sábado, 16 de febrero de 2013

Fresa



FRESA


Planta de la familia de las rosáceas que se puede encontrar silvestre, y es cultivada en las montañas de Sierra Nevada, y en invernaderos del Sur de la Península Ibérica. Evidentemente, estas últimas son las que menos interés poseen. Las hojas se recolectan cuando la planta está florida, las raíces con su cepa, cuando va a secarse, la fruta al madurar, cuando está bien roja.

Principios activos: - Hojas: taninos condensados, flavonas, flavonoides, leucoantocianósidos, trazas de aceite esencial, pequeñas cantidades de ácido ascórbico, alcohol triterpénico: fraganol, sales potásicas.
- Raíces: taninos catéquicos (12%) y pirogálicos; alcohol triterpénico: fraganol, sales potásicas.
- Frutos: abundantes derivados antociánicos, aceite esencial, pectina, heterósido (fragarósido).
En la cepa y raíces se encuentran materias tánicas que pueden llegar hasta el 10 % en peso, y el glucósido fragarianina; en las hojas existen en menor proporción. La fruta contiene entre 3 y 4´5 % de azúcar invertido, y diversos ácidos orgánicos, como el málico, además de contener vitamina C. Es refrescante. El zumo de fresas es uno de los productos más complejos del reino vegetal. 


Indicaciones: Diarreas, enterocolitis, metrorragias, cistitis, hiperuricemia, litiasis urinarias, reumatismo, gota. En uso externo se emplea contra la amigdalitis, faringitis y gingivitis y vaginitis. 
Se recomienda su tratamiento, tanto como el de las uvas, contra la gota y los cálculos urinarios por sus propiedades diuréticas debidas a las sales de potasio, tomando desde un cuarto a medio kilo de ellas al día. Las materias tánicas le conceden acción astringente prescribiéndose en la diarrea, blenorragia, y hemorragias pasivas. Los frutos van contra la fragilidad capilar, varices y hemorroides. Dicen que el abuso de ellas provoca urticaria debido a las glicoproteínas. La raíz es un excelente depurativo de la sangre. La infusión comunica un color rosáceo a la orina que carece de importancia.
Mességué usaba una leche de belleza a la fresa: extráigase el zumo de los frutos maduros y mézclese con un poco de leche; déjese varias horas, es decir, toda la noche, sobre el rostro y enjuáguese con agua de rosas.