jueves, 25 de octubre de 2018

Don Antonio Cabrera Ródenas. Sacerdote.


Don Antonio Cabrera fue un sacerdote de fe y vocación. Quiso ser religioso en su juventud e ingresó en un convento de Burgos, pero los fríos de la zona y los claustros afectaron su salud y hubo de abandonar. Desde entonces su vocación era el sacerdocio, pero Dios le haría esperar. Comentaba con frecuencia que debíamos tener paciencia con las largas tardanzas de Dios; que su tiempo no era nuestro tiempo; y que si teníamos fe nos concedería lo que le pidiéramos si era conveniente para nuestra salvación.  Y de esto sabía por experiencia.
Trabajó en el Ayuntamiento de Granada. Se licenció en Derecho y Teología preparando su camino. Cuando se jubiló, dudaba ya de alcanzar su deseo, de la noche a la mañana y de forma harto sencilla vio como le abrían la puerta del sacerdocio. 


Hombre bueno, generoso, sensible, sencillo, voluntarioso, de gran memoria, enorme fe, y plena disposición al servicio de la Iglesia. Experto en San Agustín. Citaba párrafos completos de sus obras, así como bíblicos, Santa Teresa, San Vicente de Paúl y otros muchos. Gustaba del arte, música, pintura y poesía. Traigo un soneto suyo sobre Santa Teresa como homenaje a su recuerdo y cuyo final puede aplicarse a él. Algún otro poema de su cosecha. Seguro que ya está en buen sitio y podrá ayudarnos desde allí. 

Descanse en paz. 


“Y tengo por mayor merced del Señor un día de propio y humilde conocimiento, aún que nos haya costado muchas aflicciones y trabajos, que muchos de oración. ¡Cuánto más que el verdadero amante de toda parte ama y se acuerda del amado!. Recia cosa sería que sólo en los rincones se pudiese traer oración”. (Fundaciones 15, 6).


Tú dijiste Teresa que el amante 
si es amante leal y verdadero

dice en todo lugar: ¡Señor, te quiero!.
Contigo, ¡oh mi Dios! tengo bastante.


En tu vida el amor fue lo importante 

en Ávila, ¡oh Jesús! amor primero 
y en Alba ¡oh mi Dios! amor postrero 
te envolvió el amor en todo instante. 

Te quemaste a lo largo de tu vida 
en el amor, hoguera incandescente, 
amor que era en fe, amor con velos 

y ahora, consumada tu partida 
amas a tu Señor eternamente 
en la luz sin tiniebla de los cielos. 
8/10/1996
Antonio Cabrera Ródenas




PARÁBOLA DE LA CIZAÑA


Señor ¿no sembraste el trigo?
¿cómo apunta la cizaña
en el sembrado del mundo
su espiga torcida y mala?

Un enemigo lo hizo
cuando la noche alcanzaba
un mar de oscuras tinieblas
y el mal batía sus alas

¿Quieres tú que la arranquemos
y dejemos limpia y clara
la era de nuestro mundo
mientras el tiempo se pasa?

¡No! No queráis coger
el mal con prisa y sin tasa
que con él arrancaréis
el bien que a su lado calla

Dejad que llegue la siega
que llegará sin tardanza
y entonces diré a los ángeles
que sieguen con la guadaña.

Y el trigo irá a mi granero
separado de la paja
y la cizaña hacia el fuego
que jamás muere ni acaba

Que el mal no es problema humano
es un misterio del alma
y sólo la luz de Dios
separa el ser de la nada
5-11-91    A. C. R.

Dios habita en tu alma
¿con quién hablas?

Dios habita en tu templo
guarda silencio

Dios es plenitud del bien
busca solamente a El

Dios sólo te llena el alma
El sólo basta

Dios suma quietud y paz
sólo en El descansarás

Dios te dio el ser que tienes
agradéceselo siempre

Dios será tu eterno gozo
descansa ya en su reposo.


Gustaba de dar a conocer las frases sentenciosas de San Agustín que muchas veces ayudan a vislumbrar dónde está Dios y a decidir.

“¡Señor, hice lo que me mandaste, dame lo que me prometiste!” (San Agustín) y “Esta es la promesa que Él mismo nos hizo: La Vida Eterna” (1 Juan 2,25).

"Nos has hecho, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti". (Confesiones 7, 27).

