Una mirada a la realidad o a los sueños que aportan los materiales con los que se construye.
sábado, 5 de octubre de 2013
Lúpulo
Planta trepadora, de ciclo vivaz, cuyos tallos se enrollan, girando siempre hacia la derecha.
Desde la Edad Media se ha venido agregando a la cerveza a la que proporciona su típico aroma y sabor amargo. Por otra parte, favorece su mejor conservación. Se desarrolla en el borde de los ríos y en general en cualquier lugar con abundante humedad.
En la Península Ibérica existen plantaciones de lúpulo en la provincia de León, dedicadas en exclusiva a la industria cervecera.
Su localización silvestre es frecuente en la mitad norte de la Península.
Las hojas presentan de tres a cinco lóbulos.
Es una planta dioica, esto es, las flores masculinas están separadas de las femeninas; las primeras se disponen en ramilletes y no son muy llamativas; las flores femeninas están protegidas por una serie de brácteas y rodeadas por unas formaciones glandulosas de color amarillo dorado que se denominan lupulino y se desarrollan preferentemente en las ramas jóvenes de la última temporada.
Este lupulino es el producto empleado en la elaboración de la cerveza y es la parte utilizada como medicinal.
La floración tiene lugar en los meses de verano, procediendo a la recolección entre septiembre y octubre.
El secado debe efectuarse a una temperatura inferior a los 55 ºC y debe conservarse en recipientes de cristal o lata herméticamente cerrados, protegidos de la luz; se pueden conservar durante un máximo de un año. Contiene una esencia rica en humuleno, mirceno, cannabeno y ésteres valeriánicos de borneol, responsables de su acción sedante, hipnótica y espasmolítica, por lo que se emplea en alteraciones neurovegetativas como taquicardias, jaquecas e insomnio. Consecuencia de ello es que una buena cerveza en la comida predispone a la siesta.
Contiene además principios amargos cetofenólicos, como la humulona y lupulona, que le confieren acción aperitiva y antiséptica, utilizándose habitualmente en casos de neuralgias e inapetencias. Presenta en su composición unos flavonoides que proporcionan una moderada acción diurética, para tratar algunos casos de edemas.
Esta planta también se puede emplear como analgésico, aplicada por vía tópica sobre zonas afectadas por problemas reumáticos.
Esta planta nunca debe emplearse durante el embarazo, ya que puede producir náuseas y vértigos, sobre todo si se supera la dosis indicada por el facultativo.
Infusión. Veinticinco gramos de inflorescencias femeninas se añaden a un litro de agua, preparando una infusión que se debe dejar en contacto durante al menos diez minutos.
El líquido obtenido se puede tomar en taza, a razón de tres diarias.
Macerado. Cuarenta gramos del lupulino se añaden a un litro de agua, dejándolo en reposo y macerándolo durante todo un día; del líquido resultante se pueden tomar hasta tres tazas al día.
Infusión de uso externo. Se prepara añadiendo 45 gramos de la planta a un litro de agua preparada para infusión.
El líquido se emplea en baños.
Para paliar los dolores conviene prepararlo sobre unas compresas o en forma de cataplasmas. Sedante. Vulnerario. Bacteriostático.
Principios activos: humuleno, mierceno, cannabeno, ester valeriánico de borneol; principios amargos cetofenólicos: humulona, lupulona; flavonoides, aminas, estrógenos.
Acción farmacológica: los principios amargos determinan una acción aperitiva y antiséptica; la esencia le confiere una acción sedante, hipnótica y espasmolítica. Los flavonoides tienen una acción diurética. En uso externo es analgésica.
Indicaciones: Distonías neurovegetativas: ansiedad, insomnio, taquicardia, jaquecas; neuralgias, inapetencia, problemas reumáticos.
Contraindicaciones: embarazo.
A dosis muy elevadas puede producir nauseas y vértigos.