viernes, 22 de febrero de 2013

Métel



MÉTEL. Datura Métel.


Difiere del Estramonio por sus hojas enteras, por sus flores mucho más grandes. Es una planta netamente escopolamínica. La escopolamina es su alcaloide principal; tanto hojas como semillas contienen de ella alrededor del 0´50 %, generalmente acompañada de pequeñas cantidades de hiosciamina y atropina. Las propiedades y usos son los mismos del estramonio.

Acción farmacológica: La atropina y la hiosciamina tienen un efecto parasimpaticolítico: antiespasmódico, antiasmático, midriático, cardioacelerador (aunque a dosis bajas provoca una bradicardia paradójica), eleva de forma moderada la tensión arterial, por aumento de la resistencia periférica. Disminuye el peristaltismo gastrointestinal. Produce una parálisis de los uréteres. Disminuye la secreción gástrica, pancreática, sudoral y salivar, por ello la intensa sequedad de boca y garganta, la piel se reseca, la cara se hincha y enrojece, con cianosis. Luego hay un período de excitación nerviosa, con temblores, agitaciones, delirios, embriaguez atropínica. La sensibilidad se embota y sobreviene la parálisis. Pulso y respiración se debilitan, se produce pérdida de conocimiento y se entra en coma. La muerte puede llegar en pocas horas. La atropina es broncodilatador (sin embargo no inhibe la producción de broncoespasmos de origen histamínico). Es analgésico local. La escopolamina, alcaloide más abundante en el estramonio, posee acción sedante sobre el sistema nervioso central, considerándose como antiparkinsoniano. Se usó como antiparkinsoniano, antiespasmódico y como analgésico local. Las hojas fumadas para el asma.


Indicaciones: Debido a la alta toxicidad de los alcaloides que contiene, es preferible no usarla en dosis alopáticas. En algunos países se usan las semillas como droga alucinógena, controlado su uso por chamanes en un ámbito espiritual y bajo controles rigurosos. Toda la planta es tóxica, con acción similar, pero más violenta, que la belladona. En bajas dosis la intoxicación cursa con somnolencia, alteraciones de la visión, pérdida de la sensibilidad. A dosis mayores: dolores cólicos, midriasis extrema, alucinaciones, delirio y vértigos. Además de esto, si se sale de la crisis, advierten los psiquiatras que una vez abierta la puerta de acceso a la esquizofrenia ya no se cierra. Y estas plantas son un billete para este viaje al país de Irás y No Volverás.