miércoles, 31 de julio de 2013

Abrojos. Leyenda de poder anabolizante.


Abrojos. Tribulus 
terrestris.

Es una herbácea rastrera perenne que crece como una planta anual estival. Los tallos radian de la corona a un diámetro de cerca de 1 cm a más de 1m, muy ramosa, usualmente postrada, formando matas chatas, aunque pueden crecer algo más verticalmente en sombra o entre plantas más altas. Las hojas son compuestas pinnadas con folíolos de menos de 7 mm de largo. Las flores de 4–10 mm de ancho, con 5 pétalos de color amarillo limón. Una semana después de brotar cada flor, sigue el fruto (cápsula) que fácilmente deja caer 4-5 semillas como nuececitas. Éstas son duras y llevan 2 agudas espinas, de 10 mm de largo y 4–6 mm entre puntas, y 2 algo más cortas.

Curiosidades: al pisarla los animales se les clavan las semillas que poseen 4 espinas siéndoles difícil su eliminación. Pueden pinchar fácilmente una rueda de bicicleta. 
Se conocen como abrojos las armas metálicas lanzaderas con 4 pinchos. La policía los usa como tetraedros de puntas afiladas encadenados para el control de carreteras.

Se utilizan las partes aéreas
Principios activos: saponósidos esteróidicos.

Acción farmacológica: Usada popularmente como analgésica, espasmolítica, diurética, hipotensora y astringente por vía externa.

Indicaciones: Litiasis urinarias, especialmente en cólicos nefríticos, heridas, eccemas.
Las semillas son bastante astringentes y su cocimiento da buen resultado en las hemorragias nasales, también en gárgaras contra las afecciones bucales, garganta, hemorragia de encías e hinchazón.  

Precauciones/intoxicación: los saponósidos esteróidicos presentan una acción hemolítica, demostrada en corderos por lo que no se recomienda su uso por vía interna.
(La información anterior es del Colegio Farmacéuticos de Vizcaya).

Es curiosa la historia del desarrollo y extensión del uso del Tribulus como anabolizantes para incrementar la masa muscular. 
Tomo de José Antonio Villegas García esta información para aviso de navegantes e ingenuos con deseos de encontrar una panacea convertida en estafa:

"El Tribulus pertenece a la herboterapia tradicional. Se trata de una hierba con un alto contenido en fitosteroides, flavonoides, alcaloides, glucósidos y saponinas (furostanol). Su uso como ayuda ergogénica se debe a la supuesta capacidad de incrementar tanto la producción como la acción de la testosterona, lo que dados sus efectos anabolizantes, redundaría en un aumento de la masa muscular y de la fuerza física.
En realidad se trata de un ejemplo clásico de publicidad manipulada. Todo empezó con la información de que los deportistas búlgaros (olimpíadas de los años 60-80 del pasado siglo) ganaban medallas porque tomaban Tríbulus terrestres. La información era un bulo lanzado por países del entonces grupo perteneciente a la URRSS, para echar una cortina de humo sobre la realidad del dopaje con anabolizantes que era una práctica habitual, como hemos sabido posteriormente.
Antonio J en 2000 realizó el único estudio randomizado frente a placebo en deportistas de resistencia y no encontró ninguna acción del tribulus (empleado en dosis de 3,21 mg/kg/d). Por la misma línea discurre la información que se desprende del documento de posicionamiento sobre "Nutrición y el rendimiento deportivo", avalado por la American Colle.ge of Sports Medicine, la American Dietetic Association y Dietitians of Canada, publicado en febrero de 2009. La Agencia Mundial Anti-Doping (WADA) sitúa al Tribulus como uno de los productos que pueden ser susceptibles de llevar componentes que pueden dar positivo.
· Androstenedione
· 19-norandrostenediol
· 19-norandrostenedione DHEA
· Ephedra
· Strychnine
· Glycerol

A pesar de todo, algunos culturistas siguen usando el Tríbulus. terrestris como suplemento culturista en una posterapia cíclica o "PCT", después de completar un ciclo anabólico-esteroide (lo usan bajo la presunción que restaurará los niveles naturales corporales de testosterona natural). Ningún estudio serio registra esa efectividad y, francamente, lo siento por ellos".
http://dieta-paleolitica.blogspot.com.es/2013/04/sobre-el-tribulus-terrestris.html

El estudio de Antonio J , Uelmen J , Rodríguez R , Earnest C . es revelador siendo su conclusión:
"La suplementación con tribulus no mejora la composición corporal o el rendimiento deportivo en los hombres entrenados".

Judía















Judía. Phaseolus vulgaris. Fréjol, haba, faba, y otros muchos sinónimos.
 

Parte utilizada: El fruto privado de las semillas (vainas).


Principios activos: Alantoína, azúcares, leucina, tirosina, arginina, inositol. 


Acción farmacológica: Las vainas, por su contenido en arginina, se comportan como diurético y ligeramente hipoglucemiante. 

Indicaciones: Diabetes, litiasis renal, reumatismo, gota. 

Formas galénicas /posología:
- Infusión: Una cucharada sopera de vainas por taza. Hervir durante 3 a 5 minutos y filtrar. 2 a 3 tazas al día.
 * * * * * * *
Plantas anuales que se siembran pasados los fríos. Hay muchas variedades de múltiples formas y colores de las semillas. Unas crecen bajas, otras se encaraman por un soporte enredándose y girando hacia la izquierda.

Aporte Nutricional Medio (en 100 gr)
Energía: 125,70 Kcal
Potasio: 580,86 mg
Vitamina A: 36,78 µg
Proteínas: 9,32 g
Fósforo: 157,57 mg
Vitamina B1: 0,21 mg
Hidratos: 16,09 g
Fibra: 9,17 g
Vitamina B2: 0,10 mg
Agua: 63,45 g
Grasa: 0,64 g
Vitamina B3: 2,62 mg
Calcio: 75,04 mg
Colesterol: 0,00 mg
Vitamina B6: 0,20 mg
Hierro: 3,23 mg
AGS: 0,16 g
Vitamina B9: 148,74 µg
Yodo: 1,61 µg
AGM: 0,06 g
Vitamina B12: 0,00 µg
Magnesio: 55,97 mg
AGP: 0,34 g
Vitamina C: 6,51 mg
Cinc: 1,52 mg
Carotenoides: 202,69 µg
Vitamina D: 0,00 µg
Selenio: 3,89 µg
Retinol: 0,00 µg
Vitamina E: 0,19 µg
Sodio: 119,21 mg


La judía constituye un alimento de origen vegetal de la familia fabaceae, género phaseolus y especie vulgaris. Es una legumbre.
El fruto de la judía, es decir, la vaina es rica en fibras celulósicas, pectinas, taninos y flavonoides que, una vez presentes en el intestino, tienen la propiedad de ralentizar la absorción de azúcares aprisionándolos entre las fibras y actuando sobre determinadas enzimas digestivas para bloquear su actividad. Esta ralentización en la asimilación de los glúcidos se utiliza con éxito en los regímenes de adelgazamiento porque permite limitar el aporte calórico y evitar los picos sanguíneos que obligan al organismo a almacenar los elementos nutritivos en forma de reserva adiposa. Tras la fase de adelgazamiento, la vaina de la judía ayuda a estabilizar el nuevo peso y evita volver a ganar kilos superfluos. Además, es diurética, por lo que favorece la eliminación del exceso de agua de los tejidos que causa los edemas. En las personas que padecen una diabetes no insulino-dependiente, la vaina de la judía limita y regulariza el paso de los azúcares a la sangre frenando especialmente el pico de hiperglucemia que se produce después de las comidas.
Diurético. Favorecedor del tránsito intestinal. Coadyuvante en el control de la absorción de la glucosa.

Alimento que destaca por su contenido en vitamina B9, fibra, potasio, hidratos de carbono, magnesio, vitamina B, hierro y carotenoides. El resto de nutrientes presentes en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: agua, cinc, calcio, fósforo, proteínas, vitamina B6, vitamina C, calorías, vitamina B3, sodio, vitamina B2, selenio, ácidos grasos poliinsaturados, yodo, vitamina A, vitamina E, grasa, ácidos grasos saturados y ácidos grasos monoinsaturados.