"Tanto te amé. Hermosura siempre antigua y siempre nueva. ¡Qué tarde te amé!. Tú estabas dentro de mí, pero yo andaba fuera de mí mismo y allá afuera te andaba buscando". (Confesiones X, 27).

"Cuán grande has hecho a la criatura racional a quien no basta para descansar y ser feliz nada que sea menos que Vos y, por lo tanto, ni ella se basta a sí misma". (Confesiones 13, 8, 9).

"Me sentía atraído a Ti por tu hermosura, pero me sentía caído por mi miseria". (Confesiones VIII, 17, 23).

"Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas". (De la naturaleza y la gracia. 43, 50)

"Has establecido, y así es, que todo ánimo desordenado sea castigo de sí mismo". (Confesiones 1, 12). 

"Dame lo que mandas y manda lo que quieras". (Confesiones X, 37).

"Como es, oh Dios mío, que la verdad engendre el odio... Es que cada uno ve la verdad en lo que ama: tememos ser convencidos de error, amamos la luz de la verdad, excepto cuando es contraria a nuestras doctrinas o nuestros deseos". (confesiones X, 34).

"Señor Dios, que nos has dado todas las cosas, dadnos la paz; la paz del descanso, la paz del sábado, la paz que no tiene tarde. Porque todo este hermosísimo orden de cosas que son tan excelentes, una vez que hayan cumplido su función, han de pasar, porque para eso se les dio mañana y tarde. Pero el día séptimo no tiene tarde ni ocaso, pues Vos lo santificasteis para que permaneciese eternamente, y nosotros también descansaremos en el sábado de la vida eterna". (Confesiones XIII, 33-36).

"Allí descansaremos y veremos, veremos y amaremos, amaremos y alabaremos. He aquí lo que será el fin que no tiene fin. Pues ¿cuál es nuestro fin sino llegar al reino que no tiene fin?. (Ciudad de Dios 22, 3 -5).

"Dos amores han hecho dos ciudades: el amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios, la ciudad terrena; el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo, la ciudad celestial; ambas están unidas en el mundo pero se separarán al entrar en la eternidad". (La ciudad de Dios 1, 35).

"Oh Dios siempre el mismo, conózcame a mí, conózcate a Ti". (Soliloquios II, 1).

"Oh Dios, a quien nadie pierde sino engañado, a quien nadie busca sino avisado, a quien nadie encuentra sino purificado". (Soliloquios I, 1).

"Dios es paciente porque es eterno y conoce el día del juicio en el que ha de juzgar todas las cosas". (Comentario salmo 91, 7).

"Ama y haz lo que quieras". (Comentario epístola de San Juan 7, 8).

"Si comprendes, no es Dios". (Sermón 117, 3).

"Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti. (Sermón 169, 11, 13).

"Mi peso es mi amor. Él me lleva a dondequiera que voy". (Confesiones XIII, 9).

"Dios se ha humillado y el hombre es soberbio".  (Sermón 142, 6).

"La vida de la vida mortal es la esperanza de la vida inmortal". (Comentario salmo 103, 17).

"No quieras ir fuera, entra en ti mismo: en el hombre interior habita la verdad; y, cuando vieres que la naturaleza es mudable, trasciéndete a ti mismo". (La verdadera religión 72).

"Suma de todos los bienes es Dios para nosotros. Dios es nuestro bien sumo". (Sobre la naturaleza del bien III, 1).

"Quien rechace a Dios en este mundo como padre, le encontrará en el otro mundo como juez". (Epístola 52, 4).

Pedía al Señor por los sacerdotes rezando el Padrenuestro vocacional:

Padre nuestro que estás en el cielo
danos sacerdotes santos
Para que tu nombre sea santificado en nosotros
danos sacerdotes santos
Para que tu Reino se haga cada vez más presente en nosotros
danos sacerdotes santos
Para que tu voluntad se cumpla en la Tierra como en el Cielo.
danos sacerdotes santos
Para que nunca nos falte el pan de vida, tu palabra y tu Eucaristía
danos sacerdotes santos
Para que perdones nuestros pecados
danos sacerdotes santos
Para que aprendamos a perdonar a los que nos ofenden
danos sacerdotes santos
Para que nos ayudes a superar las tentaciones
danos sacerdotes santos
y líbranos de todo mal. 
Amén.