sábado, 23 de febrero de 2013

Salmo 94. Venid, aclamemos al Señor

Venid, aclamemos al Señor, 
demos vítores a la Roca que nos salva; 
entremos a su presencia dándole gracias, 
aclamándolo con cantos. 
Porque el Señor es un Dios grande, 
soberano de todos los dioses: 
tiene en su mano las simas de la tierra, 
son suyas las cumbres de los montes; 
suyo es el mar, porque El lo hizo, 
la tierra firme que modelaron sus manos. 
Entrad, postrémonos por tierra, 
bendiciendo al Señor, creador nuestro. 
Porque El es nuestro Dios, 
y nosotros su pueblo, 
el rebaño que El guía. 
Ojalá escuchéis hoy su voz: 
"No endurezcáis el corazón como en Meribá, 
como el día de Masá en el desierto; 
cuando vuestros padres me pusieron a prueba 
y me tentaron, aunque habían visto mis obras. 
Durante cuarenta años 
aquella generación me asqueó, y dije: 
"Es un pueblo de corazón extraviado, 
que no reconoce mi camino; 
por eso he jurado en mi cólera 
que no entrarán en mi descanso"