Gracias al contenido de vitamina B9, la judía contribuye a la formación de células sanguíneas y glóbulos rojos, ayudando a prevenir la anemia y a mantener sana la piel. Además de ser indispensable para la correcta división y crecimiento celular -fundamental durante el embarazo y la infancia-, la vitamina B9 -o ácido fólico- interviene en el metabolismo de proteínas, ADN y ARN, reduciendo el riesgo de aparición de deficiencias en el tubo neural del feto (estructura que dará lugar al sistema nervioso central). Esta vitamina además, disminuye la posibilidad de presentar enfermedades cardiovasculares, previene algunos tipos de cáncer como la leucemia, estimula la formación de ácidos digestivos y ayuda a mejorar el apetito.

La judía, por su contenido en fibra, ayuda a que se den en el organismo las condiciones favorables para la eliminación de determinadas sustancias nocivas como colesterol o ciertas sales biliares, y colabora en la disminución de glucosa y ácidos grasos en la sangre. Por este motivo, los alimentos ricos en fibra se antojan indispensables en una dieta excesivamente rica en carbohidratos, proteínas o grasas. Además, colaboran en la eliminación de agentes cancerígenos.

La judía destaca por su aporte de potasio, que junto con el sodio, se encarga de regular el balance ácido-base y la concentración de agua en sangre y tejidos. Las concentraciones de estos dos elementos en el interior y exterior de las células de nuestro organismo, generan un potencial eléctrico que propicia las contracciones musculares y el impulso nervioso, con especial relevancia en la actividad cardíaca.

Por su contenido en hidratos de carbono, la judía es un alimento ideal para el aporte energético, pues se estima que el 55-60% de la energía diaria que necesitamos debe provenir de carbohidratos, bien por la ingesta de alimentos ricos en almidón, bien por las reversas de glucógeno presentes en nuestro organismo. Además, la principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que encontramos en alimentos ricos en carbohidratos. Gracias al carácter hidrofílico de los carbohidratos, este alimento constituye también una fuente de obtención rápida de energía, al ser fácilmente atacado por las enzimas hidrolíticas.

Al tratarse de un alimento rico en magnesio, contribuye a mejorar tanto el tono muscular como el neuronal, favoreciendo la transmisión de los impulsos nerviosos, y la contracción y relajación de los músculos. La presencia de magnesio, hace además, que la judía sea eficaz en el reforzamiento del sistema óseo y la dentadura, y muy conveniente para el sistema cardiovascular, ayudando a mantener estable el ritmo cardíaco y la presión arterial, protegiendo las paredes de los vasos sanguíneos y actuando como vasodilatador, evitando de esta manera la formación de coágulos. Además, con el magnesio, se aumenta la producción de glóbulos blancos para beneficio del sistema inmunitario. Se estima que alrededor del 60% del magnesio que asimilamos se asienta en huesos y dientes, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en líquidos corporales.

La judía constituye un alimento con un significativo aporte de vitamina B1, por lo que participará en la producción energética colaborando en el metabolismo de los carbohidratos. La vitamina B1 -o tiamina- juega además un papel esencial en la absorción de glucosa por parte de cerebro y sistema nervioso, por lo que la deficiencia de este nutriente puede derivar en cansancio, poca actividad mental, falta de coordinación, depresión, etc. Otras funciones como el crecimiento y mantenimiento de la piel o el sentido de la vista, dependen en buena medida de los niveles de esta vitamina en el organismo.

Por ser un alimento rico en hierro (necesario para la síntesis de hemoglobina), la judía colabora en la renovación de las células sanguíneas, posibilitando el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los diferentes órganos, como los músculos, el hígado, el corazón o el cerebro, siendo el hierro indispensable en determinadas funciones de este último, como la capacidad de aprendizaje. El hierro también incrementa la resistencia ante enfermedades reforzando las defensas frente a los microorganismos, previene estados de fatiga o anemia, y sin él no podrían funcionar el sistema nervioso central, el control de la temperatura corporal o la glándula tiroides, siendo además saludable para la piel, el cabello y las uñas. Este alimento resulta muy beneficioso para el organismo en situaciones de carencia de hierro, ya sean como consecuencia de hábitos alimenticios inadecuados, durante la menstruación o el embarazo, o tras accidentes u operaciones médicas donde se ha perdido sangre.

Debido a la elevada concentración de carotenoides, la judía actúa como antioxidante previniendo el envejecimiento celular y protegiendo el organismo frente a los radicales libres y la aparición de cáncer, a la vez que se aumenta la eficiencia del sistema inmunitario y se reducen las probabilidades de ataques cardíacos. Los carotenos son también requeridos por nuestro organismo para la formación de la vitamina A.



Algunos de los fitoquímicos actualmente reconocidos en el frijol son: fibra, polifenoles, ácido fítico, taninos, inhibidores de tripsina y lectinas. El papel que juega la fibra del frijol como fitoquímico es por su efecto hipocolesterolémico, es decir, porque disminuye hasta un 10% el colesterol en la sangre. También el almidón resiste del frijol puede ejercer el mismo efecto que la fibra. Por otra parte, la fermentación en el colon de la fibra soluble y el almidón resistente que generan ácidos grasos de cadena corta, provoca la disminución de la síntesis hepática del colesterol.

Los inhibidores de tripsina confieren protección contra rotavirus, inhiben las carcinogénesis y pueden ser utilizados como agentes quimiprotectores, es decir, para proteger al organismo contra efectos secundarios de tratamientos de ciertas enfermedades.

Estructuras de fitoquímicos 
importantes del
frijol: (a) ácido fítico, 
(b) taninos (ácido gálico).

Por otro lado las lectinas del frijol disminuyen el crecimiento de linfomas no-Hodgking (cáncer del tejido linfoide, que abarca los ganglios linfáticos, el bazo y otros órganos del sistema inmunitario) y pueden utilizarse como marcadores de tumores al identificar células que se encuentran en las primeras etapas de diferenciación a células cancerosas.

Respecto al ácido fítico se ha demostrado que reduce el riesgo de contraer cáncer, principalmente del colon y de seno, probablemente por su poder antioxidante. Por su parte los taninos, sustancias muy astringentes y de sabor amargo, que perteneces a la familia de los polifenoles, funcionan como antioxidantes, anticancerígenos y antimutágenos efectivos.

De las principales sustancias químicas que interfieren con el aprovechamiento de los nutrientes del frijol destacan los inhibidores de tripsina, los taninos, las lectinas y el ácido fítico.

Los inhibidores de tripsina son considerados comúnmente como inhibidores proteolíticos y pueden provocar retardo en el crecimiento e hipertrofia pancreática. En general el retardo de crecimiento por el consumo de leguminosas con inhibidores de tripsina ocurre porque diversos mecanismos biológicos que impiden la incorporación de iodo a la glándula tiroides, interfieren en la síntesis de la tirosina o bloquean la incorporación del iodo, estimulando la secreción de tirotrofina, y terminan en la hiperplasia o agrandamiento de la glándula tiroides. La hiperplasia glandular se explica ya que al ser inhibida parte de la tripsina (elaborada por el páncreas e indispensable en la digestión de proteínas) el organismo, exige a la glándula una mayor producción, con el consiguiente agrandamiento de la misma.

Respecto a los taninos, además de disminuir la digestibilidad de proteínas, limitan la biodisponibilidad de minerales como el hierro y cinc, mientras que el ácido fítico también afecta la asimilación del cinc: Por otra parte, las lectinas son proteínas que inducen el crecimiento del páncreas en ratas y producen ulceración y necrosis en el intestino.

Otra familia de componentes que se consideran indeseables en el frijol son ciertos oligosacáridos como la rafinosa, estaquiosa y verbascosa, los cuales no son hidrolizados en la primera etapa de la digestión y terminan fermentados en ácidos grados de cadena corta y gas en el colon, lo que provoca problemas de flatulencia.


TOXICIDAD Y EFECTOS SECUNDARIOS. A altas dosis de extractos de vainas: diarreas, gases, nauseas, vómitos y gastralgias. Se ha observado distensión cecal (por gases) junto con aumento del peso del páncreas y retraso del crecimiento.
(En gran medida se ha tomado de:
Fitoterapia en Farmacia. Colegio de farmacéuticos de Vizcaya.

http://www.saludybuenosalimentos.es /alimentos/index.php?s1=Legumbres&s2=Verdes&s3=Jud%EDa
y de: 
El frijol (Phaseolus vulgaris): su importancia nutricional
y como fuente de fitoquímicos
Dr. José Armando Ulloa1, M. en C. Petra Rosas Ulloa, Dr.
José Carmen Ramírez Ramírez, IBQ. Blanca Estela Ulloa Rangel.

miércoles, 24 de julio de 2013

¿QUÉ ES LA SOMBRA?

