionero
y me dejó
una Cruz para la vida
—para la
muerte me dejó un misterio—.
Siempre con
los colores a cuestas
No olvido
cuando rojos y negros
Corríamos
delante de los grises
Poniéndoles
verdes.
Cuando rojos
y verdes
Temblábamos
bajo los azules (de camisa)
Bordada en
rojo ayer.
Asco color
marrón
Que siempre
huele a pólvora.
Páginas
amarillas leo hoy
Para
encontrar a un fontanero
Que no me
clave.
Siempre con
los colores a cuestas.
Siempre con
los colores en la cara
Por la
vergüenza de ser honesta.
Siempre con
los colores en danza.
Azul contra
rojo
Negro contra
marrón
Como si uno
fuera Dalí o Miró.
La pájara pinta
La pájara pinta
La pájara Pinta
y el pájaro Pintón
tenían su nido
debajo del balcón.
Se peinaba la pájara pinta
mirándose en el pilón,
con el pico se hacía la raya,
bajo el ala llevaba una flor.
Se peinaba la pájara pinta
y una pluma se le cayó:
con la flor parecía más guapa,
con la pluma escribió la canción.
- Pájara Pinta me llaman.
Pinta pájara soy yo,
pájaros pintos tendré,
huevecitos de color.
Al nacer los pájaros pintos
un arco iris voló.
Pinta pájara cantaba
entre la lluvia y el sol.
- «Pinto, pinto, gorgorito».
¿Dónde están mis pajaritos?
- En el lugar donde vive la oveja.
- Cierre el pico, señora Corneja.
Cierre el pico que viene el cazador
y yo escondo a mis pájaros pintos
de la escopeta de ese señor.
Tantarantán
y el pájaro Pintón
tenían su nido
debajo del balcón.
Se peinaba la pájara pinta
mirándose en el pilón,
con el pico se hacía la raya,
bajo el ala llevaba una flor.
Se peinaba la pájara pinta
y una pluma se le cayó:
con la flor parecía más guapa,
con la pluma escribió la canción.
- Pájara Pinta me llaman.
Pinta pájara soy yo,
pájaros pintos tendré,
huevecitos de color.
Al nacer los pájaros pintos
un arco iris voló.
Pinta pájara cantaba
entre la lluvia y el sol.
- «Pinto, pinto, gorgorito».
¿Dónde están mis pajaritos?
- En el lugar donde vive la oveja.
- Cierre el pico, señora Corneja.
Cierre el pico que viene el cazador
y yo escondo a mis pájaros pintos
de la escopeta de ese señor.
Tantarantán
¡Tantarantán! ¡Tantarantán!
Tantarantán: Palabra que repite el tambor,
(porque no sabe otra).
También si te empujan
te dan un «tantarantán».
Con la palabra TANTARANTAN
se puede hacer un villancico:
Tantarantán,
que el Niño no llora.
Tantarantán,
que se va a reír.
Tantarantán,
tambor de pastores,
Tantarantán,
dejadle dormir.
La Pepona
Uno de los puestos de la plaza era el del tío Vicente.
El puesto parecía una pequeña cocina en cuyos vasares relucían, en vez de pucheros, juguetes, cajas de construcción, muñecos, trenes, cubos y pelotas. En un rincón estaba la Pepona, la muñeca barata, con sus colores, su pelo de mentira pintado en la cabeza y sus botas, de mentira también, pintadas en las delgadas piernas de cartón.
Encima de su cuerpo sólo llevaba un vestidito, descolorido ya, abrochado con un clavo en la espalda; era de esa tela con la que hacían las bolsas de los «confettis» en carnaval. Tres años hacía que la llevaban al puesto de Navidad y tres años llevaba allí sin que nadie la comprara.
La Pepona sería fea y estaría mal vestida, pero era un encanto de muñeca; todos los años escribía a los Reyes y todos los años les pedía lo mismo: que le echaran una niña. Aquella noche hacía más frío que nunca y, sin embargo, había más gente que nunca alrededor del puesto.
Una mujer con un abrigo azul muy limpio, pero muy viejo, llevaba un rato mirando a la Pepona. Por fin se fue sin decir nada.
La muñeca Pepona tenía frío pero no se quejaba; estaba entretenida y muy contenta viendo la ropa de un muñeca que había delante de ella. Tenía cinco abriguitos y hasta impermeable y botas de agua