martes, 26 de febrero de 2013

Olmo


OLMO en flor

La flor verdosa nace antes que las hojas. Se utiliza la corteza que contiene hasta 3 % de productos tánicos, junto con fitosterina,
flobafeno. 
Por el tanino que contiene la corteza es astringente; considerándose sudorífica. 
Al exterior se usa contra enfermedades de la piel. Astringente (antidiarréico, cicatrizante), demulcente, antiinflamatorio. Diarreas. 
Flor del olmo
En uso tópico: heridas y ulceraciones dérmicas, bucales o corneales, blefaritis, conjuntivitis, parodontopatías, faringitis, dermatitis, eritemas, prurito, vulvovaginitis.
Se utiliza la parte interna de la corteza, blanda y húmeda. Como sudorífico se prepara un cocimiento con medio litro de agua y 0´5 onzas de corteza, que se dejan hervir durante 10 minutos. Se toma una buena taza, endulzada con miel y bien caliente al acostarse. 


Principios activos: Abundantes taninos. Mucílagos de naturaleza urónica. Fitosteroles (colesterol, campestrol, beta-sitosterol, citrostadienol. Lactonas sesquiterpénicas. Oxalato cálcico. 

Contraindicaciones: Dispepsias hipersecretoras: las lactonas sesquiterpénicas y los taninos inducen un aumento en la secreción cloropéptica. Este efecto secundario se puede paliar asociándolo a drogas con mucílagos, como el malvavisco.
Tratamientos con sales de hierro, alcaloides y gelatina, por su abundancia en taninos. Ante la ausencia de datos respecto a la posible interacción con otras medicaciones, se recomienda no administrar simultáneamente con otras drogas.

Elixir floral: Flor de Bach: Elm. Para quien se siente abrumado o agobiado. Para quien toma demasiadas responsabilidades y no es capaz de llevarlas a término. Para el estrés o los dolores agudos, físicos o emocionales. Para personas responsables que han perdido momentáneamente el ánimo en su modo de vida orientado a metas superiores. Abre el tercer y quinto chacra. Alinea el etérico y el emocional.


A un olmo seco 
(De Antonio Machado).


Al olmo viejo, hendido por el rayo 

y en su mitad podrido, 

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido. 
¡El olmo centenario en la colina 
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento. 
No será, cual los álamos cantores 
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores. 
Ejército de hormigas en hilera 
va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas. 
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas en alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.