¿QUÉ ES LA SOMBRA?

Cada uno de nosotros proyecta una sombra tanto más oscura y compacta cuanto menos encarnada se halle en nuestra vida consciente. Esta sombra constituye, a todos los efectos, un impedimento inconsciente que malogra nuestras mejores intenciones.
C. G. JUNG
Pero hay un misterio que no comprendo: Sin ese impulso de otredad -diría incluso que de maldad- sin esa terrible energía que se oculta detrás de la salud, la sensatez y el sentido, nada funciona ni puede funcionar. Te digo que la bondad -lo que nuestro Yo vigílico cotidiano denomina bondad- lo normal, lo decente, no son nada sin ese poder oculto que mana ininterrumpidamente de nuestro lado más sombrío.
DORIS LEASING
Yo creo que la sombra del hombre radica en su propia vanidad.
FRIEDRICH NIETZSCHE
Esta cosa oscura que reconozco mía.
WILLIAM SHAKESPEARE

INTRODUCCIÓN

Todo lo que posee substancia posee también una sombra. El ego se yergue ante la sombra como la luz ante la oscuridad. Por más que queramos negarlo somos imperfectos y quizás sea precisamente la sombra -las cualidades que no aceptamos de nosotros mismos, como la agresividad, la vergüenza, la culpa y el sufrimiento, por ejemplo - la que nos permita acceder a nuestra propia humanidad.
Utilizamos todo tipo de metáforas para referirnos al encuentro directo con nuestro aspecto más oscuro -descubrir nuestros demonios, luchar con el diablo, descender al mundo subterráneo, noche oscura del alma, crisis de la mediana edad, etcétera-, ese aspecto tenebroso al que denominamos de muy diversas maneras -Yo enajenado, Yo inferior, gemelo o hermano oscuro (en los escritos bíblicos y mitológicos), doble, Yo reprimido, alter ego, id, etcétera.
¿Pero somos nosotros los que poseemos una sombra o acaso es la sombra la que nos posee a nosotros? Carl G. Jung formuló esta misma pregunta como una adivinanza cuando dijo: «¿Cómo puedes encontrar a un león que te ha devorado?» La sombra es, por definición, inconsciente y, por consiguiente, no siempre es posible saber si estamos o no sometidos al dominio de alguno de los contenidos de nuestra sombra.
Según Jung, todo ser humano conoce intuitivamente el significado de los términos sombra, personalidad inferior y alter ego. «Y si lo ha olvidado» -agregaba bromeando sobre el hombre normal- «ahí están las homilías, su esposa o el recaudador de impuestos para recordárselo».
Para poder descubrir a la sombra en nuestra vida cotidiana, para poder aceptarla y poner así fin al control compulsivo que suele ejercer sobre nosotros, es necesario, antes que nada, tener un conocimiento global sobre el fenómeno. El concepto de sombra se deriva de los hallazgos de Sigmund Freud y Carl G. Jung. Este último se refirió a los descubrimientos de su predecesor como el análisis más profundo y minucioso del abismo existente entre los aspectos luminosos y oscuros de la naturaleza humana. Según Liliane Frey-Rohn, colega y discípula de Jung, «en 1912 -todavía bajo la influencia de las teorías de Freud - Jung utilizó el término "lado oscuro del psiquismo" para referirse a los "deseos no reconocidos" y a los "aspectos reprimidos de la personalidad"».
En su ensayo "Sobre la Psicología del Inconsciente", publicado en 1917, Jung se refirió a la sombra personal como el otro en nosotros; la personalidad inconsciente de nuestro mismo sexo; lo inferior y censurable; ese otro yo que nos llena de embarazo y de vergüenza: «Entiendo por sombra el aspecto "negativo" de la personalidad, la suma de todas aquellas cualidades desagradables que desearíamos ocultar, las funciones insuficientemente desarrolladas y el contenido del inconsciente personal».
La sombra sólo es negativa desde el punto de vista de la conciencia. No se trata -como insistía Freud- de algo inmoral e incompatible con nuestra personalidad consciente sino que, por el contrario, contiene cualidades que poseen potencialmente una extraordinaria trascendencia moral. Esto resulta particularmente cierto -decía Frey-Rohn- cuando contiene cualidades que la sociedad valora positivamente pero que el individuo considera como algo inferior.
La sombra de Jung es parecida a lo que Freud denominaba «lo reprimido» pero se diferencia de ello en que constituye una especie de subpersonalidad que posee -como ocurre con la personalidad autónoma superior- sus propios contenidos (sean pensamientos, ideas, imágenes o juicios de valor autónomos).
En 1945 Jung definió a la sombra como lo que una persona no desea ser. «Uno no se ilumina imaginando figuras de luz -afirmó- sino haciendo consciente la oscuridad, un procedimiento, no obstante, trabajoso y, por tanto, impopular». Hoy en día la sombra se refiere a aquella parte del psiquismo inconsciente contiguo a la conciencia aunque no necesariamente aceptado por ella. De este modo, la personalidad de la sombra, opuesta a nuestras actitudes y decisiones conscientes, representa una instancia psicológica negada que mantenemos aislada en el inconsciente donde termina configurando una especie de personalidad disidente. Desde este punto de vista la sombra es pues una especie de compensación a la identificación unilateral de nuestra mente consciente con aquello que le resulta aceptable.
Para Jung y sus seguidores la psicoterapia constituye un ritual de renovación que nos permite acercar e integrar en la conciencia la personalidad de la sombra, reducir su potencial inhibidor o destructor y liberar la energía positiva de la vida que se halla atrapada en ella. A lo largo de su dilatada y prominente carrera Jung se ocupó también de los problemas de la destructividad personal y de la maldad colectiva. Sus investigaciones terminaron demostrando que el hecho de afrontar la sombra y el mal es, en última instancia, un «secreto individual» equiparable al de experimentar a Dios, una experiencia tan poderosa que puede transformar completamente la vida de una persona.
Según el erudito junguiano Andrew Samuels, Jung trató de dar respuesta a las desconcertantes preguntas que nos preocupan y dedicó su vida a encontrar «una explicación convincente no sólo de la antipatía personal sino también de los prejuicios y persecuciones crueles que asolan nuestro tiempo». Jung se consideraba a sí mismo como un explorador que concibió nuevas formas de conceptualizar los problemas psicológicos, filosóficos, espirituales y religiosos que aquejan al ser humano. En su opinión, su obra está dirigida a quienes buscan el sentido de la vida pero no hallan respuesta en los cauces que les ofrece la fe y la religión tradicional. En Psicología y Religión, publicado en 1937, Jung dice: «Probablemente lo único que nos reste por hacer hoy en día es una aproximación psicológica. Es por ello que mi tarea es la de recoger las formas de pensamiento que han quedado históricamente cristalizadas, disolverlas nuevamente y terminar vertiéndolas en los moldes de la experiencia inmediata».
Robert A. Johnson -un famoso autor y conferenciante cuyos escritos pertenecen a la tercera generación de ideas junguianas - afirma que la principal contribución de Jung consiste en el desarrollo de un punto de vista excepcional sobre la conciencia humana. «Jung expuso un modelo del inconsciente de tal trascendencia que el mundo occidental todavía no ha alcanzado a vislumbrar todas sus implicaciones».
Es muy posible que el mayor logro de Jung fuera el de desvelar que el inconsciente constituye la fuente creativa de la que procedemos todos los individuos. De hecho, nuestra mente y nuestra personalidad consciente se desarrolla y madura a partir de la materia prima aportada por el inconsciente en relación interactiva con las experiencias que nos proporciona la vida.
Jung definió a la sombra -junto al Yo (el centro psicológico del ser humano) y al anima y al animus (las imágenes ideales internalizadas del sexo opuesto, la imagen del alma en cada persona)- como uno de los principales arquetipos del inconsciente colectivo. Los arquetipos son las estructuras innatas y heredadas -las huellas dactilares psicológicas, podríamos decir- del inconsciente que compartimos con todos los seres humanos y terminan prefigurando nuestras características, nuestras cualidades y nuestros rasgos personales. Los arquetipos constituyen, pues, las fuerzas psíquicas dinámicas del psiquismo humano. Según el Critical Dictionary of Junguian Analysis: «los dioses son metáforas de conductas arquetípicas y los mitos son actualizaciones de los arquetipos». El proceso del análisis junguiano implica la creciente toma de conciencia de la dimensión arquetípica de nuestra existencia.
Para introducir y definir a la sombra personal hemos elegido los escritos de varios destacados autores junguianos que exponen el tema con la suficiente claridad como para poder utilizarla como técnica terapéutica y como herramienta de crecimiento personal. De este modo, los colaboradores que participan en esta primera parte contribuyen a que tomemos conciencia de la presencia de la sombra en nuestra vida cotidiana. En otras secciones del libro ampliaremos el concepto de sombra y pasaremos de su expresión personal a manifestaciones colectivas tales como el prejuicio, la guerra y la maldad.
El poeta Robert Bly abre esta sección con un extracto de A Little Book on the Human Shadow en el que nos narra en primera persona la historia de la sombra. A medida que crecemos - dice Bly- el Yo enajenado se convierte en un «un saco que todos arrastramos», un saco que contiene aquellos aspectos inaceptables de nosotros mismos. Bly también señala la relación existente entre el saco personal y otros tipos de bolsa (como el colectivo, por ejemplo).
En mi opinión esta es una afirmación válida tan sólo en el caso de que las personas fueran completamente ignorantes del inconsciente en la vida cotidiana. Pero cuando comenzamos a darnos cuenta de ciertos aspectos de nuestra personalidad inconsciente la sombra asume una forma personal identificable que inicia el proceso de trabajo, un proceso que concluye con la toma de conciencia profunda de nuestra propia identidad. Según el analista Erich Neumann: «El Yo descansa oculto en la sombra, ella es quien custodia la puerta, el guardián del umbral. Así pues sólo podremos llegar a recuperar completamente nuestro Yo y alcanzar la totalidad reconciliándonos con la sombra y emprendiendo el camino que se halla detrás de ella, detrás de su sombría apariencia».


EL GRAN SACO QUE TODOS ARRASTRAMOS
Robert Bly

Conocido ensayista, traductor y poeta que ha recibido el Premio Nacional de Poesía por su libro The Light Around the Body. Entre sus numerosas obras cabe destacar: Loving a Woman in Two Worlds; News of the Universe: Poems of Twofold Conciousness; A Little Book on the Human Shadow y Iron John: A Book About of Men. Afincado en Minnesota, Bly suele escribir sobre mitología masculina y dirige seminarios para hombres a lo largo y ancho de todo el país.
La antigua tradición gnóstica afirma que nosotros no inventamos las cosas sino que simplemente las recordamos. En mi opinión, los investigadores europeos más relevantes del lado oscuro son Robert Louis Stevenson, Joseph Conrad y Carl G. Jung, de modo que recurriré a algunas de sus ideas y las sazonaré con otras procedentes de mi propia cosecha.
Comencemos hablando de la sombra personal. A los dos o tres años de edad todo nuestro psiquismo irradia energía y disponemos de lo que bien podríamos denominar una personalidad de 360°. Un niño corriendo, por ejemplo, es una esfera pletórica de energía. Un buen día, sin embargo, escuchamos a nuestros padres decir cosas tales como: « ¿Puedes estarte quieto de una vez?» o «¡Deja de fastidiar a tu hermano!» y descubrimos atónitos que les molestan ciertos aspectos de nuestra personalidad. Entonces, para seguir siendo merecedores de su amor comenzamos a arrojar todas aquellas facetas de nuestra personalidad que les desagradan en un saco invisible que todos llevamos con nosotros. Cuando comenzamos a ir a la escuela ese fardo ya es considerablemente grande. Entonces llegan los maestros y nos dicen: «Los niños buenos no se enfadan por esas pequeñeces» de modo que amordazamos también nuestra ira y la echamos en el saco. Recuerdo que cuando mi hermano y yo teníamos doce años vivíamos en Madison, Minnesota, donde se nos conocía con el apodo de «los bondadosos Bly», un epíteto que revela muy claramente lo abarrotados que se hallaban nuestros sacos.
En la escuela secundaria nuestro lastre sigue creciendo. La paranoia que sienten los adolescentes respecto de los adultos es inexacta pues ahora ya no son sólo estos últimos quienes nos oprimen sino también nuestros mismos compañeros. Recuerdo que durante mi estancia en el instituto me dediqué a intentar emular a los jugadores de baloncesto y todo lo que no coincidía con esa imagen ideal iba a parar al saco. En la actualidad mis hijos están atravesando este proceso y ya he visto a mis hijas, algo mayores, pasar por él. Resulta desalentador percatarse de la extraordinaria cantidad de cosas que van echando en su saco pero ni su madre ni yo podemos hacer nada para evitarlo. Mis hijas, por ejemplo, sufren tantos agravios de sus compañeras como de sus compañeros y sus decisiones parecen estar dictadas por la moda o por ciertas imágenes colectivas sobre la belleza.
Somos una esfera de energía que va menguando con el correr del tiempo y al llegar los veinte años no queda de ella más que una magra rebanada. Imaginemos a un hombre de unos veinticuatro años cuya esfera ha enflaquecido hasta el punto de convertirse en una escuálida loncha de energía (el resto está en la bolsa). Ese par de lonchas -que ni siquiera juntas llegan a constituir una persona completa- se unen en una ceremonia denominada matrimonio. No es de extrañar, por tanto, que la luna de miel suponga el descubrimiento de nuestra propia soledad. A pesar de ello, mentimos al respecto y cuando nos preguntan «¿Qué tal ha ido la luna de miel!» no dudamos en responder automáticamente «¡Extraordinaria! »
Cada cultura llena su saco con contenidos diferentes. El cristianismo, por ejemplo, suele despojarse de la sexualidad pero con ello también termina arrojando necesariamente al saco la espontaneidad. Marie-Louise von Franz nos advierte del peligro que implica la creencia romántica de que el bulto que arrastran los individuos de culturas primitivas es más ligero que el nuestro. Pero en su opinión esta conclusión es errónea porque los sacos de todos los seres humanos tienen aproximadamente las mismas dimensiones. Ese tipo de culturas, por ejemplo, echa en el saco la individualidad y la creatividad. La participation mystique o la «misteriosa mente grupal» de la que hablan los antropólogos quizás pueda parecernos fascinante desde cierto punto de vista pero no debemos olvidar que en ese estadio evolutivo cada uno de los miembros de la tribu sabe exactamente lo mismo que cualquiera de sus semejantes.
Al parecer, pasamos los primeros veinte años de nuestra vida decidiendo qué partes de nosotros mismos debemos meter en el saco y el resto lo ocupamos tratando de vaciarlo. En ocasiones, sin embargo, este intento parece infructuoso porque el saco parece que estuviera cerrado herméticamente. Hay un relato del siglo XIX que trata precisamente de este tema. Cierta noche, Robert Louis Stevenson despertó sobresaltado y le contó a su mujer el sueño que acababa de tener. Ella le instó a escribirlo y de ahí salió El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En una cultura que se guía por modelos ideales como la nuestra, el lado amable de nuestra personalidad tiende a hacerse cada vez más amable y a anular otros aspectos. Imaginemos, por ejemplo, a un hombre occidental, un generoso doctor ocupado exclusivamente en el bienestar de los demás. No hay nada desdeñable en esa actitud, por lo demás, moral y éticamente admirable. El cuento de Stevenson nos enseña, pues, a no negar la existencia del contenido del saco porque éste va desarrollando su propia personalidad paralela y cualquier día puede aparecer ante nuestros ojos como si se tratara de otra persona. Si arrojamos al saco la cólera, por ejemplo, es muy probable que el día me nos pensado se manifieste ante nosotros asumiendo la figura y los movimientos de un simio.
Todo lo que echamos en esa bolsa regresa e involuciona hacia estadios previos del desarrollo. Supongamos que un joven cierra el saco a los veinte años de edad y no vuelve a abrirlo hasta quince o veinte años más tarde. ¿Qué es lo que ocurrirá entonces cuando abra nuevamente el saco? Lamentablemente, la sexualidad, la violencia, la agresividad, la ira o la libertad que había arrojado al saco habrán sufrido un proceso de regresión y cuando aparezcan de nuevo no sólo asumirán un aspecto rudimentario sino que también mostrarán una manifiesta hostilidad. Es normal que quien abra el saco a los cuarenta y cinco años de edad se atemorice como lo haría quien vislumbrara la amenazadora sombra de un gorila recortándose contra el muro de un oscuro callejón.
La mayor parte de los hombres de nuestra cultura echan en el saco las facetas femeninas de su personalidad. No resulta extraño, pues, que cuando a los treinta y cinco o cuarenta años de edad intentan restablecer el contacto con su mujer interior descubran que ésta se ha tornado hostil. A su vez, ese mismo hombre percibirá una gran hostilidad procedente de las mujeres con quienes tropiece en su vida cotidiana. En el dominio de lo psicológico existe una regla fundamental: como adentro es afuera. Si una mujer, por ejemplo, desea ser valorada por su feminidad y arroja al saco los aspectos masculinos de su personalidad es muy posible que con el transcurrir de los años descubra una fuerte aversión hacia los hombres y que sus críticas hacia ellos se tornen ásperas e inflexibles. Así, aunque conviva con un hombre hostil que le proporcione una cierta justificación para expresar su hostilidad, una válvula de escape para aliviar su presión, se encontrará no obstante en apuros porque eso no la ayudará a resolver el problema de su propio saco. Mientras esa situación perdure se hallará atrapada en un doble rechazo que origina mucho sufrimiento y se manifiesta tanto en el rechazo hacia sus propios aspectos masculinos como en el rechazo hacia los hombres que encuentre en el exterior.
Así pues, cuando nos negamos a aceptar una parte de nuestra personalidad ésta termina tornándose hostil. Casi podríamos afirmar que es como si se alejara y organizara un motín en contra de nosotros. La poesía de Shakespeare es especialmente sensible al riesgo de este tipo de revueltas internas y gran parte de los problemas que abruman a los reyes de sus obras se refiere a este tema. Hotspur «en Gales» se rebela contra el Rey ya que el rey que ocupa un papel prominente y central se halla siempre expuesto al peligro.
Cuando hace unos pocos años visité Bali me di cuenta de que la antigua cultura hindú estaba operando a través de la mitología para hacer aflorar los contenidos de la sombra a la luz de la vida cotidiana. Las ceremonias religiosas que se celebran en sus templos, por ejemplo, -en los que a diario se representan episodios del Ramayana- están impregnadas de elementos terroríficos. Casi todos los hogares balineses están custodiados por una figura dentuda de aspecto feroz, agresivo y hostil, esculpida en piedra que no parece tener la menor intención de hacer el bien. Visité a un artesano que fabricaba máscaras y descubrí que su hijo, de nueve o diez años de edad, estaba sentado en el zaguán cincelando una escultura de aspecto colérico y agresivo. En este caso el ideal no es tanto actualizar la agresividad -como sucede en el fútbol o los toros, por ejemplo- como sublimarla artísticamente. Los balineses pueden ser violentos y brutales en el combate pero en la vida cotidiana son mucho más pacíficos que nosotros. En el sur de los Estados Unidos existe la costumbre de colocar figuras de hierro de pequeños hombrecillos benefactores negros en el césped y nosotros hacemos lo mismo en el norte con ciervos de aspecto manso. Empapelamos nuestras paredes con papeles pintados estampados con rosas, Renoirs sobre el sofá y la música de John Denver en el estéreo. Esto, sin embargo, no evita que la agresividad termine escapando del saco y agreda a cualquiera que se ponga a tiro.
Dejemos de lado ahora estas diferencias entre la cultura balinesa y la norteamericana y centrémonos en la analogía que nos proporciona un proyector de cine. Supongamos que miniaturizamos ciertas partes de nosotros mismos, las laminamos, las metemos en una lata y las guardamos en la oscuridad. Luego cierta noche -siempre de noche- mientras vamos conduciendo descubrimos la imagen de un hombre y de una mujer en una enorme pantalla de cine al aire libre. La figura es tan grande que no podemos apartar los ojos de ella y decidimos aparcar y contemplar el espectáculo. De esta manera, mientras las imágenes permanecen recluidas en la oscuridad de una lata y no son más que figuras impresas en una delgada película tienen una leve y macilenta existencia diurna pero cuando se prende cierta luz detrás de nuestras cabezas aparecen en la pantalla unas figuras de aspecto fantasmal que encienden cigarrillos y desenfundan amenazadoramente sus pistolas. Se trata de figuras doblemente ocultas ya que no han tenido la oportunidad de «desarrollarse» plenamente y han permanecido ocultas en la oscuridad de una lata. Nuestros psiquismos son proyectores naturales y cuando se activan de la manera adecuada se despliega en el exterior la imagen que durante tantos años habíamos guardado en la oscuridad. De este modo, por ejemplo, la ira que hemos almacenado durante veinte años puede terminar revelándose el día menos pensado en el rostro de la esposa, una mujer puede descubrir cada noche a un héroe en su marido o, como sucede con Nora en Casa de Muñecas, darse cuenta súbitamente de que su esposo es un tirano.
Hace poco encontré mis antiguos diarios y elegí uno al azar fechado en 1956. Recuerdo que durante ese año estuve tratando de escribir un poema sobre la figura del hombre de negocios y también recuerdo que la historia del rey Midas andaba rondando por mi cabeza. En mi poema decía que al hombre de negocios le ocurre lo que a Midas -que transforma en dinero todo lo que toca- y que a ello se debe, en cierto modo, su avidez. Recordé a los hombres de negocios que conocía y el tiempo que pasé criticándoles. Pero a medida que leía descubrí conmocionado que todo aquello no era más que una proyección de mi propia película. En aquel tiempo apenas si podía comer. Cualquier alimento que me ofreciera un amigo, una mujer o un niño, se convertía en metal al entrar en contacto como mi boca.
¿Es clara la imagen? Nadie puede comer o beber metal. Midas era pues una buena imagen de lo que me estaba ocurriendo. Pero mi Midas interior estaba enrollado en una lata y, por ello, cada noche quedaba fascinado por los insensatos y perversos hombres de negocios que aparecían en la pantalla grande.
Un par de años después escribí un libro, que nadie quiso publicar, titulado Poems for the Ascension of
J. P. Morgan, en el que cada uno de los poemas dedicados a los hombres de negocios iba acompañado de un anuncio sacado de algún periódico o alguna revista. Casi todo el libro era una proyección. Veamos un poema, titulado «Inquietud», escrito en aquella época:

Una extraña desazón conmueve las naciones.
Es la última danza, la furiosa agitación del mar de Morgan.
El reparto del botín,
Una lasitud que penetra en los diamantes del cuerpo.
La rebelión se inicia en la secundaria,
Y, cuando la lucha finaliza,
Y la tierra y el mar han sido desolados
El niño se halla medio muerto.
Entonces dos figuras salen y se alejan de nosotros.
Pero el simio silba sobre la costa de la muerte
Trepando y descendiendo, removiendo nueces y piedras,
Brincando en el árbol
Cuyas ramas sostienen la expansión del frío.
Los planetas giran, y lo mismo hace el negro sol,
El canto de los insectos y los diminutos esclavos
Encerrados en las prisiones de su corteza.
¡Carlomagno, nos estamos aproximando a tus islas!
Luego, retornamos a los árboles nevados, Y la profunda oscuridad
Queda sepultada bajo la nieve
Sobre la que cabalgas toda la noche Con las manos entumecidas. Cae la oscuridad
En la que dormimos y nos despertamos,
Una oscuridad en la que tiritan los ladrones
Y los locos hambrientos de nieve,
una oscuridad donde los banqueros tienen pesadillas
En las que son sepultados bajo rocas de azabache
Y los empresarios permanecen arrodillados
en el calabozo de sus sueños.

Hace aproximadamente cinco años volví a pensar en ese poema. ¿Por qué había elegido a los banqueros y a los hombres de negocios? ¿Con qué otra palabra definiría a un «banquero»?
«Alguien que tiene gran capacidad organizadora.» Pero yo soy un buen organizador. ¿Y cómo definiría a un «empresario»? «Alguien con el rostro tenso.» Entonces fue cuando reconocí mi imagen en el espejo del poema. Veamos cómo quedó ese pasaje después de haberlo reelaborado:

...Una oscuridad en la que tiritan los ladrones
Y los locos hambrientos de nieve.

En la que los buenos organizadores huyen de su pesadilla de quedar sepultados bajo rocas de azabache Y los hombres de rostro tenso como yo permanecen Arrodillados en los calabozos de sus sueños. Ahora, cuando en una fiesta alguien me dice -como pidiendo disculpas - que es agente de bolsa me siento de otra manera y me digo «Mira, algo interno está activándose en mí» y siento deseos de abrazarle.
Pero la proyección -como señala sabiamente Marie -Louise von Franz en algún lugar- también constituye un mecanismo extraordinario. « ¿Por qué tendemos a valorar negativamente la proyección?» -pregunta- «Entre los junguianos decirle a alguien "estás proyectando" se ha convertido en una acusación. Pero hay proyecciones que son útiles e incluso adecuadas».
Yo sabía que me estaba matando a mí mismo pero ese conocimiento no podía pasar directamente del saco a la mente consciente sino que debía atravesar primero el mundo. Por ello me decía: « ¡Qué malvados son los hombres de negocios!». Marie -Louise von Franz nos recuerda que si no podemos proyectar tampoco podemos conectar con el mundo. En ocasiones las mujeres se quejan que los hombres suelan proyectar sus aspectos femeninos ideales sobre una mujer. Pero si no lo hicieran ¿cómo podría abandonar la casa ma terna o su habitación de estudiante? El problema no radica tanto en el hecho de proyectar sino en el tiempo que permanecemos proyectando.
Sin embargo, la proyección sin contacto personal es peligrosa. Miles, e incluso diría que millones de varones norteamericanos, proyectaron sus aspectos femeninos internos sobre la figura de Marilyn Monroe. Pero cuando un millón de personas se comportan de ese modo es muy probable que la persona que es objeto de la proyección termine muriendo, como realmente ocurrió en este caso ya que las proyecciones sin contacto personal pueden causar mucho daño a la persona que las recibe.
También podríamos decir que el mismo deseo de poder de Marilyn Monroe -originado en algún trauma infantil- atraía esas proyecciones. Con la aparición de los medios de comunicación de masas el proceso de proyección e invocación directo, tan sutil en las culturas tribales, deja de funcionar. Es por ello que la muerte de Marilyn Monroe fue inevitable y, quizás incluso, hasta beneficiosa para la economía de su psiquismo. Ningún ser humano puede soportar tantas proyecciones -es decir, tanta inconsciencia - y seguir vivo. Por ello resulta tan extraordinariamente importante que cada uno de nosotros asuma su propia responsabilidad.
Pero ¿por qué debemos desprendernos de partes de nosotros mismos? ¿Por qué lo echamos en el saco? ¿Por qué ocurre ese proceso siendo tan jóvenes? ¿Cómo podemos sobrevivir despojados de nuestra ira, nuestra espontaneidad, nuestros deseos, nuestros anhelos, nuestras facetas más belicosas y desagradables? ¿Qué es lo que nos mantiene integrados? Es tos son los temas de los que habla Alice Miller en su ensayo El Drama del Niño Dotado, incluido en su libro Prisoners of Childhood.
El primer acto de este drama comienza cuando llegamos al mundo procedentes de los rincones más alejados del universo «arrastrando nubes de gloria», portando con nosotros las tendencias que hemos heredado de nuestro legado mamífero, la espontaneidad de 150.000 años de vida vegetal, la rabia de 5.000 años de vida tribal -en suma, con una personalidad de 360°- y se lo ofrecemos a nuestros padres. Pero nuestros padres sólo quieren un niño o una niña buena y no aceptan de buen grado nuestro obsequio. Eso no significa, sin embargo, que nuestros padres sean malos sino tan sólo que nos necesitan para algo. Mi madre, por ejemplo, pertenecía a la segunda generación de inmigrantes y nos necesitaba para que su familia fuera aceptada con más facilidad. Y lo mismo hacemos nosotros con nuestros hijos ya que esta dinámica forma parte de la vida en el planeta. Nuestros padres nos repudiaron antes incluso de que supiéramos hablar, de modo que todo el dolor de ese rechazo probablemente permanezca almacenado en algún depósito preverbal. Cuando leí el libro de Alice Miller caí en una profunda depresión que duró unas tres semanas.
Pero volvamos a nuestro drama. A partir de ese momento nos dedicamos a fabricar una personalidad que resulte más aceptable para nuestros padres. Alice Miller dice que nos hemos traicionado a nosotros mismos pero agrega que «no debemos culparnos por ello ya que tampoco hubiéramos podido hacer otra cosa». Es muy probable que en la antigüedad los niños que se opusieran a sus padres fueran abandonados a su suerte. Dadas las circunstancias hacemos lo único sensato que podemos hacer.
Según la Miller la actitud más adecuada ante ese suicidio parcial es el duelo.
Hablemos ahora de los diferentes tipos de saco. Cuantas más cosas echamos en nuestro saco personal, cuanto más repleto se halla, menor es la energía de la que disponemos. Ciertamente hay personas que tienen más energía que otras pero todos poseemos más energía de que la que normalmente podemos utilizar. Si en la infancia arrojamos la sexualidad en el saco o si una mujer se despoja de su masculinidad y la arroja en el saco desperdicia con ello una gran cantidad de energía. Es razonable, pues, suponer que nuestro saco contiene gran cantidad de energía inaccesible. Si, por ejemplo, consideramos que no somos creativos es porque hemos arrojado toda nuestra creatividad al saco. ¿Qué significa, pues, decir «Yo no soy creativo» o «Dejemos que lo hagan los expertos»? Cuando la audiencia reclama a un poeta -o a un asesino a sueldo- para llevarlo al paredón, cada uno de los presentes debería dedicarse a escribir sus propios poemas.
Todos nosotros arrastramos nuestro propio saco personal pero cada pueblo, cada grupo humano, arrastra también su propio saco. Durante muchos, muchos años viví en una pequeña granja de un pueblo de Minnesota y es muy probable que los habitantes de ese pueblo arrojaran a su saco objetos muy distintos a los que echa la gente de cualquier pueblecito de la costa griega. Es como si el colectivo tomara la decisión grupas de despojarse de ciertas energías y tratara de entorpecer cualquiera intento de sacarla del saco.
De este modo las comunidades humanas interfieren con nuestro proceso personal y, en este sentido, bien podemos decir que resulta más comprometido vivir en sociedad que permanecer aislado en la naturaleza. Por otra parte, los odios feroces que en ocasiones se desatan en las pequeñas comunidades humanas pueden facilitar la toma de conciencia del proceso de la proyección. La comunidad junguiana no es una excepción a este respecto y, como todo grupo humano, tiene también su propio saco y suele recomendar a sus miembros que arrojen en él la vulgaridad y el interés económico del mismo modo que la comunidad freudiana suele aconsejarles que se despojen de su vida religiosa. Existe también un saco nacional y el nuestro es particularmente grande. Rusia y China tienen defectos evidentes para nosotros pero si a un ciudadano norteamericano le interesa conocer el contenido de su saco nacional en un determinado momento no tiene más que escuchar cualquier crítica oficial del Departamento de Estado sobre la Unión Soviética. Según Reagan, nosotros somos honrados pero los demás países soportan dictaduras ininterrumpidas, tratan brutalmente a las minorías, lavan el cerebro de sus jóvenes y quebrantan los acuerdos. Los rusos, por su parte, pueden descubrir su propio saco nacional leyendo cualquier artículo de Pravda sobre los Estados Unidos. Estamos hablando de un entramado de sombras, de un patrón de interferencias entre sombras proyectadas desde ambos lados que confluyen en algún lugar del espacio. Soy consciente de que con esta metáfora no estoy diciendo nada nuevo sino que tan sólo pretendo señalar claramente la distinción existente entre la sombra personal, la sombra comunitaria y la sombra nacional.

En este artículo he empleado las metáforas del saco, la película enlatada y la proyección. Pero dado que nuestro saco está cerrado y las imágenes permanecen ocultas en la oscuridad sólo podemos percatarnos de su contenido proyectándolo inocentemente -por así decirlo- sobre el mundo. Entonces es cuando las arañas son malignas, las serpientes astutas y los machos cabríos lascivos; entonces los seres humanos son unidimensionales, las mujeres son débiles, los rusos carecen de principios y los chinos parecen iguales. Pero no olvidemos que es precisamente gracias a este artificio engañoso, complejo, dañino, devastador e inexacto que llegamos a establecer contacto con el lodo y el cuervo encuentra un lugar donde posarse.
Del libro "Encuentro con la sombra".
Recopilación de autores junguianos.

martes, 23 de julio de 2013

Lagunas y misterios del 11 M

LAGUNAS Y MISTERIOS DEL PEOR ATENTADO EN ESPAÑA

11-M: Preguntas sin respuesta

JOSÉ JAVIER ESPARZA

Los “autores intelectuales” de los atentados permanecen desconocidos. La “versión oficial” apuntó a tres personas, pero todas ellas fueron absueltas de ese cargo.

Muertos: 191. Heridos: 1858. Traumatizados y víctimas colaterales: número sin determinar. Estas son todas las certidumbres que a fecha de hoy tiene la sociedad española sobre los atentados del 11 de marzo de 2004, el mayor atentado de la Historia de España y el segundo mayor de Europa. Unos atentados que cambiaron literalmente la vida del país, pero que a fecha de hoy siguen ofreciendo numerosos puntos sin resolver. Demasiadas lagunas. Demasiados misterios.

La versión oficial dice que aquel día, un grupo de terroristas islamistas se organizó para perpetrar diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes en la capital de España, en venganza por la posición del gobierno español sobre la guerra de Irak. Los explosivos habrían sido facilitados por una trama de tráfico ilícito proveniente de la explotación asturiana de Mina Conchita. La matanza fue reivindicada por un grupo islamista mediante un video que se hizo llegar a la cadena Telemadrid. Días después, los autores del atentado eran localizados y sitiados por la policía en un piso de la localidad madrileña de Leganés. Al verse atrapados, los terroristas se volaron con explosivos adheridos a sus cuerpos. En la operación murió también un agente de los GEO de la policía nacional. Fin.

Sin embargo, desde el primer momento surgieron serias dudas sobre esta versión oficial. Y por más que los 'oficialistas' han tratado de desacreditar a los suspicaces aplicándoles el marbete de una insidiosa 'teoría de la conspiración', el hecho es que hoy, nueve años después, las dudas persisten.

¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué?

Para empezar, 

¿quién organizó los atentados? 
¿Quién dio la orden? 
La precisión y complejidad de los ataques requiere un grado de organización muy elaborado. En su momento se dijo que los crímenes habían sido responsabilidad del grupo islamista Al Qaeda. El propio Tribunal Supremo terminaría reconociendo que Al Qaeda estaba exenta y en su lugar apuntaba a un grupo yihadista autónomo.

Del mismo modo, los “autores intelectuales” de los atentados permanecen desconocidos. En su momento la “versión oficial” apuntó a tres personas, pero todas ellas fueron absueltas de ese cargo. Rabei Osman El Sayed El Egipcio, fue absuelto en 2008. Youssef Belhadj, alias Abu Dujanah, supuesto portavoz militar de Al-Qaeda en Europa, voz del vídeo entregado a Telemadrid reivindicando los atentados, el que alquiló el piso de Leganés, fue condenado a 12 años por pertenencia a banda amada, pero nadie pudo probar su participación en los hechos. De Hassan El Haski, supuesto jefe del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, tampoco se pudo probar su participación. Fue condenado a 15 años por pertenencia a banda armada –rebajada a 14 por el Supremo- y extraditado a Marruecos.

Las tres tramas que se dan por demostradas permiten explicar la ejecución de los hechos, pero dejan muchas lagunas abiertas

Las mismas dudas aparecen cuando se repasan las conexiones entre los supuestos autores materiales de los atentados, asunto que nos mete en un verdadero laberinto. Las tres tramas que se dan por demostradas –los “pelanas de Lavapiés”, los islamistas de Leganés y la trama asturiana de Mina Conchita- permiten explicar la ejecución de los hechos, pero dejan muchas lagunas abiertas. 

¿Quién suministró a los terroristas el Titadine, un material que no estaba en la Mina Conchita? 
¿Quiénes montaron las bombas en la casa de Morata de Tajuña? Y hay una última pregunta que tiene que ver con todo lo que pasó después, a saber: 
¿Quiénes manipularon la investigación y a la opinión pública? 

Los trenes se desguazaron inmediatamente, sin analizar
Porque el hecho es que desde el mismo día de los atentados empezaron a suceder cosas extrañas: trenes que desaparecen, pruebas que aparecen de repente, otras pruebas manipuladas, etc.

Todas estas preguntas aparecieron en el juicio por los atentados. Muy pocas de ellas encontraron respuesta. Por eso el 11-M sigue siendo, en buena medida, un caso abierto. Aunque haya mucha gente interesada en cerrarlo. Lo cual, por cierto, también suscita preguntas. Y muy inquietantes.

Preguntas sin respuesta
-¿Por qué se empezó a desguazar los trenes tan sólo 48 horas después de la masacre?
-¿Por qué no se analizaron los restos de los focos de explosión?
-¿Por qué se destruyeron los escenarios del crimen sin analizar la composición de las bombas?
-¿Por qué los perros no detectaron explosivos en la furgoneta Kangoo hallada en Alcalá de Henares, y sin embargo el vehículo, al llegar a las dependencias policiales de Canillas, guardaba detonadores y Goma 2-ECO?
-¿De dónde salió la mochila-bomba encontrada en la comisaría de Vallecas?
-¿Por qué esa mochila tenía metralla y no así las que estallaron?
-¿Por qué se impidió a la policía científica acceder a los cadáveres de los suicidas de Leganés hasta varios días después de su muerte?

EL POLICÍA FALLECIDO EN LA EXPLOSIÓN DE LEGANÉS

El incomprensible caso de Francisco Javier Torronteras


Fue enterrado mucho antes de que se cumplieran las 24 horas de su defunción. No hubo autopsia. Su tumba fue profanada y el cadáver, mutilado.

Uno de los sucesos más extraños de los atentados del 11-M fue la profanación de la tumba del miembro de los GEO de la Policía Francisco Javier Torronteras.

Como se recordará, Torronteras falleció en la explosión que costó la vida a los terroristas refugiados en un piso de Leganés. Su propia muerte llamó la atención porque, en principio, un policía con su experiencia no podía haber cometido lo que a todas luces fue un error de novato. Pero lo más extraño vendría justo después. Torronteras fue enterrado de manera completamente inusual: mucho antes de que se cumplieran las 24 horas de su defunción y, según parece, sin que se le practicara la autopsia. Después, como se sabe, la tumba fue profanada y el cadáver, mutilado, deformado y quemado hasta quedar irreconocible. Incluso se le amputó una mano. La versión oficial de los hechos asegura que a este cadáver quemado y mutilado se le aplicó la prueba del ADN y así se determinó que era Torronteras. Lo que algunos dudan es que el cadáver hallado de tal guisa, tan horriblemente profanado, fuera el mismo que estaba enterrado en el nicho.

¿Quién y por qué?

La pregunta es quién y por qué profanó la tumba. Nadie ha averiguado nada jamás. Se ha hablado de islamistas radicales en busca de venganza, pero sería la primera vez que hacían algo así, y desde luego fue la última. También se habló de simple gamberrismo, pero esta es una acción demasiado aventurada para simples vándalos. El hecho es que quienes profanaron la tumba de aquel valiente policía se tomaron la molestia de dejar el cadáver aún menos reconocible de lo que estaba. Teoría de la conspiración: alguien se llevó el cadáver original y puso en su lugar este otro. Y sin embargo, las pruebas de ADN verificaron que era Torronteras. Bien es cierto que a la opinión pública no trascendió cómo se hizo aquella prueba ni a partir de qué familiares directos.

Lo último que se supo del cadáver de Torronteras fue que se procedió a su incineración. A partir de ahí, este hilo de la densa trama del 11-M quedó literalmente cegado. Lo único que sobrevivió al episodio fue el nombre de un buen policía que murió en acto de servicio. Uno de los héroes del 11-M.


11/03/2013 | Por Cristina de Pedro Martín

Las teorías conspiratorias del 11-M

11-M: Los agujeros negros de la investigación


Nueve años después del mayor atentado terrorista de la historia de España, las heridas cicatrizan lentamente y las ya famosas 'teorías de la conspiración' siguen cobrando fuerza después de que hace unos días aparecieran restos de los trenes del 11-M abandonados a su suerte y sin custodia, en un cobertizo de Madrid. Los atentados, la investigación, las detenciones, el juicio y las condenas no han hecho sino avivar unas hipótesis que lanzan al aire muchas preguntas y pocas respuestas y todas con el telón de fondo del vuelco electoral del 14-M.

¿Por qué todos los testigos coinciden en que en la parte trasera de la furgoneta no había prendas de ropa y, sin embargo, luego aparecieron al llegar al complejo policial de Canillas? 

¿Por qué los informes oficiales dicen que la furgoneta llegó a Canillas a las 15:30, cuando en realidad se trataba de una hora antes? 
¿Por qué la famosa mochila de Vallecas contenía metralla y la autopsia de las víctimas reveló la ausencia de clavos y tornillos? 
¿Por qué la mayor condena se dictó contra Jamal Zougam cuando los únicos testigos fueron 3 ciudadanos rumanos que le vieron en el tren? 
¿Qué pasó realmente cuando los terroristas se inmolaron en Leganés al llegar los GEO? 
¿Por qué en un primer lugar se dijo que el explosivo era Goma-2ECO y más tarde los peritos independientes lo identificaron como titadyn?.

Hay una petición dirigida a: Al Gobierno, al Congreso y a la Audiencia Nacional:
Al Gobierno, al Congreso y a la Audiencia Nacional.: Investigar los Atentados del 11-M.
Petición creada por Gabriel Moris Madrid, España

11-M: Claves de una conspiración
por BRUNO CARDEÑOSA


Estimados amigos: Os informo que en estos mismos días se está distribuyendo en las librerías de toda España mi nuevo libro: 11-M: Claves de una conspiración, editado por Espejo de Tinta. En esta nueva obra, que será muy polémica, desvelo y expongo algunos de los muchos puntos oscuros respecto a los terribles atentados ocurridos en Madrid el pasado 11 de marzo. Del mismo modo que hice con mi anterior trabajo -11-S: Historia de una infamia (Corona Borealis, 6» edición)- la versión oficial de los hechos queda al descubierto tras la investigación que he efectuado. 11-M Claves de una conspiración analiza además de los atentados las oscuras razones que llevaron a España a apoyar a George Bush y denuncia las irregularidades cometidas en las investigaciones efectuadas respecto al Al Qaeda en España. En suma, en mi nuevo trabajo vuelvo a mostrar cómo las autoridades utilizan en su propio beneficio las consecuencias del terrorismo hasta el punto de poder estar detrás de algunas tramas ocultas a este respecto.

Entre otras muchas informaciones, 11-M: Claves de una conspiración ofrece las siguientes revelaciones:
• Las autoridades tenían conocimiento de que se podía producir un atentado en España.
• Estados Unidos ocultó a España referencias exactas sobre quienes iban a provocar la matanza.
• En los días previos al 11-M se produjeron extraños movimientos en la Bolsa española que indicaban que en las altas esferas del poder financiero existía información previa sobre los atentados que iban a cometerse.
• En los meses previos a los atentados, satélites norteamericanos fotografiaron a fruición la estación de Atocha, ¿por qué?
• Tras los atentados de Madrid se escondían intereses petrolíferos.
• Una 'mano negra' guió a la policía para dar con los presuntos culpables de la matanza.
• Las pruebas utilizadas por la policía para detener a los culpables fueron colocadas a modo de 'señuelos'. Alguien delató intencionadamente a los activistas.
• ¿Fue dinamita el explosivo utilizado en la masacre? Aún existen dudas al respecto...
• Informes de expertos presentados en el libro demuestran que la reivindicación que hizo Al Qaeda de los atentados fue una falsificación.
• Las cámaras de seguridad de las estaciones de tren utilizadas por los terroristas no captaron a ninguno de los sospechosos.
• Tras el 11-M, Estados Unidos y Marruecos llegaron a varios acuerdos que beneficiaban a ambos países.
• Los atentados fueron orquestados a modo de operación de inteligencia militar.
• La realidad es que no existen pruebas de peso para acusar a los detenidos por el 11-M. A este respecto, en el seno de la Audiencia Nacional se ha desatado una crisis.
• Apenas 20 minutos después de los atentados, el gobierno español sabía que ETA no estaba detrás de los hechos. Sin embargo, durante un tiempo previo a los hechos se preparó a la población para la explicación que se iba a dar.
• Varios de los acusados eran confidentes de la policía y muchos de ellos estaban vigilados desde hacía años, pero en los días previos a los hechos se les dejó trabajar en su siniestro plan.
• Las explosiones de los trenes fueron controladas a distancia y, posiblemente, disponiendo de una visión en conjunto de la ubicación de los trenes.
• Los cuatro trenes que estallaron viajaban con retraso aquella mañana, ¿por qué? El nivel de puntualidad de esta línea es diariamente del 100 %. Pero ese día, algo extraño estaba ocurriendo.
• La biografía del terrorista que dio la orden del atentado, Al Zarqawi, es en realidad una figura casi mitológica fabricada por Estados Unidos.
• El líder religioso de los supuestos miembros de Al Qaeda en España, Abu Qatada, había llegado a un acuerdo con los servicios secretos británicos para informar sobre sus conexiones con islamistas residentes en España.
• En realidad, Al Qaeda, tal cual nos dicen que es, no existe. En este libro se muestran las pruebas.
• España tuvo una participación decisiva en los preparativos del 11-S en Nueva York y Washington. Sin embargo, se ha demostrado que servicios secretos de Pakistán y Estados Unidos financiaron los viajes de Mohamed Atta a España para preparar los atentados.
• El instructor que enseñó a pilotar a Mohamed Atta asegura que el terrorista no estaba preparado para pilotar aviones.
• En las detenciones de supuestos miembros de Al Qaeda en España se han producido muchas irregularidades. En la mayor parte de los casos, no hay pruebas de ningún tipo contra los acusados. Sin embargo, la Justicia española ha seguido en este caso todas las indicaciones de potencias extranjeras.
• Empresas españolas tienen importantes intereses en la reconstrucción de Irak.
• Los terroristas que supuestamente participaron en la matanza no eran suicidas. Sin embargo, días después de los hechos se inmolaron en una vivienda de Leganés (Madrid). Sin embargo, este libro demuestra que aquella explosión pudo haber sido controlada y que, por tanto, no respondería al intento de suicidio colectivo.



De cómo el atentado de Boston demuestra la farsa del 11-M

16 de Abril de 2013 - 20:19:34 - Luis del Pinohttp://counters.libertaddigital.com/img/none.png?cpn=BLOG12139&type=n&section=SOC_D

Ayer se produjo un execrable ataque terrorista en Boston, donde dos artefactos hicieron explosión coincidiendo con la maratón que se estaba celebrando, matando a 3 personas e hiriendo a casi 200.
Aun se desconoce si se trata de un ataque de un grupo terrorista organizado (nacional o internacional) o si, por el contrario, es obra de un criminal aislado, pero ya están conociéndose los primeros datos sobre la naturaleza de los artefactos.
Según informa hoy el New York Times, las autoridades federales han confirmado a congresistas y senadores americanos que se trataba de dos artefactos caseros, formados por una olla a presión llena de explosivo y de metralla (clavos, rodamientos y perdigones). Es precisamente la existencia de metralla lo que permite deducir que el objetivo era maximizar los daños personales y "provocar una carnicería", según un congresista.
En efecto, muchos de los heridos son por metralla, como confirman las declaraciones del personal sanitario encargado de atender u operar a las víctimas. "Cirujanos que han operado a las víctimas confirman haber visto evidencias que indican que los artefactos estaban llenos de metralla", puede leerse en el The Independent
Aquí pueden ver ustedes un vídeo de CBSNews en el que uno de los doctores explica cómo los heridos presentan numerosísimas heridas secundarias por metralla (además de las heridas directas por la onda expansiva). El doctor explica que hay mucha similitud entre unos fragmentos y otros, que eso apunta a que es metralla que formaba parte de la bomba, que muchos de los fragmentos parecen clavos y que algunos heridos tienen hasta 20, 30 o incluso 40 de tales fragmentos en sus cuerpos. 
Aquí pueden ver ustedes otro vídeo en el que ese cirujano confirma la presencia en los cuerpos de perdigones y clavos.
Es bastante lógico: la metralla se introduce en las bombas PARA causar mayores daños personales y, por tanto, en los heridos y víctimas mortales se encuentra esa metralla de origen terrorista.
En el 11-M, toda la versión oficial se basa en que las bombas de los trenes eran iguales a la famosa mochila de Vallecas, encontrada en una comisaría de Policía 18 horas después de la masacre. La mochila de Vallecas tenía metralla (algo más de medio kilo de clavos y tornillos), lo que quiere decir que, si las bombas de los trenes hubieran sido como ella, hubiera debido forzosamente encontrarse metralla en los cuerpos de las víctimas.
Sin embargo, en NINGUNA de las autopsias de las víctimas del 11-M apareció un solo clavo, tuerca o tornillo, como pueden ustedes comprobar en las declaraciones de la forense encargada de coordinar aquellas autopsias.
Por tanto, las bombas de los trenes no podían llevar metralla, puesto que no se encontró esa metralla en los cuerpos de las víctimas. 
En consecuencia, la conclusión es clara: 
es imposible que las bombas de los trenes fueran como la mochila de Vallecas. Todo el sumario del 11-M se basa en una prueba falsa. Como este atentado de Boston demuestra.